Fórmula ayuda al buen dormir
Hace falta medir la calidad y no la cantidad de sueño
No es inusual que nos cueste dormir o que no tengamos un sueño reparador.
De acuerdo con “El Mundo” en nuestro cuerpo existen dos ritmos que nos marcan directamente: el tiempo interno (el que indica nuestro reloj biológico) y dos tiempos que forman el ritmo exterior: el tiempo socio-laboral (aquel que tiene que ver con las obligaciones laborales y sociales) y el tiempo ambiental (determinado por la luz y oscuridad generada por el ciclo solar).
“La situación ideal es aquella en la que los tres tiempos coinciden”, afirma Javier Albares, coordinador del Grupo de Cronobiología de la Sociedad Española del Sueño (SES).
La activación del reloj biológico es diferente en cada persona, “por ello hablamos de personas más matutinas y más vespertinas”, afirma Óscar Sans, miembro de la SES. Las primeras son aquellas a las que no les cuesta levantarse, rinden perfectamente durante toda la mañana y según va pasando el día su energía se va gastando. Por el contrario, las vespertinas son aquellas a las que por la mañana les cuesta hacer cualquier tipo de actividad y por la tarde se activan.
“Dormir bien significa rendir bien durante el día”, asegura la doctora Milagros Merino, secretaria de SES.
Es importante que nosotros mismos seamos responsables con el sueño al igual que lo hacemos con la alimentación. Para ayudarnos a poder descansar mejor, a nivel social y personal es importante tener en cuenta tres cosas. Según señala Casero, saber organizarnos bien, saber decir que no a ciertas actividades -por ejemplo a partir de cierta hora no contesto a correos de trabajo y me dedico a mi familia-, y mantener buenos hábitos saludables: buena alimentación, hacer ejercicio y tener unos horarios regulares.
“Una de las cosas esenciales para el descanso es la luz natural. Debemos pasar en el exterior al menos dos horas al día, preferiblemente por la mañana, sin embargo sólo estamos, de media, unos 30 minutos al día”, concluye Alberes.