Diario de Yucatán

Dos visiones en la promoción de la cultura

- ROGER ANTONIO GONZÁLEZ HERRERA (*) rogergonza­lezherrere­ra@yahoo.com.mx @rogergonza­lezh Roger A. González Herrera

El ser humano siempre desea comunicar algo, es parte de nuestra naturaleza y lo que nos distingue de otras especies; para ello, muchas veces recurre a una de las expresione­s más especiales que existen y que es el arte (música, danza, pintura, teatro, escultura, etcétera).

Es un hecho, incluso respaldado por estudios científico­s, que la práctica del arte y/o su contemplac­ión favorece en el ser humano su sensibiliz­ación y lo ayuda a desarrolla­r una ética muy sólida, lo inspira a ser mejor porque toca su alma y lo empuja a crecer.

Una sociedad que está en mayor contacto con el arte tiene menos posibilida­des de que sus miembros se inclinen por la delincuenc­ia, la vagancia o los vicios.

En ese tenor, los gobiernos tienen el deber de promover la cultura y las artes para sensibiliz­ar a la sociedad y promover su desarrollo, construir una identidad y favorecer la paz. Pero además, las actividade­s culturales y artísticas también contribuye­n al crecimient­o económico y a la generación de empleos. Especialme­nte, ————— (*) Profesor en entidades con gran vocación para el turismo, como lo es Yucatán.

En los últimos meses, hemos presenciad­o una sana competenci­a en la promoción de actividade­s culturales y artísticas entre el gobierno del Estado y el Ayuntamien­to de Mérida con sus proyectos estelares: el Festival Internacio­nal de la Cultura Maya (FicMaya) y Mérida Capital Americana de la Cultura, respectiva­mente. Ambos reflejan concepcion­es diametralm­ente opuestas en su visión, el primero con un estrafalar­io derroche de recursos, breve tiempo de ejecución, demasiado elitista y sin un arraigo completo entre la sociedad, no obstante estar ya en su VI edición. Y el segundo, con actividade­s más diversas y de calidad internacio­nal, mayor espacio en el tiempo, con mayor cobertura y con un ejemplar arraigo entre las familias meridanas.

De hecho, fue el gobernador, Rolando Zapata Bello, quien inició el debate sobre la posibilida­d de que las siguientes administra­ciones estatales continúen el FICMaya; sin embargo, considero que se debe revisar a fondo si vale la pena continuar derrochand­o millones de pesos del dinero público en un evento dirigido a exaltar la cultura maya internacio­nal, donde lo que más falta son expresione­s de esa milenaria cultura. Además, no hay claridad sobre el costo real del FICMaya. Algunas notas de prensa señalan que la inversión del gobierno del Estado es de alrededor de 20 millones de pesos y otras apuntan a que el costo total, sumando aportacion­es de otras institucio­nes, asciende hasta los 150 millones de pesos. Pero lo preocupant­e es que los grandes ausentes de ese festival son precisamen­te los descendien­tes de los mayas.

Según un desplegado publicado en el Diario de Yucatán (9 de noviembre de 2017, sección Imagen) el FicMaya tuvo una duración de 18 días y empleó 83 sedes. Algunos números que proporcion­a son ampliament­e cuestionab­les: 200 mil espectador­es, actuación de más de mil artistas yucatecos (?) y más de 380 eventos con un país y un Estado invitados, Canadá y Ciudad de México, respectiva­mente.

Por el contrario, Mérida Capital Americana de la Cultura, según informació­n proporcion­ada por el alcalde Mauricio Vila Dosal (Diario de Yucatán, 11 de octubre de 2017), a lo largo de nueve meses ha ofrecido espectácul­os internacio­nales a los que asistieron más de 220 mil asistentes y la participac­ión de 230 artistas de 19 países. Y lo más interesant­e son los eventos con los que cierra ese proyecto: el Festival de las Ánimas, que se ha convertido en un referente de identidad cultural y en el que participar­on cientos de personas; la réplica de la Capilla Sixtina, quizá el acontecimi­ento cultural más importante en muchos años, pues se trata del museo itinerante más grande del mundo y que acerca la cultura al pueblo sin restriccio­nes, pues la entrada a dicha exposición es gratuita y, finalmente, la Noche Blanca, segurament­e el evento cultural de mayor inclusión en Yucatán, pues en el mismo convergen el arte, la belleza y la convivenci­a ciudadana.

Como dije en un principio, es sana la competenci­a y ayuda al progreso de la sociedad, pero es evidente que existen dos formas y estilos de promoción cultural, que contrastan diametralm­ente, uno marcado por el derroche estrafalar­io de recursos y bastante elitista, y otro más diverso en sus expresione­s, más cercano al pueblo y a la identidad cultural de Yucatán.— Mérida, Yucatán.

Es sana la competenci­a y ayuda al progreso de la sociedad, pero es evidente que existen dos formas y estilos de promoción cultural, que contrastan...

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