“La paradoja del ejercicio”
El inconsciente es un obstáculo para mover el cuerpo
A pesar de sus múltiples beneficios, tener la voluntad para hacer ejercicio puede resultar complicado.
Ahora, un nuevo estudio realizado por la Universidad de British Columbia, en Canadá, en conjunto con la Universidad de Ginebra, en Suiza, ha encontrado que el principal obstáculo para mover nuestro cuerpo está en nuestro cerebro.
“Conservar energía ha sido esencial para la supervivencia del ser humano ya que le ha permitido ser más eficiente en buscar comida, encontrar refugio, competir por una pareja sexual y evitar predadores”, explicó el científico Matthieu Boisgontier en el portal de la universidad canadiense.
Los investigadores llamaron a la hipótesis “la paradoja del ejercicio”, ya que pese a los beneficios que brinda la actividad, el cerebro tiene una atracción al comportamiento sedentario.
El experimento se basó en observar las reacciones del cerebro de 29 voluntarios entre hombres y mujeres.
Uno de los requisitos era que las personas tuvieran interés en la actividad física, aunque solo unos pocos lo hicieran de forma regular.
Cada uno fue sometido a una prueba en la que fueron expuestos a imágenes, compuestas en base a líneas, en las que se mostraba una figura realizando una actividad física.
Los participantes tenían que acercarse lo más rápido posible moviendo un avatar hacia las imágenes más activas y alejarse de las más sedentarias, repitiendo la acción a la inversa.
Todos los participantes se mostraron atraídos a las figuras que incitaban el movimiento; a medida que eso sucedía los científicos encontraron una mayor actividad cerebral, demostrando que una cosa era la intención que se tenía, pero otra lo que inconscientemente quería el cuerpo en realidad.
Los investigadores reconocen que al ser un estudio pequeño es necesario hacer más indagaciones, en especial para potenciar “las ganas de hacer ejercicio” de los participantes.
En particular porque los seres humanos tienen la capacidad de escoger qué hacer de manera consciente, desafiando incluso a las señales que manda el cerebro.