La estrella
Zhi Nú, es la estrella Vega de la constelación de la Lira, y la de Niu Lang Xing es Altair de la constelación del Águila, junto con Deneb del Cisne, forman El Triángulo de Verano
LA FESTIVIDAD
El emperador notó que su hija estaba triste, por lo que, apiadándose de ella, hizo que una vez al año, el séptimo día de la séptima Luna, un grupo de urracas formaran un puente sobre el río, y así ella y su esposo e hijos pudieran reunirse. Las lluvias de agosto son las lágrimas de felicidad de Zhi Nü.
LAS ESTRELLAS
La brillante estrella Zhi Nú, es la estrella Vega de la constelación de la Lira, mientras que la estrella de Niu Lang Xing es Altair de la constelación del Águila, junto con Deneb del Cisne, forman El Triángulo de Verano. La estrella Altair tiene dos estrellas de menor brillo a cada lado, Beta (Alshain) y Gamma (Tarazed), las cuales representan a los hijos del matrimonio en la mitología china.
Para quienes observan desde lugares sin contaminación lumínica, descubrirán que entre Vega (Zhi Nü) y Altair (Niu Lang Xing) brilla el camino de estrellas que forma nuestra galaxia, la Vía Láctea, el río.
La séptima Luna corresponde al séptimo mes en el calendario lunar chino, agosto, cuando la región observada de la Vía Láctea es más tenue que en el resto del año. Lo que se interpreta como el momento en que pueden cruzar los amantes para encontrarse.
El cariño de Zhi Nü y Niu Lang es la historia de amor más conocida de la mitología china. Originó hace más de 1500 años a la festividad Qi Xi, que significa: doble siete, por el séptimo día de la séptima Luna. La festividad se celebra en agosto y es similar a nuestro Día de San Valentín. Aquel día, las mujeres de la antigua China le pedían a Zhi Nü, sabiduría para encontrar el amor, una mano diestra para tejer y un buen matrimonio.
La festividad Qi Xi inspiró a celebraciones similares en otras culturas, en Japón se celebra la Tanabata, el Día de la Estrella, la fiesta de Chilseok en Corea y That Tich en Vietnam.
Pero el brillo de las estrellas encierra otra historia de amor.
LAS MATEMÁTICAS
En una noche de la primavera de 1938, Hans Bethe paseaba con su novia Rose. Sentados en una banca del parque, viendo el cielo estrellado, ella dijo: “Mira que bonito se ve todo”, a lo que Hans contestó: “Sí, y en este momento soy la única persona en el mundo que sabe por qué brillan las estrellas”. Rose, tomó aquellas palabras como un hermoso cumplido, pero lo que Hans le decía era que esa mañana, había terminado los cálculos matemáticos que resolvían el problema de cómo brillan las estrellas.
Resulta que días antes, Hans Bethe había asistido a un congreso organizado por George Gamow y Edward Teller en Washington, en donde pretendían resolver el problema de la producción de energía de las estrellas, conocer cómo y por qué brillan. De vuelta en Nueva York, no le llevó mucho a Hans Bethe dar con el resultado. Gamow diría tiempo después, que lo resolvió apenas se bajó del tren de regreso.
Un año después Hans y Rose contrajeron matrimonio y en 1967, él recibió el premio Nobel de Física por su grandioso descubrimiento.
¡Feliz 14 de febrero!
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