UNA LOZA EN LAS ELECCIONES
UNA DE LAS VULNERABILIDADES MÁS EVIDENTES QUE HA PADECIDO EL PAN EN EL SEXENIO, ES SU CRISIS DE IDENTIDAD IDEOLÓGICA. NO POR NADA TEMAS COMO LA DIVERSIDAD SEXUAL HA PROVOCADO UNA DE LAS RUPTURAS MÁS IMPORTANTES ENTRE EL PANISMO TRADICIONALISTA Y EL CONTEMPORÁNEO, PRODUCIENDO UNA BANCADA DE DIPUTADOS FEDERALES SIN MAYOR HERRAMIENTA QUE LA FALACIA.
La exhibición dada por los legisladores blanquiazules en la votación para penalizar la terapias de conversión, técnicamente llamados Esfuerzos para Corregir la Orientación Sexual y la Identidad de Género (Ecosig), mostraron las contradicciones en un partido cuyos candidatos, como Libia Dennise García Muñoz Ledo para la gubernatura de Guanajuato, tratan de mostrar una cara de apertura.
El problema es que, tras revisar los votos en lo individual, parece que dicha contraposición podría agravarse si García Muñoz Ledo gana la gubernatura. De entrada, Juan Carlos Romero Hicks y Jorge Espadas Galván, votaron en contra de la iniciativa cuando ambos se enfilan para llegar al Congreso Local, donde se espera que estas reformas lleguen con la venía de Palacio de Gobierno.
Otros actores como Román Cifuentes Negrete, quien es candidato a síndico del municipio de León, Éctor Jaime Ramírez Barba, que va por la reelección como diputado federal, y Alma Cristina Rodríguez Vallejo, quien también buscaría reiterarse en la curul, votaron en contra sin importar las nuevas premisas del oficialismo a favor de la agenda LGBT.
Ante este escenario, más le valdría el PAN que todo fuera un asunto de mera descoordinación parlamentaria, pero no; se trata de una falta de capacitación que dio por resultado una pobreza de argumentos que jamás se subsanó pese a que este y otros temas de corte progresista eran inminentes en la agenda legislativa.
Ahí se tuvo la exposición de Ramírez Barba quien argumentó que la propuesta de ley “cae en criminalizaciones injustas” pues a su entender padres madres o tutores de menores, “en su papel de guía y de apoyo” tienen derecho a buscar “terapias o prácticas relacionadas con la exploración de las preferencias sexuales”. O sea, la homosexualidad vista como “enfermedad”
Menos ayuda ofreció la diputada mexiquense María Teresa Castell de Oro Palacios, quien primero criticó que en los libros de texto se incluya la educación sexual y después malgenerizó a la diputada trans de Morena, María Clemente García, al decirle que “se revisara la próstata”. Otros diputados más “astutos”, como Fernando Torres Graciano, se abstuvieron de votar.
Como era de esperarse, el capítulo ha funcionado como una eficiente munición de la oposición en Guanajuato, evidenciando la falta de convicción del PAN para abrirse a la comunidad LGBT detrás de la supuesta apertura que han mostrado en tiempos electorales. Sin duda una loza pesada de la que tendrán que desprenderse los panistas ‘progres’.