Harán reír con su noviazgo
Una probadita de la obra “Cosas de papá y mamá”
Tras el éxito obtenido en Ciudad de México, donde por diez semanas agotaron las entradas, la obra “Cosas de papá y mamá” se presentará el próximo martes 16, a las 6:30 de la tarde y 9:15 de la noche, en el teatro José Peón Contreras.
“(Mérida) es nuestra primera plaza y venimos con mucha ilusión de que el público yucateco se ría mucho”, señala Jorge Ortiz de Pinedo, director y protagonista de la obra en la que comparte escenario con la primera actriz Susana Alexander, Daniela Luján, Ricardo Margaleff y Sergio Saldívar.
“Doña Susana es una estrella, una figura nacional, yo le llamo un tesoro, ‘la tesorito’. La verdad es un genio de la comicidad y del drama… Es un monstruo, es un ícono del teatro mexicano y verla es un agasajo. Muchas personas admiran a Susana por sus anteriores trabajos.
“Pero —interviene Susana— esta vez me van a ver como en un papel muy diferente… no tiene nada que ver conmigo. Me gusta mucho (el personaje), y hasta yo estoy sorprendida”.
Escrita por el dramaturgo español Alfonso Paso en 1960, la obra cuenta la historia de Leandro (Ortiz de Pinedo) y Elena (Susana Alexander) dos adultos mayores que se enamoran tras conocerse en un hospital a pesar de la oposición de sus hijos.
Ortiz de Pinedo recuerda que vio la obra por primera vez en 1965 en el teatro Insurgentes de Ciudad de México. “Mi personaje lo hacía mi papá, yo era un chamaco y decía: ‘qué padre de poder hacer una obra así’, y ahora aquí estoy...”.
Señala que la obra le trae buenos recuerdos pues en aquel entonces la actriz que hacía de Justina el día del estreno se enfermó y no llegó, y Manolo Fábregas, el empresario de esa época “le pidió a mi madre, que siempre acompañaba a mi padre a los ensayos, que hiciera el personaje, y terminó la obra estrenándose con mi mamá y mi papá”.
“Ahora nos pasó otra cosa rara: nos ponemos a ensayar, y de repente a poco del estreno y mi mujer, Gabriela, que es la productora, me dice: ‘hay que poner en el programa quién va a interpretar el papel de Justina, estrenamos en tres días’. Nunca se me ocurrió llamar a nadie para ese personaje, y le dije: ‘tú ya viste la obra, la haces tú, y terminó estrenando mi mujer”.
Ortiz de Pinedo señala que si bien el público se va divertir, tanto para él como para Susana Alexander la puesta es todo un reto pues tienen que cambiar a dos viejos decrépitos.
“Es una obra tan divertida y por eso es un éxito mundial, es tan familiar que es algo que raramente sucede. La gente se ríe desde que empieza hasta que termina”.
Acerca de que les ha dejado la obra, Susana Alexander comparte que el placer y gusto de trabajar con Jorge Ortiz de Pinedo.
“Todos juntos hacemos que suceda el milagro de la risa en la gente, porque no es fácil hacer reír, lo más difícil es la comedia, es un agasajo para el público”.
La experiencia
Por su parte, Ortiz de Pinedo dice que lo más padre es que cuando suena la obertura, se levanta el telón y aparece Susana Alexander “la gente aplaude y se ríe sin que ella haga nada, porque creo que la gente dice: estos nos van a hacer reír y entretener, y la gente se predispone como cuando uno llega a una fiesta… y cuando uno va al teatro, va a una fiesta”.
“La experiencia que me deja a mí, es ver cómo la obra que vi hace 55 años con mi padre y que era fantásticamente efectiva al tiempo sigue siendo igual de buena, igual de muy divertida, con otros actores, otra manera de pensar porque el mundo ha cambiado de una manera brutal, pero la esencia de la obra es la misma: entretenimiento, diversión y el razonamiento de que no hay edad para el amor, a cualquier edad te encuentras al roto para el descosido”.—