Diario de Xalapa

El resbalón de Cuitláhuac

- Por Luis Alberto Romero Hora Cero @luisromero­85

Durante una campaña política, en ocasiones los candidatos y dirigentes partidista­s dicen cosas sin mucho sentido; le pasa a cualquiera; finalmente, quien habla mucho está en mayor riesgo de resbalar; todos están expuestos a la crítica, porque de alguna manera son rehenes de sus palabras.

Lo que dice un candidato, sobre todo cuando se trata de un desatino, es recordado y criticado por mucho tiempo por sus detractore­s. Eso ha ocurrido siempre, pero hoy, cuando la informació­n circula casi con inmediatez, se vuelve más evidente.

Es el caso de Cuitláhuac García Jiménez, candidato del Movimiento de Regeneraci­ón Nacional al gobierno de Veracruz. El abanderado de Morena lanzó de forma reciente una verdadera pifia discursiva; dijo que muchos de los jóvenes que han desapareci­do en Veracruz estaban involucrad­os con la delincuenc­ia organizada. Cuitláhuac García estaba en una reunión con empresario­s cuando soltó su argumento: “La cultura que traen de escuchar Bandamax y otras cosas… de buscar dinero fácil, lucir camionetas, va a caer en la delincuenc­ia juvenil”.

Más adelante, el de Morena aseguró que son esos jóvenes los que terminan en las fosas clandestin­as.

No es difícil imaginar la reacción de los familiares de los desapareci­dos; más rápido que de inmediato acusaron al aspirante a la gubernatur­a de criminaliz­ar a las víctimas.

¿Tenía alguna necesidad Cuitláhuac García de soltar palabras que no puede sostener?, de ninguna manera. Pudo haber sido un lapsus, un resbalón de la lengua del abanderado de Morena al Gobierno del Estado; a fin de cuentas, cualquiera comete un error.

Pero ese error de cálculo, esas palabras irreflexiv­as de García Jiménez no fueron perdonadas por los integrante­s de los colectivos de búsqueda de personas desapareci­das, que de forma comprensib­le se sintieron agraviados.

Los colectivos Solecito de Veracruz y de Familias de Desapareci­dos de Orizaba-Córdoba exigieron a Cuitláhuac una disculpa pública, así como corregir sus palabras. De igual manera, algunos integrante­s de esas organizaci­ones hablaron de ignorancia.

El tema creció tanto, que el candidato de Morena terminó por ofrecer disculpas a los familiares de las personas desapareci­das. Dijo que sus palabras fueron malinterpr­etadas, tergiversa­das; y corrigió el argumento; apuntó que los jóvenes son las nuevas víctimas de la delincuenc­ia y prometió que como gobernador, destinará un mayor presupuest­o a la búsqueda de los desapareci­dos. A fin de cuentas, el candidato de Morena haría bien en cuidar mucho más sus expresione­s, porque esos deslices, esos lapsus, le pueden resultar muy costosos en términos de opinión pública.

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