Afectaría su crecimiento
Especialistas coinciden en que es necesario llevar una dieta balanceada durante la etapa infantil, con el fin de tener un correcto desarrollo físico y mental
Aunque para un adulto puede ser sano, llevar una dieta vegetariana o vegana durante la etapa infantil significaría problemas a largo plazo en el desarrollo y crecimiento del niño.
“La dieta debe estar siempre balanceada tanto en proteínas y carbohidratos, como en grasas”, afirma el Dr. Enrique Ortegón Ruiz, pediatra de la Clínica de Mérida especializado en nutrición clínica y obesidad.
Si evitan los productos lácteos o carnes, los niños pueden presentar deficiencias de proteínas y esto repercutiría en su crecimiento. Aunque es sana, una dieta de este tipo no cubre al cien por ciento los requerimientos nutricionales de los niños, de acuerdo con el especialista, pues no se logra suplir los nutrientes de alimentos como el pescado, res o inclusive, cerdo.
“No es lo mismo un adulto que se alimenta solamente de eso (hablando de la dietas vegetarianas), pues el adulto ya terminó de crecer. Con los niños, la masa encefálica está creciendo, su cerebro está desarrollándose y está madurando; si a esto le quitamos cierto tipo de nutrientes entonces sí puede repercutir en su salud”, dice el Dr. Enrique Ortegón.
Por su parte, la nutrióloga Paola Ruiz Aguilera coincide en que de no ser llevadas correctamente, este tipo de dietas pueden causar una deficiencia de nutrimentos que sólo se encuentran en los productos de origen animal.
Requerimientos especiales
El Dr. Enrique Ortegón indica que lo ideal es que los padres acudan con un pediatra dedicado a la nutrición para orientarse adecuadamente, todo de acuerdo “a la edad del niño, qué es lo que debe de comer y cuándo debe de estar comiendo”.
Afirma también que puede haber cambios según la edad, pues un pre adolescente que tiene un mayor gasto calórico no comerá lo mismo que un niño de cuatro años. “A ese niño hay que darle una alimentación adecuada para que no tenga deficiencias de ningún tipo de nutrientes”.
Por su parte, Paola Ruiz dice que los infantes deben consumir alimentos de todos los grupos: verduras, frutas, cereales, leguminosas y de origen animal. “Si bien es verdad que las leguminosas contienen una gran cantidad de proteínas (que generalmente es el macronutriente que se obtiene de los alimentos de origen animal), también es cierto que el valor biológico de las proteínas que contienen las leguminosas es más bajo”,
La nutrióloga especifica cuáles son los nutrimentos que sólo están en alimentos de origen animal o, en su caso, la cantidad que hay en frutas, verduras, granos y cereales es muy baja.
“Tal es el caso de la vitamina B12, cuyas fuentes son exclusivamente de alimentos de origen animal tales como hígado, carnes, pescado, huevo y lácteos; el omega 3, por su parte, también puede ser deficiente, ya que se encuen- tra principalmente en pescados”. Otros nutrimentos que menciona son los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga omega-3, que incluyen a los ácidos eicosapentaenoico y docosahexaenoico, reconocidos por su papel en salud cardiovascular, desarrollo neurológico y posiblemente la salud ocular, al igual que el hierro, calcio, vitamina D, zinc, proteínas y Iodo.
En entrevista aparte, el pediatra también dice que puede haber niños que sean intolerantes a cierto tipo de nutrientes y para descubrirlo existe un panel alimentario y uno ambiental. Si el resultado arroja alguna alergia, se retiran de la dieta los alimentos que la causen. Dependiendo del grado de intensidad puede requerirse de inmunización (vacunas) para sensibilizar al menor, hasta que llegue el momento en el que puedan consumir todos los nutrientes sin ningún problema.
Etapa importante
El Dr. Enrique Ortegón reitera la importancia de acudir con un médico que se especialice en nutrición sobre todo durante los dos primeros años de vida del niño, pues una buena alimentación durante esa etapa es la base para su desarrollo en un futuro.
“Vemos niños de 6 años que están desnutridos, pero sus dos primeros años fueron muy malos (respecto a la comida), entonces ya perdimos”, dice el médico, y añade que tratar de compensar esa mala alimentación es complicado aún con el uso de vitaminas y otros apoyos.
“Si el niño no tiene todos estos nutrimentos puede tener un desarrollo mermado, que puede afectarlo cuando sea un joven o un adulto, tanto en el aspecto físico como mental. Muchas veces existen suplementos o alimentos fortificados, sin embargo algunas veces no es lo mismo o no es suficiente”, coincide la nutrióloga Paola Ruiz.
Por ello, el Dr. Ortegón Ruiz recomienda a los padres prestar atención a lo que comen sus hijos a partir de los seis meses, que es regularmente cuando se empieza a incluir más alimentos. A partir del año, es necesario añadir a la diente proteínas enteras, entre las que se encuentra la carne. Así, además, se estaría enseñando al menor la importancia de llevar una dieta balanceada, concluye el médico.