Pista de baile
Ven con buenos ojos los danzones en Santa Lucía
Cada domingo el parque de Santa Lucía se convierte en una pista de baile, en la que la gente de la tercera edad demuestra su talento para el danzón, el tango y la salsa.
Irma inicia el ritual de cada domingo: se levanta alrededor de las ocho de la mañana, toma un desayuno ligero (más tarde comerá unos panuchos), se baña, se pone su ropa seleccionada y planchada una noche antes; se maquilla, se pone su mejor perfume y sus mejores zapatos. Después se prepara para acudir a su mejor terapia: el baile. ¿Su destino? El parque de Santa Lucía.
Cada domingo ese espacio se convierte en una pista de baile donde la gente, sobre todo de la tercera edad, participa en el programa Mérida en Domingo.
A partir de las 11:30 horas decenas de hombres y mujeres lucen sus mejores galas: vestidos largos, sombreros con plumas, sacos y pantalones de vestir para bailar con un entusiasmo que incluso contagia a turistas nacionales y extranjeros, convirtiéndose en el escenario perfecto para que la gente muestre sus pasos de baile.
Todos aguardan sentados mientras esperan que el grupo termine de hacer las pruebas de sonido, para luego empezar a mover los pies en la pista.
Minutos antes del mediodía la banda empieza la jornada. Una valiente pareja inaugura la pista y deleita a los presentes con sus singulares pasos; pero poco a poco más personas se unen y en cuestión de minutos el escenario está lleno.
Quienes no alcanzaron sitio bailan desde sus lugares o a un lado del escenario. Otros prefieren quedarse sentados y sólo admirar a los bailarines que con sus rostros demuestran la alegría y pasión por la danza.
Veteranos bailarines
La mayoría de las personas que acuden a este evento, que promueve el Ayuntamiento de Mérida, es de la tercera edad que se deja llevar por los diferentes ritmos —danzón, tango, salsa, cumbia, entre otros—. No importan las inclemencias, es decir, si hace mucho calor o si llueve, ellos
siempre acuden puntuales cada domingo.
Para casi todas las personas acudir cada fin de semana
a este lugar es una manera de eliminar el estrés causado por la rutina de la semana y con el fin de pasar
un rato haciendo lo que más les gusta.
Otros lo ven como una terapia que los relaja y los ayuda a seguir adelante.
Todos usan sus mejores galas para acudir al parque a bailar, pues para ellos el baile es un momento de elegancia y al cual deben asistir bien vestidos.
“A mí me gusta venir cada domingo porque me relaja, bailar es lo que más me gusta, vengo aquí ya desde hace 20 años”, dijo la señora Irma.
Rodrigo Gutiérrez, quien usa un sombrero negro con una pluma en un lado y un traje de color con chaleco, comentó que para él es ya una tradición acudir a bailar cada domingo y un compromiso que se debe cumplir, es como ir al trabajo.
“El baile es lo mejor, uno se libera de todo, de lo malo, y se despeja la mente en la pista”, apuntó.—