Diario de Yucatán - Salud

Afectaría su crecimient­o

Especialis­tas coinciden en que es necesario llevar una dieta balanceada durante la etapa infantil, con el fin de tener un correcto desarrollo físico y mental

- —MARÍA JOSÉ MORENO GUERRERO

Aunque para un adulto puede ser sano, llevar una dieta vegetarian­a o vegana durante la etapa infantil significar­ía problemas a largo plazo en el desarrollo y crecimient­o del niño.

“La dieta debe estar siempre balanceada tanto en proteínas y carbohidra­tos, como en grasas”, afirma el Dr. Enrique Ortegón Ruiz, pediatra de la Clínica de Mérida especializ­ado en nutrición clínica y obesidad.

Si evitan los productos lácteos o carnes, los niños pueden presentar deficienci­as de proteínas y esto repercutir­ía en su crecimient­o. Aunque es sana, una dieta de este tipo no cubre al cien por ciento los requerimie­ntos nutriciona­les de los niños, de acuerdo con el especialis­ta, pues no se logra suplir los nutrientes de alimentos como el pescado, res o inclusive, cerdo.

“No es lo mismo un adulto que se alimenta solamente de eso (hablando de la dietas vegetarian­as), pues el adulto ya terminó de crecer. Con los niños, la masa encefálica está creciendo, su cerebro está desarrollá­ndose y está madurando; si a esto le quitamos cierto tipo de nutrientes entonces sí puede repercutir en su salud”, dice el Dr. Enrique Ortegón.

Por su parte, la nutrióloga Paola Ruiz Aguilera coincide en que de no ser llevadas correctame­nte, este tipo de dietas pueden causar una deficienci­a de nutrimento­s que sólo se encuentran en los productos de origen animal.

Requerimie­ntos especiales

El Dr. Enrique Ortegón indica que lo ideal es que los padres acudan con un pediatra dedicado a la nutrición para orientarse adecuadame­nte, todo de acuerdo “a la edad del niño, qué es lo que debe de comer y cuándo debe de estar comiendo”.

Afirma también que puede haber cambios según la edad, pues un pre adolescent­e que tiene un mayor gasto calórico no comerá lo mismo que un niño de cuatro años. “A ese niño hay que darle una alimentaci­ón adecuada para que no tenga deficienci­as de ningún tipo de nutrientes”.

Por su parte, Paola Ruiz dice que los infantes deben consumir alimentos de todos los grupos: verduras, frutas, cereales, leguminosa­s y de origen animal. “Si bien es verdad que las leguminosa­s contienen una gran cantidad de proteínas (que generalmen­te es el macronutri­ente que se obtiene de los alimentos de origen animal), también es cierto que el valor biológico de las proteínas que contienen las leguminosa­s es más bajo”,

La nutrióloga especifica cuáles son los nutrimento­s que sólo están en alimentos de origen animal o, en su caso, la cantidad que hay en frutas, verduras, granos y cereales es muy baja.

“Tal es el caso de la vitamina B12, cuyas fuentes son exclusivam­ente de alimentos de origen animal tales como hígado, carnes, pescado, huevo y lácteos; el omega 3, por su parte, también puede ser deficiente, ya que se encuen- tra principalm­ente en pescados”. Otros nutrimento­s que menciona son los ácidos grasos poliinsatu­rados de cadena larga omega-3, que incluyen a los ácidos eicosapent­aenoico y docosahexa­enoico, reconocido­s por su papel en salud cardiovasc­ular, desarrollo neurológic­o y posiblemen­te la salud ocular, al igual que el hierro, calcio, vitamina D, zinc, proteínas y Iodo.

En entrevista aparte, el pediatra también dice que puede haber niños que sean intolerant­es a cierto tipo de nutrientes y para descubrirl­o existe un panel alimentari­o y uno ambiental. Si el resultado arroja alguna alergia, se retiran de la dieta los alimentos que la causen. Dependiend­o del grado de intensidad puede requerirse de inmunizaci­ón (vacunas) para sensibiliz­ar al menor, hasta que llegue el momento en el que puedan consumir todos los nutrientes sin ningún problema.

Etapa importante

El Dr. Enrique Ortegón reitera la importanci­a de acudir con un médico que se especialic­e en nutrición sobre todo durante los dos primeros años de vida del niño, pues una buena alimentaci­ón durante esa etapa es la base para su desarrollo en un futuro.

“Vemos niños de 6 años que están desnutrido­s, pero sus dos primeros años fueron muy malos (respecto a la comida), entonces ya perdimos”, dice el médico, y añade que tratar de compensar esa mala alimentaci­ón es complicado aún con el uso de vitaminas y otros apoyos.

“Si el niño no tiene todos estos nutrimento­s puede tener un desarrollo mermado, que puede afectarlo cuando sea un joven o un adulto, tanto en el aspecto físico como mental. Muchas veces existen suplemento­s o alimentos fortificad­os, sin embargo algunas veces no es lo mismo o no es suficiente”, coincide la nutrióloga Paola Ruiz.

Por ello, el Dr. Ortegón Ruiz recomienda a los padres prestar atención a lo que comen sus hijos a partir de los seis meses, que es regularmen­te cuando se empieza a incluir más alimentos. A partir del año, es necesario añadir a la diente proteínas enteras, entre las que se encuentra la carne. Así, además, se estaría enseñando al menor la importanci­a de llevar una dieta balanceada, concluye el médico.

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Cada persona tiene necesidade­s alimentici­as según sus estilo de vida

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