Diario de Yucatán

Sorpresas electorale­s

- MANUEL ANTONIO ALCOCER HERNÁNDEZ (*)

En un acto de equidad debidament­e justificad­o, el 50% de las alcaldías de nuestro estado serán ocupadas por mujeres que en algunos casos han demostrado suficiente capacidad para llevar las riendas de un municipio tanto en lo político como en lo administra­tivo. Cuando menos eso se ha propagado y así debería de ser. Nada más hay que tener en cuenta que los partidos políticos de repente tienen ases bajo la manga y los sacan a relucir pese a todas las normas establecid­as.

Pues cómo no si se dan cuenta de que los organismos electorale­s tuercen las leyes y les dan la interpreta­ción que les ordenen para no sancionar a quienes violan las reglas establecid­as.

Nadie puede negar que en algunos municipios han habido alcaldesas que han hecho papeles decorosos durante su gestión, así como tampoco se puede ocultar que hay damas que se aprovechan de la puerta abierta y quieren entrar sin tener la llave de los conocimien­tos para llevar a buen puerto la comunidad por la que se pretenden postular.

Y eso se da tanto en el PRI como en el PAN, aunque es más visible en el tricolor.

Regidoras que trabajan en el equipo del actual alcalde sienten que el trabajo encomendad­o las ha hecho populares y creen que gobernar es ordenar lo que se debe de hacer y mandar en el municipio sintiéndos­e la primera autoridad y no la que debe de dar el ejemplo de servir a los ciudadanos.

Mujeres que porque ostentan alguna profesión sienten que deben de ser las nominadas.

En descargo, hay que reconocer que hay muchas mujeres con los arrestos suficiente­s para desempeñar un buen trabajo como alcaldesas siendo regidoras, profesioni­stas, empleadas o amas de casa. Es perfectame­nte entendible la definición: el 50% de las alcaldías serán ocupadas por mujeres. No se menciona a qué se deban ocupar en sus labores cotidianas. Probableme­nte los ofendidos serán los llamados “machistas” ————— (*) Cronista y ex alcalde de Tizimín y los eternament­e inconforme­s.

Hemos sido testigos de alcaldesas que se han ganado a pulso el reconocimi­ento a su labor y también hemos atestiguad­o a algunas que se han aprovechad­o de su cargo y se han ganado el repudio de su comunidad.

Pero la cuestión es que no sólo las mujeres tienen ese derecho. Los jóvenes empujan fuerte para ganarse el derecho a la nominación de su partido y los campesinos también pueden aspirar a gobernar su comunidad. La cuestión es que a las mujeres, jóvenes y campesinos no se les relegue a municipios pequeños y considerad­os por los altos mandos de poca importanci­a. En todos los 106 municipios hay personas con las caracterís­ticas mencionada­s que bien pueden ser considerad­os por su partido como candidatos. La preparació­n para gobernar no es exclusiva de hombres y mujeres de clase media o alta.

Hay que dejar de pensar en posibilida­des y empezar a fijarse en todos los ciudadanos que tengan las caracterís­ticas necesarias para ocupar un puesto de elección popular sin que sirvan como fundamento sus ocupacione­s laborales. Todo lo anterior será una práctica que segurament­e sorprender­á, pero servirá de utilidad en el futuro.

El problema será que el voto duro de cada uno de los partidos contendien­tes perderá fuerza porque muchos de los rechazados se sentirán ofendidos y no votarán, o lo harán por otro partido. Los recomendad­os por quienes aspiran a la gubernatur­a no tendrán la misma fuerza que la costumbre les daba. El pueblo ya no quiere ver las mismas caras en diferentes puestos. El cambio es obligado por la fuerza de la razón.

Y como ejemplo podemos mencionar las declaracio­nes de Pablo Gamboa Miner, del que muchos no están seguros que haya nacido en Yucatán, quien dijo con claridad que él estará en las boletas electorale­s: como candidato a gobernador, senador o alcalde de Mérida. Desde luego que puede aspirar aun sin haber visto la primera luz en esta nuestra tierra. Pero lo admirable del caso es que su declaració­n se asemeja a la Lotería Nacional: premio mayor, premio de consolació­n o cambio. Tiene Pablo la seguridad de estar en la boleta. Él, y nosotros también, sabemos por qué.

De lo que estamos seguros es que en 2018 habrá sorpresas electorale­s que dividirán los resultados sin darle certeza a nadie.

Y todavía falta la que segurament­e será una larga lista de candidatos independie­ntes, sobre todo para las alcaldías. Veremos.— Tizimín, Yucatán.

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