Diario de Xalapa

Óscar Pedro Reyes

- ÓSCAR PEDRO REYES

El secuestro de Marina Garay Cabada en San Andrés Tuxtla, ex diputada local y federal, además de ex alcaldesa, coloca nuevamente al estado de Veracruz en el filo de la navaja por la terrible insegurida­d que padece, donde casi a diario se cometen este tipo de delitos.

El hecho de referencia se cometió a plena luz del día en la zona centro de la ciudad donde se encuentra el negocio familiar de los Pérez Garay de materiales de construcci­ón, donde un comando armado entró por la víctima y la subió a una camioneta para escapar, y a pesar del cerco policiaco que se implementó, ésta no fue localizada. ¿Qué sucedió? Algo parecido a lo ocurrido en Jamapa a finales del año pasado. Ahí, se recordará, la corporació­n policiaca municipal fue señalada de presuntas irregulari­dades, desarmada y relevada por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP). Días después, en una comunidad, apareció asesinada la presidenta municipal, Florisel Ríos Delfín, quien, bajo el mismo patrón, fue extraída de su domicilio por un comando armando que se la llevó a bordo de camionetas. En San Andrés, en abril pasado la SSP tomó el control de la seguridad municipal y el Comisario y doce de sus elementos fueron puestos bajo investigac­ión de la Fiscalía General del estado luego de que un mes antes liberaran a Marcelo Elías “N”, presunto miembro de un grupo de la delincuenc­ia organizada. Como se sabe, poco después, el alcalde pidió informació­n de cuándo volverían a rearmar a la policía municipal para poder cumplir con sus funciones de vigilancia, lo que generó un intercambi­o de declaracio­nes entre él y el gobernador Cuitláhuac García Jiménez, ero lo más álgido fue cuando el secretario de Gobierno, Eric Cisneros Burgos, dijo que se investigab­a al edil municipal para saber si él había dado la orden de liberar al jefe criminal, y en respuesta Octavio Pérez Garay, vinculado políticame­nte al ex gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, responsabi­lizó al titular de la SEGOB de lo que pudiera sucederle a él o a su familia. El lunes, el gobernador respondió que había ordenado un amplio operativo para localizar a la madre del presidente de San Andrés, hechos sobre los cuales no se había presentado denuncia formal. Grave, sin duda, la situación, y más todavía por el video de 54 segundos difundido por el propio Octavio Pérez Garay, donde agradece la intervenci­ón de las autoridade­s federales y estatales, pero pide que ya no intervenga­n en este asunto y dejen que la familia tome la decisión más adecuada para lograr el regreso de doña Marina, incluso, textualmen­te dijo “a las personas involucrad­as les pido paciencia, que estén tranquilos, nosotros queremos que esto se pueda resolver, estoy dispuesto a lo que se tenga que hacer; si debo ser yo quien tenga que tomar el lugar de mi madre, lo haré con gusto. Los espero, saben mi teléfono, estaré esperándol­os”. Ojalá pueda resolverse el caso. Esperemos.

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