Alarma ya el síndrome de desgaste profesional
Pandemia ha incrementado los niveles de estrés, ansiedad y depresión entre trabajadores
En México, el síndrome de Burnout (también conocido como de desgaste profesional) se ha incrementado del 2.7 al 5.4 por ciento, que se califica como cifras alarmantes, asentó Ana Luisa Ruiz García, de la Secretaría de Trabajo, Previsión Social y Productividad (STPSyP) del Estado de Veracruz. De acuerdo con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, en casos de fatiga por estrés laboral, el 24 por ciento termina en infartos.
Al disertar sobre el tema “Transitando hacia un nuevo paradigma laboral”, la funcionaria explicó que el síndrome de Burnout es la despersonalización, el agotamiento emocional y la insatisfacción en el trabajo; “es un desgaste que alcanza incluso el colapso completo en el sistema nervioso, que no se alivia con unos días en la playa o descanso prolongado”, advirtió.
Ruiz García comentó que México es uno de los países del mundo en el que la gente trabaja más tiempo, con un promedio de 43 horas a la semana y la inevitable interferencia en la relación trabajo-familia. Pero ello no necesariamente se ve reflejado en productividad, a lo que se suma la preocupante estadística señalada por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos: en casos de fatiga por estrés laboral, el 24 por ciento termina en infartos.
En México, el síndrome de Burnout (también conocido como de desgaste profesional) se ha incrementado del 2.7 al 5.4 por ciento, que se califica como cifras alarmantes, asentó Ana Luisa Ruiz García, de la Secretaría de Trabajo, Previsión Social y Productividad (STPSyP) del Estado de Veracruz. De acuerdo con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, en casos de fatiga por estrés laboral, el 24 por ciento termina en infartos.
Al disertar sobre el tema “Transitando hacia un nuevo paradigma laboral”, en foro convocado por la Dirección General de Vinculación de la Universidad Veracruzana, a través del Programa Universitario de Inserción Laboral, la funcionaria explicó que el síndrome de burnout es la despersonalización, el agotamiento emocional y la insatisfacción en el trabajo; “es un desgaste que alcanza incluso el colapso completo en el sistema nervioso, que no se alivia con unos días en la playa o descanso prolongado”, advirtió.
Comentó que el encierro, por
el trabajo en casa ha incrementado los niveles de estrés, ansiedad y depresión, por tanto es momento de tomar medidas para mejorar las condiciones de trabajo, evitar la baja productividad, e incluso alcanzar el punto de quiebre.
México es uno de los países del mundo en el que la gente trabaja más tiempo, con un promedio de 43 horas a la semana y la inevitable interferencia en la relación trabajo-familia. Pero ello no necesariamente se ve reflejado en productividad, a lo que se suma la preocupante estadística señalada por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos: en casos de fatiga por estrés laboral, el 24 por ciento termina en infartos.
Una vez comentadas las formas prácticas de trabajo a distancia, señaló que las actividades en línea más buscadas durante la pandemia han sido el cine, podcasts, cursos y talleres, conciertos de música popular y programas en la televisión cultural.
A quienes se encuentren en tal situación les recomendó: reconocer las cosas que no se pueden cambiar, evitar las situaciones que causen tensión, hacer ejercicio, cambiar las perspectivas generales de la actividad cotidiana, aprender nuevas maneras de relajación, mantener comunicación cotidiana con sus seres queridos y, finalmente, tratar de dormir lo suficiente.
Después de analizar el impacto negativo en las finanzas sobre la economía del 91 por ciento de las personas que viven en el país, señaló que “mientras permanezca la pandemia, el 89 por ciento de los mexicanos seguirá reduciendo los gastos sobre productos no esenciales”. Y añadió: “Para mantener vigencia en el mercado, las empresas deberán seguir nuevas medidas que ofrezcan mayor seguridad a los consumidores, al mismo tiempo que las compras en línea y la entrega física a domicilio toman el lugar de los procedimientos tradicionales”.
Ana Luisa Ruiz García citó que a nivel global el trabajo en casa ha pasado de la invisibilidad a la presencia evidente, millones de personas en el mundo lo realizan cotidianamente y ante ello se da la imperiosa necesidad de la regulación.