El príncipe heredero saudita realiza larga gira por Estados Unidos
En el marco de una gira por varias ciudades, Mohamed bin Salmán pretende diversificar la economía de su país
El príncipe heredero saudita Mohamed bin Salmán, el día de ayer visitó al presidente Donald Trump, durante su estancia en Estados Unidos por tres
semanas.
Después de Washington, el nuevo hombre fuerte de Riad, de 32 años, irá el sábado a Boston y el 26 de marzo asistirá a la reunión financiera de Nueva York, mientras se perfila la cotización en la bolsa del grupo petrolero estatal saudí Aramco, anunció el lunes en un comunicado la embajada saudí.
Bin Salmán se reunirá también con el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, y a partir del 30 de marzo estará en la costa oeste, en Los Ángeles y San Francisco, para visitar a gigantes de las nuevas tecnologías como Google y Apple, del entretenimiento y de la defensa, como Lockheed Martin.También irá a Seattle, cuna de Amazon, y, finalmente, a Houston a una reunión de la industria petrolera. Arabia Saudí, primer exportador mundial de crudo, pretende diversificar de todas maneras su economía. “Nuestras relaciones con Estados Unidos nunca han sido tan buenas”, dijo el lunes a la prensa en Washington el ministro saudí de Relaciones Exteriores Adel Al Jubeir, y estimó que los dos aliados tenían posiciones “prácticamente idénticas” sobre numerosas crisis regionales, desde Yemen a Afganistán, pasando por el papel jugado por Irán en Medio Oriente, considerado negativo. El jefe de la diplomacia de la nación asiática insistió por otra parte en lo que debería ser la idea fuerza de la primera visita de “MBS” a Estados Unidos: que hay “dos visiones antagónicas” en la región, la de “la luz”, encarnada por el reino sunita, y la “de las tinieblas”, representada por el Irán chiíta.
“La luz siempre vencerá a las tinieblas”, dijo, y criticó los “defectos” del acuerdo sobre el programa nuclear iraní pactado entre Irán y seis potencias, entre ellas Estados Unidos, pero del cual el Trump pretende desmarcarse.
Adel Al Jubeir defendió ampliamente la política de su gobierno.
Sobre Yemen, donde una coalición árabe liderada por Riad entró en guerra en 2015 para ayudar al gobierno frente a los rebeldes hutíes respaldado por Teherán, dijo: “Nosotros no quisimos esta guerra”, “queremos un proceso político”. Pero los hutíes no lo desean, señaló.
Agregó que la delegación de su país explicará esta “realidad” a los miembros del Congreso que están considerando restringir la asistencia militar estadounidense a Ryad en el conflicto yemení.
Respecto a la crisis surgida de la ruptura de relaciones con el vecino Catar en junio, que se encuentra estancada a pesar de los intentos de mediación de Washington, dijo que es un tema “menor” si se la compara con otros temas regionales.
No quiso confirmar, sin embargo, la eventual celebración de una cumbre del Golfo que Estados Unidos espera organizar este año.
El diplomático elogió finalmente las reformas de “MBS” tendientes a modernizar un reino que aplica una versión rigorista del islam, así como la purga de numerosas autoridades, incluidos varios príncipes, por acusaciones de corrupción.
“No hay prácticamente ninguna oposición” a esta ofensiva, “la gente nos respalda mucho”, afirmó.