Tareas se han multiplicado para madres que trabajan
Deben ejercer diversos roles para cumplir con su trabajo, cuidar a sus hijas y llevar el hogar
Desde hace un año el comedor de la casa de Magdany Utrera Guevara se convirtió en su oficina, la sala en el área de juegos de sus hijas y las 24 horas se ve obligada a desempeñar varios roles, desde directora de un plantel escolar, maestra, mamá, esposa, cocinera y mantener el orden y la limpieza en el hogar.
Desde el inicio de la pandemia del Covid-19 el trabajo se cuadriplicó para todas aquellas maestras que además son mamás, pues tienen que atender a sus alumnos sin desatender a sus propios hijos quienes también son alumnos de otros maestros, por lo que la presión sube.
Magdany es directora del jardín de niños Enrique Pestalozzi ubicado en la localidad de Plan de Manantial perteneciente al municipio de Paso de Ovejas y aunque por ahora no está al frente de un grupo, en casa es la maestra de sus hijas, Jiovanna y Arianna de 10 y 6 años, respectivamente.
El comedor ahora es su escritorio y el pupitre de sus hijas, está lleno de papeles, cartulinas, trabajos escolares, colores, lápices, plumas y todo lo necesario para que ella y sus hijas realicen sus actividades en línea. Cada día, se ha convertido en un reto y por momentos realiza hasta tres actividades al mismo tiempo, todo desde el hogar, siguiendo las recomendaciones de las autoridades.
“Todo ha sido muy complicado en esta pandemia, cambió la rutina, nuestros roles, como mamá de dos niños y ha sido muy difícil desenvolverse como madre, maestra, como parte de la dirección, a pesar de que las clases no son presenciales hay que entregar documentación diaria, revisar planeaciones, realizar diagnóstico y en ese momento una de mis hijas requiere de mi atención porque no le entiende a un tema y dejo hacer mi trabajo por atenderla pero al mismo tiempo ya debo estar pensando en preparar el desayuno o almuerzo y se me juntan todas las actividades, al principio desespera pero poco a poco te vas organizando, finalmente el día tiene 24 horas y hay que hacerlo rendir, relató.
Por varios meses además de todo el trabajo acumulado, pasó a ser la jefa de familia pues la pandemia obligó al cierre de muchos negocios y con esto su esposo Juan se quedó sin trabajo por lo que su sueldo era estirado para cumplir con el gasto de alimentos y necesidades que iban surgiendo.
“En la parte económica también vivimos complicaciones porque mi esposo estuvo desempleado muchos meses y luego encontró un empleo, pero con muy pocas horas de trabajo”, comentó.
Acostumbradas a sus actividades diarias de juegos y paseos, las pequeñas hijas de Magdany empezaron a sufrir los estragos del confinamiento y por momentos la convivencia empezó a complicarse.
“Los hijos al estar en casa al no tener sus actividades recreativas llegan a inquietarse a tener mucha ansiedad, se desesperan por estar en casa y tuvimos que buscar actividades para mantenerlas ocupadas, la sala se convirtió en el salón de juegos, aprovechamos el tiempo de descanso de mi esposo para idear dinámicas en el patio para superar el aislamiento”, mencionó.
Aunque el regreso a clases presenciales se siente muy cerca con la vacunación a los maestros, este tiempo de confinamiento ha dejado muchas reflexiones para cada uno de estos.
“Nos quedamos con muchas reflexiones, muchos aprendizajes nos preocupamos tanto en que nuestros hijos aprendieran que dejamos a un lado la parte emocional y los niños han sido muy valientes para soportar toda esta situación y salir adelante, ellos están felices de compartir más tiempo con sus papás, de que papá y mamá trabajen desde casa y los atiendan al 100 por ciento, que juguemos más con ellos, que pasemos más tiempo”, destacó.
Si una de mis hijas requiere de mi atención porque no le entiende a un tema dejo de hacer mi trabajo por atenderla pero al mismo tiempo ya debo estar pensando en preparar el desayuno o almuerzo".