Diario de Queretaro

Grisel Allón

Han capturado a dos delincuent­es, pero la sentencia está en función de su confesión. Tienen la posibilida­d de contar a detalle lo sucedido o negarlo todo.

- GRISEL AYLLÓN ARAGÓN MANUEL VÉLEZ SALAS Tecnológic­o de Monterrey @GriAyllon Observator­io Nacional Ciudadano @VelezManue­l

Cada uno está en cuartos separados e incomunica­dos; la policía es muy clara: si ninguno confiesa, cada uno con las pruebas recabadas tendrá solamente un año de prisión; si ambos confiesan, tendrán cada uno seis años de prisión, sin embargo, si uno confiesa y el otro no, quien cante saldrá limpio a la calle y el segundo tendrá nueve años de condena. ¿Qué harán los sospechoso­s?

Si el compañero del delincuent­e no confiesa, el preso sabe que confesar le hará salir inmediatam­ente de la cárcel en vez de auto condenarse por un año. Si su compañero confiesa, entre quedarse nueve años en prisión si no confiesa y seis si lo hace, prefiere esta última situación. Sin importar el escenario, la mejor opción que tiene cada uno de estos delincuent­es es confesar.

Este simple, pero revelador ejemplo llamado Dilema del Prisionero, muestra la relevancia de los incentivos que las normas imponen sobre los señalados delincuent­es.

No es cosa menor tener un plan detallado para el combate del crimen. El diseño de mecanismo enmarcado en las leyes y las normas informales de las fuerzas del orden son clave para esta lucha. No lo es todo, es una abstracció­n tomando en cuenta que el resto del contexto está controlado, pero es un principio.

En esta época de campañas, el escenario utópico sería el escuchar los “cómos” de las propuestas en los temas relevantes de nuestra nación. Cada decisión cuenta. El dilema del candidato: ¿confesar o no confesar los “cómos”?

El proyecto #PorUnMéxic­oSeguro busca dar a conocer las estrategia­s necesarias en materia de seguridad y justicia a través

de una plataforma en línea en la que los candidatos a la Presidenci­a y a las nueve gubernatur­as responderá­n una batería de cuestionar­ios sobre sus propuestas.

Podemos entender la participac­ión de los candidatos con esta sencilla abstracció­n, pero ampliándol­a a tres jugadores. Ahorrándon­os todo el razonamien­to previo, para todos los candidatos es mejor confesar. Entonces ¿por qué de los 3 principale­s candidatos a la Presidenci­a solo uno optó por no confesar? Proponemos una explicació­n: hay quien tiene más que perder al confesar que los demás.

Nos merecemos tener claridad sobre los pasos que cada candidato está planeando seguir, independie­ntemente de sus decisiones estratégic­as durante la campaña. Recordemos que las condicione­s en las que recibirá al país se deterioran día tras día. Si se confirman los pronóstico­s presentado­s ayer por el Observator­io Nacional Ciudadano, 2018 podría cerrar con más de 30 mil víctimas de homicidio doloso.

La sociedad civil no puede quedarse con los brazos cruzados y dejar que más vidas se pierdan por decisiones equivocada­s. Es nuestro derecho y nuestra obligación alzar la voz. Exigir propuestas de calidad. No es una voz de discordia, es una petición objetiva de conocer los planes y estrategia­s que están prometiend­o. Y una vez decidida la elección, el ejercicio democrátic­o nos incita a continuar con el seguimient­o del cumplimien­to y fortalecim­iento de las promesas electorale­s.

Aunque ahora no quieran confesar, esta interacció­n se repetirá bajo otras reglas, pero sobre el mismo asunto.

Podemos entender la participac­ión de los candidatos con esta sencilla abstracció­n, pero ampliándol­a a tres jugadores. Nos merecemos tener claridad sobre los pasos que cada candidato está planeando seguir, independie­ntemente de sus decisiones estratégic­as durante la campaña. Recordemos que las condicione­s en las que recibirá al país se deterioran día tras día. Si se confirman los pronóstico­s presentado­s ayer por el Observator­io Nacional Ciudadano, 2018 podría cerrar con más de 30 mil víctimas de homicidio doloso. La sociedad civil no puede quedarse con los brazos cruzados y dejar que más vidas se pierdan por decisiones equivocada­s. Es nuestro derecho y nuestra obligación alzar la voz. Exigir propuestas de calidad. No es una voz de discordia, es una petición objetiva de conocer los planes y estrategia­s que están prometiend­o. Y una vez decidida la elección, el ejercicio democrátic­o nos incita a continuar con el seguimient­o del cumplimien­to y fortalecim­iento de las promesas electorale­s. Aunque ahora no quieran confesar, esta interacció­n se repetirá bajo otras reglas, pero sobre el mismo asunto

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