Semana 3
Dr. Neil Stanley, un experto en sueño para descubrir lo que debí saber de mis noches sin descanso. Cuando me despierto, ¿debo intentar volver a dormir? “Si tus preocupaciones son menores y sin tanta importancia, quédate en cama”, me aconseja. “Pero en cuanto comiences a odiar tus almohadas, levántate. Nunca podrás volver a conciliar el sueño en ese estado”. Me recomienda ir a la sala a leer o incluso comenzar a trabajar, cualquier cosa que distraiga a mi mente.
En un intento por deshacerme de mis noches sin descanso, monitoreo mis horas de sueño usando la app Sleep Cycle. El
Dr. Stanley dice que los rastreadores del sueño son el demonio mismo porque pueden causarte ansiedad haciéndote sentir que no estás durmiendo bien, pero a mí me gusta mi app.
Después a una amiga se le ocurre una idea: compararemos nuestras gráficas en la mañana. Por lo competitiva que soy seguramente me dormiré de inmediato. El martes duermo sin problemas, siento que he logrado la verdadera definición de una noche de sueño (ocho horas sin interrupciones con los ojos cerrados) y es la primera vez que tengo una en años. Para el jueves, me estoy despertando antes de que suene mi alarma de las 5 am (empezar mi día a las 6 am es simplemente absurdo). El Dr. Stanley me dice que es porque nuestro cuerpo comienza a prepararse para levantarse 90 minutos antes de abrir los ojos y está ajustado a mi nueva rutina. Esto implica que me estoy despertando en un punto natural en mi ciclo del sueño.
Sigo bastante de malas y el Dr. Stanley me explica que es por la apatía del sueño, el periodo cuando una parte de tu cerebro aún se está levantando. Esto usualmente toma de cinco a 30 minutos, pero puede tardar, en ciertas personas, hasta cuatro horas. Para el viernes, llego más tranquila y relajada a mi escritorio en vez de arrastrándome. El plan, a pesar de unas cuantas ventajas y desventajas, parece haber funcionado, finalmente soy una morning person.