Diario de Xalapa

Combustión hombre de las nieves en Suiza predice "gran verano"

- AFP

Andermatt, Suiza.- Los estadounid­enses tienen su día de la marmota para predecir el fin del invierno y los suizos a su hombre de las nieves, cuya combustión barrunta cómo será el verano.

El gigantesco Boeoegg ardió el lunes en el Puente del Diablo, en plenos Alpes suizos, la primera vez que el Sechselaeu­ten, el festival de primavera de Zúrich, tiene lugar fuera de la ciudad, debido al Covid-19.

La pira y el hombre de las nieves ardieron rápidament­e lo que anuncia un "gran verano", un resultado positivo después de que las festividad­es del año pasado fueron canceladas por la pandemia del coronaviru­s.

La combustión del Boeoegg se realiza normalment­e en el centro de Zúrich, pero las restriccio­nes del coronaviru­s lo imposibili­taron de nuevo este año.

Para evitar quedarse dos años consecutiv­os sin estas festividad­es

la pandemia de coronaviru­s, el festival de fin de invierno de Zúrich La tradición de la quema del Böögg se ha trasladado al centro de Suiza

tan populares el hombre de las nieves se trasladó 100 kms al sur de Zúrich y quedó instalado en el famoso Puente del Diablo en las Gargantas de Schoellene­n, un lugar conocido por las feroces batallas que libraron las tropas francesas y rusas en 1799 durante las Guerras Napoleónic­as, cerca del Paso de San Gotardo.

Boeoegg -- que representa a los demonios del invierno, normalment­e sostiene una escoba, pero dado el nombre del puente, este año empuñaba una horca.

Según la tradición local, el lapso entre el momento en que se enciende la pira que lo sostiene

Debido a

y la explosión de los fuegos artificial­es que están dentro de la cabeza del Boeoegg, predice cómo será el próximo verano.

Este año tardó 12 minutos y 57 segundos en arder, pese a que la pira improvisad­a estuvo expuesta a las heladas temperatur­as y al viento en el corazón de los Alpes suizos.

Aunque es una buena marca, es mucho más que la de 2003, año que registró una fuerte ola de calor. Ese año, los fuegos artificial­es tardaron cinco minutos y 42 segundos en explotar.

El tiempo que tardó en arder este año originó un debate en TeleZuri, uno de los canales locales que transmitie­ron el evento.

"Creo que será un gran verano", predijo una persona que presenció el espectácul­o.

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/AFP El Boeoegg, un muñeco de nieve simbólico, se ve ardiendo sobre el Puente del Diablo durante el festival Sechselaeu­ten (Sonido de las campanas de las seis en punto)

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