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Los tianguis de libros usados, una alternativa económica para no perder el gusto por leer
A pesar de la preferencia por las redes sociales y todo lo que emane de ellas, la afición por leer libros impresos parece aumentar entre los yucatecos. La reciente Feria Internacional de la Lectura en Yucatán (Filey) y otros eventos municipales de ese tipo parecen demostrarlo.
Las librerías no son ya esos lugares semivacíos a los que pocos se aventuraban a entrar, hoy se percibe en ellas un constante fluir de personas de todas las edades en búsqueda de títulos atractivos o a los autores de sus preferencias.
A la par de ellas crece un mercado de libros más económicos y que se exhiben en lugares fijos, sea un parque o en los mercados y tianguis de la ciudad. Se trata de los libros usados, de segunda mano o “antiguos”, como muchos les llaman.
Aquí una obra de Gabriel García Márquez se oferta en $30, cuando su valor puede alcanzar los $200 en librerías. También se encuentran textos de álgebra a $50 o enciclopedias a menos de la mitad de lo que comúnmente valen en esos comercios.
Obras de Elena Poniatowska, Carlos Fuentes, Luis Spota, Mario Benedetti, María Novaro, Armando Fuentes Aguirre (“Catón”), Guadalupe Loaeza, Jeffrey Archer o Taylor Caldwell, por nombrar algunos, conviven en el mercado Lucas de Gálvez entre tomates, cebollas, condimentos y demás productos, lo mismo que entre ropa, calzado y un sinfín de objetos más en los tianguis de esta capital.
“Sucede algo parecido que con la ropa, hay quienes vienen y te los regalan, pues pertenecían a algún familiar ya fallecido y por desocupar espacios se deshacen de ellos. O te dicen que tienen libros que ya no les sirven y que si quieres puedes ir a buscarlos”, comentó Francisco Sosa, quien vende revistas y libros de segunda mano en el Lucas de Gálvez.
El comerciante comentó
que no se les puede subir mucho el precio, pues la gente no los compra y aunque tengan lo mismo que uno nuevo no se lo llevan si está muy caro.
La mayoría de los tianguis de la ciudad oferta libros usados. Algunos tianguistas se especializan en ellos; es decir, sólo eso venden.
Otros lo hacen junto con ropa, antigüedades u otro tipo de artículos comunes en un tianguis.
En el centro de la ciudad se pueden encontrar establecimientos fijos de libros usados en las calles 65 entre 62 y 64; 64 entre 55 y 57, 63 entre 60 y 58, y 61 entre 62 y 64, por mencionar algunos.
La pasada edición de la Filey contó también con varios módulos de libros usados o “antiguos”, tanto de comercios locales como de otros estados del país.
La variedad es inmensa, hay de todos los temas, tamaños y precios, aunque no todos tan económicos, principalmente los del rubro conocido como “libros yucatecos” y las publicaciones que no han vuelto a editarse, como “Historia de Yucatán” de Eligio Ancona, o la del padre Diego de Cogolludo, que alcanzan precios arriba de los tres mil pesos.
Algo parecido ocurre con las obras editadas por la editorial “Club del libro yucateco”, cuyo amplio catálogo abarca desde novelas, cuentos y leyendas hasta poesías y ensayos.—