CRISIS AMBIENTAL, OTRA VEZ
En lo que va de marzo, los municipios del corredor industrial de Guanajuato han padecido de una racha con muy mala calidad del aire. La razones, lejos de encontrar su motivo en una situación o entidad concreta, parecen responder a su dinámica urbana, su actividad industrial y, sobre todo, al menosprecio directo en los temas medioambientales.
Un primer ejemplo es Celaya, donde malos olores han cubierto la ciudad derivada de la actividad de varias empresas, principalmente Bachoco, tiene años sin ser resuelto, muy a pesar de que el municipio firmó el 12 de octubre del 2021, el convenio del Programa Proaire precisamente con las empresas Bachoco, Sensient Flavors y Coprice.
El tema tocó en su entrada a Alberto Carmona Velázquez quien llegó como encargado de la Secretaría de Medio Ambiente y Ordenamiento Territorial (SMAOT) luego de ser Subsecretario de Gestión Ambiental, Cambio Climático y Sustentabilidad, ante la salida de María Isabel Ortiz Mantilla.
Ahora es la capital fresera registró contaminación por tercera semana consecutiva en lo que va de marzo que se presentan los episodios de polución. Ni más ni menos que las 3 estaciones de monitoreo de calidad del aire, rebasaron las 65 partículas PM10 que permite la Norma Oficial Mexicana (NOM).
Prácticamente el sexenio está por cerrar y la situación de contaminación ambiental que padecen las principales ciudades de Guanajuato parece estar completamente igual. Lejos quedó el tono festivo de febrero de 2020, cuando la propia Ortiz Mantilla celebraba el cumplimiento del Índice de Aire y Salud y hasta reducciones de las PM10. Lástima que una golondrina no hace verano.