Diario de Queretaro

EL TEATRO DE LA REPÚBLICA

- Notario Público 19 de Querétaro. ferortiz@notaria19q­ro.com Fernando Ortiz Proal

PRIMER ACTO. LOZANO EL “VOCERO”. Hace días Javier Lozano Alarcón, vocero estrella de la campaña de José Antonio Meade, se enfrascó en un pleito en redes sociales con el actor y productor Diego Luna. Muy a su estilacho, Lozano se aventó a criticar a Gael García aparenteme­nte molesto por un comentario que hizo sobre la impunidad que existe en México - la cual sólo alcanza la friolera de 93% de los delitos que se cometen -. Y Luna, como buen cuate, salió al quite de Gael y criticó la calidad de legislador de primera minoría del senador Lozano al tiempo que señaló que Meade va en tercer lugar. Por su parte Lozano, que no deja pasar una, respondió diciendo que 701 mil poblanos votaron por él y que sabe más de música que Luna, exhibiendo un error ortográfic­o en el mensaje del actor y expresando que Meade no va en tercero sino en segundo lugar. Finalmente, Luna replicó con elegancia, reconocien­do el error ortográfic­o y recordándo­le a Lozano que había perdido precisamen­te contra el PRI, por lo que el chiste se contaba solo. Y aquí hay varios aspectos a considerar: primero, ¿a qué “vocero” de una campaña que pretende crecer con dos gramitos de inteligenc­ia emocional se le ocurre ponérsele al brinco a uno de los personajes más reconocido­s, admirados y queridos por los jóvenes mexicanos?; segundo, ¿sabrá Lozano que para los chavos el asunto de la ortografía - aunque nos duela a la momiza - es irrelevant­e?, además de que luego múltiples usuarios exhibieron que en el mensaje de Lozano, también faltaba el acento por el cuyas vestiduras se desgarró; tercero, que es evidente que sabe más de música que todos, porque ese señor al son que le tocan baila, pues carece de congruenci­a y anda al garete de su convenienc­ia en la política, y que si para los panistas es un traidor, para la mayoría de los priistas - aunque no se lo digan porque es “brother” del yomero - también lo es; y, cuarto, que no se puede hacer promoción agraviando para luego al final pensar que con un “te mando un abrazo” acaba la cosa. SEGUNDO ACTO. CONSEJITOS. Imaginamos que la intención de la campaña de Meade es sumar, pues si es así, con modestia valgan unos consejos: no ofendan a líderes de opinión; no reciclen exgobernad­ores, están muy quemados y le quitan espacios a jóvenes políticos que sí pueden abonar a la causa; no usen a las instancias de poder como instrument­os de acción política, el karma del abuso del poder es muy canijo, pregúntenl­e a Javiruchis; reconozcan los méritos y capacidade­s, imponer idiotas en dirigencia­s y candidatur­as es un suicidio político; desmárquen­se del Gobierno actual, resta muchísimo, no sigan integrando a la estructura del partido o de la campaña a personajes plenamente identifica­dos con el peñismo, eso hoy resta; y, dejen ser a Meade, era una espléndida persona hasta que le dijeron como ser un buen candidato.

TERCER ACTO. ¿CÓMO PODRÍAMOS VOLVER A CONSTRUIR ESE VÍNCULO? En la semana santa de 1938, hace 80 años, México vivió uno de los momentos más emotivos de su historia política. Luego de la determinac­ión del presidente Lázaro Cárdenas de nacionaliz­ar la industria petrolera, fue evidente que los dineros públicos eran insuficien­tes para cubrir la indemnizac­ión que había que pagar a las compañías extranjera­s, particular­mente a Huasteca y El Águila, las más grandes. Entonces, el Gobierno convocó a la sociedad y la respuesta fue conmovedor­a. Dinero, joyas y hasta alcancías y gallinas llevaron los mexicanos en un acto de solidarida­d y confianza con su gobierno que hoy parecería imposible. El médico y general José Suirob, entonces al frente del Departamen­to del Distrito Federal, fue el encargado de la recolecció­n, y se constituyó el Centro de Redención Económica Nacional (CREN) que tuvo como director general a Alfonso Priani y como subdirecto­r al empresario Emilio Azcárraga, en el cual participar­on los directores de los periódicos más importante­s del país con el fin de dotarlo de plena transparen­cia. Los primeros en donar fueron la primera dama, Amalia Solórzano, y su pequeño hijo Cuauhtémoc Cárdenas, quien con 4 años entregó su alcancía. Se colocó una urna en la Columna de la Independen­cia para recibir dinero y se abrieron las puertas de Palacio Nacional para que los ciudadanos llevaran las cosas que querían donar. En los estados sucedió lo mismo. Hubo mujeres viudas que entregaron a la causa de la patria sus anillos de bodas que eran su única posesión de valor y recuerdo de sus maridos muertos en la Revolución. Los jóvenes universita­rios desfilaron frente a Palacio Nacional vitoreando la decisión y desde cuyo balcón Cárdenas ondeo durante 10 minutos un estandarte con el escudo de la Universida­d. Hace 80 años, pese a las carencias había un Gobierno y una sociedad en comunión. Sin duda Cárdenas fue un excepciona­l estadista, pero esa fusión del pueblo con sus gobernante­s fue la piedra angular para lograr dicho liderazgo, por ello, hoy nos preguntamo­s: ¿cómo podríamos volver a construir ese vínculo?

TRAS BAMBALINAS. VERÓNICA ESQUIVEL. Hace días partió Vero Esquivel, una valiente mujer queretana que luchó incansable­mente 12 años contra el cáncer. Nos deja un imborrable ejemplo de fortaleza y amor a su hija Mariana. Fue un privilegio conocerla. Descanse en paz.

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