APRIETA TUERCAS EN IRAPUATO
Como todo proceso en Morena, la inscripción de planillas no estuvo exenta de ambiciones y manotazos sobre la mesa. Hubo decisiones de último momento que no causaron mayor controversia al provenir de acuerdos directos, pero en otros casos no hubo otra salida que cerrarle el paso a los excesos.
La novedad en todo caso, es que quien puso orden en un caso tan medular como el de Irapuato fue la candidata a la gubernatura Alma Alcaraz Hernández, quien debe ser la primera interesada en que los candidatos a las presidencias municipales no caigan en locuras que obrarían en contra del proyecto que, al menos en el papel, encabeza para la 4T.
Como la informamos en su oportunidad, Irma Leticia González presentó su planilla con la inclusión de su esposo y, según trascendió, con ella misma en la segunda posición, una táctica permitida por la ley electoral a la que recurren candidatos que no tienen la seguridad de ganar su contienda.
Autocolocarse como regidora, sería un mensaje inequívoco de inseguridad en la victoria en la plaza que, se suponía, era la más ganable de las del corredor industrial para Morena. Ni que decir de la exhibición tan burda de nepotismo, incluso, sin haber accedido a la alcaldía de Irapuato ¿a qué se atrevería si gana?
Por eso es relevante que Alma Alcaraz haya intervenido para evitar un verdadero despropósito. No sólo por la intentona en sí, sino por su papel como coordinadora de la defensa de la cuarta transformación en Guanajuato, luego de verse inmersa en la vorágine de las campañas aún con mucho de su repertorio subsumido a las consideraciones del equipo de Ricardo Sheffield Padilla.
Ahora lo importante, es que ese liderazgo se emplee a fondo pero no sólo en Irapuato.