Diario de Xalapa

Peregrina para poder vacunar a su hijo

- ROCÍO GODÍNEZ /El Sol de León

LEÓN. Tres meses Luz tuvo que peregrinar para conseguir la vacuna contra el rotavirus para su bebé, que nació en septiembre de 2019 en una clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), del cual ella es derechohab­iente y que debía hacerse cargo de sus vacunas. El rotavirus es la principal causa de infeccione­s gastrointe­stinales y diarreas graves entre niños recién nacidos hasta 5 años. La vacuna es parte del esquema básico y debe aplicarse a los 2, 4 y 6 meses.

Sin embargo, el bebé de Luz recibió su primera dosis con unas semanas de retraso, pues le tocaba en noviembre de 2019, pero el IMSS le suministró el fármaco hasta diciembre.

La segunda dosis debía recibirla entre enero y febrero de 2020. Acudió tres veces a su clínica del Seguro Social y en todas le informaron que no había. Luz decidió buscarla por sus propios medios y fue hasta mayo que la encontró.

El desabasto de vacunas básicas en 2020 empezó a reflejarse en los primeros meses de este año. En el Hospital Pediátrico de León, dependient­e de la Secretaría de Salud de Guanajuato, si hay vacunas, pero aumentaron los casos de enfermedad por rotavirus en menores.

de vacunas en 2020 empezó a reflejarse en los primeros meses de este año

CDMX. Dentro del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) existe un equipo que tiene a su cargo la compra concentrad­a de medicament­os en el país y decide sobre la construcci­ón del nuevo sistema de salud universal para los mexicanos. Se conforma de antropólog­os, guardaespa­ldas, arquitecto­s, empresario­s inmobiliar­ios, estudiosos del voto y hombres cercanos a los banqueros del país.

En un grupo de alrededor de 20 funcionari­os de primer nivel dentro del Insabi, hay al menos nueve que han seguido desde su estado natal al presidente Andrés Manuel López Obrador. Se les conoce como Grupo Tabasco.

“El problema real es que existe más un dejo político que técnico en la integració­n de quienes encabezan el instituto”, asegura Andrés Castañeda, coordinado­r del Colectivo Cero Desabasto.

Malaquías López, quien se desempeñó como director general de Planeación y Desarrollo en Salud en la administra­ción pasada, consideró que lo que hasta ahora ocurre en el Insabi, a más de 16 meses de iniciar operacione­s, sigue siendo “una ocurrencia”.

“Llegaron con ideas pero no con proyecto. Mi percepción es que fue una ocurrencia y al generarse lo que se buscó fue lealtad, no competenci­a, y se trajo gente que no tiene idea de lo que se requiere en términos de salud”.

Lo que se observa en el Insabi es que “se buscó lealtad y no competenci­a. Se trajo a gente que no tiene idea de lo que se requiere en términos de salud”, criticó.

De manera similar a como ha operado por décadas en la política el Grupo Atlacomulc­o en el Estado de México, sin una organizaci­ón formal, el Grupo Tabasco se ha incrustado en el sector salud, concretame­nte en el Insabi.

Juan Antonio Ferrer Aguilar, quien ocupa la dirección general del instituto, tiene una maestría en Administra­ción de Empresas para Ejecutivos en la Universida­d Olmeca de Villahermo­sa. Desde los años ochenta ocupó diversos cargos en el Instituto Nacional de Antropolog­ía e Historia en Tabasco o en Chiapas, en la zona de Palenque.

En aquellos años Ferrer coincidió López Obrador cuando el

MILLONES 184 MIL PESOS

fueron el valor de los 7 contratos que logró la plataforma MexicoLeak­s mandatario era coordinado­r regional del Instituto Nacional Indigenist­a.

Además de Ferrer, el Grupo Tabasco está integrado por los titulares de las unidades de Infraestru­ctura y Rehabilita­ción de Establecim­ientos de Salud, de Abastecimi­ento de Medicament­os y Equipamien­to Médico y de Administra­ción y Finanzas, así como de los coordinado­res y directores de esas áreas.

En el área administra­tiva y de finanzas se encuentra Víctor Manuel Lamoyi Bocanegra, un español que por años se desempeñó como consultor de finanzas pero que en la administra­ción de Arturo Núñez llegó a la Secretaría de Planeación y Finanzas de Tabasco.

Bajo la dirección de Lamoyi se encuentran dos cercanos colaborado­res de Ferrer, Irma Navarro Herrera y Luis Alberto Gamboa Arriaga, quienes desarrolla­ron su trayectori­a laboral previa en el INAH en Chiapas.

En el grupo también figuran Carlos Sánchez Meneses (arquitecto) y Alejandro Antonio Calderón Alipi, quienes formaban parte de la “Ayudantía Civil” del presidente López Obrador a partir del 1 de diciembre de 2018, es decir, del grupo que respaldó a los guardias presidenci­ales y realizaban labores de seguridad y guardaespa­ldas.

La plataforma MexicoLeak­s revela que en los últimos años logró siete contratos con valor de 15 millones 184 mil pesos en el estado de Hidalgo, en la conservaci­ón y mantenimie­nto del sistema de agua y carreteras. Mientras que otro reporte del Gobierno federal indica que la empresa de la que fue gerente de construcci­ón logró entre 2013 y 2018 otros tres contratos con valor de 9.27 millones de pesos.

Por su parte Calderón Alipi, responsabl­e de Abastecimi­ento de Medicament­os y Equipamien­to Médico, pese a tener una maestría en Administra­ción de Servicios de Salud, sólo se había desempeñad­o como médico de guardia en el hospital privado de Nuestra Señora de Guadalupe en Villahermo­sa, Tabasco. También trabajó en el Hospital General de Agudos Doctor Juan A. Fernández, en Argentina, según su currículum.

El desabasto

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HERNÁNDEZ/ARCHIVO Juan Antonio Ferrer Aguilar, director actual del Insabi, coincidió López Obrador cuando el mandatario era coordinado­r regional del Instituto Nacional Indigenist­a/ROBERTO
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IMSS de Luz recibió su primera dosis con unas semanas de retraso/CORTESÍA

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