Amor y terapia para fortalecer a su hijo
Zaida Salas es mamá, terapeuta, enfermera y profesionistas todos los días de su vida
CÓRDOBA, Ver., 10 de mayo.- Hace tres años la vida de Zaida Salas López cambió radicalmente, pues aunque en sus planes no estaba todavía ser mamá, el anhelo lo tenía. Entonces a los 35 años supo que iba a dar vida a un pequeño ser que le cambiaría su rutina, su hora de dormir y de comer, una persona que la haría más fuerte y valiente.
Centrada en su profesión, “me convertí en una feliz mamá a los 35 años y para mí no representó un problema con respecto a la edad; a lo largo de la vida se me presentaron historias de mamás jóvenes y no tan jóvenes, donde dicen que la edad de la mujer es primordial para un embarazo, pero en mí no era una preocupación”.
Al enterarse que iba a ser mamá, un sentimiento de emoción y felicidad se apoderó de su cuerpo; su embarazo fue de 9 meses, fue normal y sin complicaciones: sus antojos eran los esquites o las cosas que tuvieran chile.
Cada mes realizaba sus ultrasonidos y con el avance de la tecnología en 4D pudo ver por primera vez el rostro de aquel pequeño ser que le cambiaría la vida; oír sus latidos y recordar el momento es una sensación que hasta la fecha le emociona, “lloré, piensas muchas cosas, es un antes y un después, no lo tienes en brazos, existe incertidumbre, es algo que solo las mamás podemos describir”.
Un 13 de febrero de hace tres años el pequeño Diego llegó al mundo e hizo a Zaida Salas la mujer más feliz del mundo, pues aunque su pequeño nació con Síndrome de Down, eso no la derrotó, pues sabía de su fortaleza y del gran aprendizaje que tendría de todo esto.
“Cuando tienes un hijo con alguna discapacidad, tienes una enseñanza mayor todos los días, tus hijos son tus mejores maestros; caminar es un cúmulo de experiencias, hemos tenido momentos buenos y no tan gratos; el hijo que tengo es muy fuerte y ama la vida, con su esfuerzo diario en terapias; yo soy su mamá, terapeuta y enfermera, es un trabajo de equipo donde participa toda la familia”, dijo Zaida.
La organización y paciencia formaron parte de su vocabulario y de su día a día, pues con su hijo Diego los horarios exactos deben aplicarse para los alimentos, medicamentos y terapias.
Un momento duro como mamá fue ver enfermo a Diego, pues al ser aún pequeño y no saber cómo expresarse adecuadamente y le preocupa no saber si algo le duele.
Recordó que cuando su hijo era más pequeño estuvo entubado y con pocas probabilidades de vida a causa de problemas respiratorios, “cuando el doctor, que es experto en medicina, te dice que no hay esperanzas y debe de prepararse para lo peor, es un momento difícil, yo lo viví con Diego de esa forma, fue algo muy fuerte para mi familia y esposo, me hizo refrendar mi fe, encontrar en amigos y amistades un apoyo”.
Aunque no ha sido fácil, la lucha diaria que Zaida y el papá de su hijo enfrentan se ve recompensada por una risa o gesto del pequeño Diego. Económicamente hablando, los gastos como medicamentos, especialistas y terapias son caros, por ello Zaida empezó la venta por catálogo de diversos productos desde hace dos años y aunque actualmente trabaja en el sector educativo y con horarios establecidos, siempre trata de tener tiempo para su pequeño.
Ella mandó un mensaje a todas aquellas mujeres que dividen su tiempo entre ser mamás y tener que salir a trabajar, pues el ser mamá no es tan complicado como lo pintan , “no somos mujeres maravilla, somos mamás que nos partimos en dos o hasta en tres”.
ZAIRA SALAS
MADRE DE FAMILIA
Cuando tienes un hijo con alguna discapacidad, tienes una enseñanza mayor todos los días, tus hijos son tus mejores maestros”