Dormir mejora la salud
Un adulto debe dormir, en promedio, siete horas al día; sin embargo, por el trabajo o esparcimiento esto no es así, lo que puede derivar en la mala calidad de vida.
Bajar de peso, hacer ejercicio y cuidar la dieta son algunos de los propósitos más frecuentes con los que se inicia un nuevo año, sin embargo, hay otro aspecto que se debe tomar en cuenta para cuidar la salud: el descanso adecuado.
El Dr. Jorge Salazar Ceballos, neurólogo del Centro Médico Pensiones, platica que dormir correctamente es un requerimiento básico para el bienestar físico y mental de las personas.
“Así como respetamos nuestros horarios de comida y cuidamos lo que comemos, de la misma manera debemos de respetar el número de horas de sueño y la calidad”, asegura.
Cada paciente tiene necesidades específicas, así que dormir “muchas horas no significa que tengas calidad del sueño”. La cantidad de tiempo que debe dormir una persona depende de la edad, actividad que desempeña y algunos hábitos, aunque en promedio lo mínimo que debe de dormir un adulto sano son siete horas.
“El sueño tiene que ser reparador”, enfatiza el especialista.
Dormir sin descansar
De acuerdo con el Dr. Jorge Salazar, los trastornos del sueño son un conjunto de problemas que afectan la calidad de descanso de las personas a la hora de dormir y pueden tener muchas causas.
En algunos casos el sueño se ve afectado tanto por enfermedades, particularmente cardiacas o respiratorias, como por los fármacos que se utilizan para tratarlas, pero también existen enfermedades propias del sueño.
El médico menciona el llamado Trastorno Conductual del Sueño que afecta principalmente a los adultos mayores y en el que el paciente presenta movimientos de acuerdo a lo que sueña. Aunque no frecuentemente, este problema puede asociarse al mal de Parkinson o demencia.
Malos hábitos
Las personas pueden tener ciertos hábitos que afectan la calidad de su descanso y, por lo tanto, generen un trastorno del sueño. “Algunos se pueden corregir de manera muy fácil cambiando los hábitos, como limitar el número de minutos que el paciente duer- me su siesta, modificar la ingesta de ciertos alimentos, practicar ejercicio regularmente, sobre todo por las mañanas. Esto mejora la calidad del sueño”, asegura el Dr. Salazar Ceballos.
Abusar de ciertas sustancias, como medicamentos o alcohol, perjudica el descanso de las personas. En el caso de las bebidas alcohólicas, aunque induce a que las personas se duerman más rápido, éstas no descansan o despiertan a mitad de la noche, pues el sueño se fragmenta. Para ello, la recomendación del médico es beber con moderación.
La privación del sueño o desvelo es otro de los hábitos de los pacientes y, a la larga, afecta la calidad de vida. El uso de celulares o computadoras, por ejemplo, son algunos de los objetos con los que las personas aplazan el momento de dormir.
“Debemos respetar nuestros horarios para ir a dormir, lo que no siempre es así por cuestiones laborales o esparcimiento”, asegura el doctor.
Repercusiones a la salud
Según lo que informa el Dr. Jorge Salazar, los pacientes que se privan del sueño, se predisponen a desarrollar enfermedades como obesidad, diabetes, hipertensión, ansiedad, depresión, aunque tiene que estar presente el factor genético.
La mortalidad también puede ser una consecuencia del descanso insuficiente, por ejemplo, entre los choferes. “Si vas a manejar, debes estar bien descasado. Basta con que parpadees unos segundos para tener un accidente mortal”.
El médico comenta que dormir bien es un reflejo de gozar de buena salud física y mental, y el cuidado del sueño es una forma de prevenir enfermedades. “Uno de los hábitos que tenemos que mejorar es el sueño, pues al hacerlo estamos cuidando nuestra salud en este momento y a futuro”, asegura.
Además, menciona que a veces debido al estrés y necesidades económicas, las personas descuidan aspectos como la actividad física o calidad del sueño, por lo cual tenemos que “aprender” a dormir bien. “Lo importante es detectar cuando se tiene un problema”, concluye el médico.
Cambiar los malos hábitos, como dormir menos o estar mucho tiempo conectado a internet, ayudan a conciliar mejor el sueño