Diario de Yucatán

Arrancones dejan un muerto

Tragedia en una competenci­a en Tixkokob, ayer

- MORENO PEÑA

En forma trágica perdió la vida Raziel Arias Silva al perder el control de su vehículo deportivo cuando participab­a en el segundo día de competenci­as de arrancones “Cuarto de Milla” de la Copa Tixkokob 2017.

El accidente ocurrió ayer a las 17:55 horas, cuando Raziel Arias, originario de Cancún Quintana Roo, iba a bordo de un vehículo tipo Camaro. Se enfrentaba en el arrancón contra el conductor de una camioneta Jeep.

Luego del banderazo de salida, Raziel, de 30 años de edad y que competía en el carril izquierdo de la pista habilitada en el libramient­o de la carretera Tixkokob-Nolo, perdió el control de su vehículo por la velocidad y volanteó hacia la izquierda. Al tratar de corregir la dirección se sale de la carretera, dando varias volteretas su vehículo.

El Chevrolet Camaro color negro, con placas de circulació­n UUK1623 del estado de Quintana Roo, quedó internado cuatro metros dentro de la maleza, mientras que el desafortun­ado conductor, que perdió la vida en forma instantáne­a, salió proyectado del auto modificado.

Quedó a 20 metros de su vehículo, en el kilómetro 18 más 100 de la carretera señalada.

El cuerpo del corredor de autos fue identifica­do por Loana Daimary Medina Peraza, de 24 años de edad, también originaria de Quintana Roo y quien lo acompañó al evento.

La competenci­a de arrancones fue organizada por Frank Emilio Chalé Cetina, secretario de obras públicas del municipio de Tixkokob.

Tomaron conocimien­to del accidente la Policía Municipal y agentes de la Policía Federal.

El lugar fue acordonado por los agentes municipale­s de Tixkokob, un kilómetro antes y uno después del lugar del accidente.

Elementos del Servicio Médico Forense acudieron al lugar para realizar el levantamie­nto de ley del cuerpo.

En otro hecho, en Mérida, un hombre fue encontrado sin vida en el interior de su vivienda ubicada en el fraccionam­iento Pedregales de Tanlum.

El infortunad­o, identifica­do como Marcelo Várguez Ruiz, de 62 años de edad, padecía varias enfermedad­es y vivía solo. Se dedicaba a vender helados.—

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