Angélica Camacho
Hace una semanas vimos imágenes y tuvimos información de una caravana que, de acuerdo con algunos medios, aproximadamente 11 mil personas cuyos intentos frustrados se redujo a quienes pudieron aprovechar la confusión en algunos puntos para ir pasando por las fronteras. Una vez en territorio mexicano, el problema es que estas personas tendrán que moverse por donde no esté la Guardia Nacional, lo que les pone en mayor riesgo no sólo por la naturaleza de los lugares, sino porque están a merced del crimen organizado; sin embargo, el sueño de llegar a un lugar donde puedan trabajar y vivir con dignidad, les mueve a echarse al camino.
A pesar de la idea que tienen las personas centroamericanas de que el nuevo presidente de Estados Unidos será más amable con los migrantes, las noticias del cambio de gobierno de Trump al de Biden no son muy alentadoras: la administración de Obama deportó a más personas (más de 325 mil mexicanos por año) que la de Trump (180 mil por año) (El Universal, 2020), lo cual significa que el sueño de una mejor vida sigue estando muy lejano.
No quiero decir que la administración Obama-Biden fue peor, la política de separación de familias de Trump en los últimos 4 años dejó heridas emocionales en miles de persona y más de 500 niños que no han podido reunirse con sus padres. Hablamos de 545 familias fragmentadas, con datos perdidos, falta de información, enfrentando el problema de no hablar inglés.
Dra. Angélica Camacho Aranda,