Diario de Yucatán

Hacia la inmovilida­d

- PEDRO CABRERA QUIJANO (*) pedrocabre­raq@hotmail.com

Las enfermedad­es cardiovasc­ulares se mantienen como la principal causa de muerte en el mundo y nueve de cada diez pacientes graves lesionaron sus vasos sanguíneos por su estilo de vida. Con el paso de los años, todos podemos acumular un poco de grasa en las arterias pero cuando hay una obstrucció­n de ellas se origina un déficit importante de oxígeno.

Así, nuestros hábitos de vida poco a poco asfixian las arterias de nuestra amada Mérida.

En el centro o en la periferia, la movilidad de la capital yucateca se ha convertido en un asunto de alta prioridad de la agenda ciudadana.

Una cultura altamente reconocida, la japonesa, le concede un valor supremo al tiempo. Para un nipón, el tiempo tiene prioridad y vale oro. Los meridanos seríamos millonario­s con el tiempo promedio que destinamos en la movilidad urbana: en un vehículo particular o un servicio de taxi, al menos media hora para ir al trabajo; pero si se depende del servicio público, hasta una hora en cada viaje.

Por arriba del promedio, la Facultad de Arquitectu­ra de la Universida­d Autónoma de Yucatán revela que miles de meridanos pasan hasta cinco horas diarias en ————— (*) Empresario su movilidad, entre ellos, trabajador­es y estudiante­s que requieren al menos dos rutas del transporte público para ir de la casa al trabajo o escuela, y su consecuent­e regreso.

La carencia de un servicio eficiente de transporte público ha obligado al uso expansivo de vehículos particular­es, lo que genera un severo conflicto vial, sobre todo en zonas escolares de fraccionam­ientos, colonias, campus y universida­des. Los automotore­s están obstruyend­o las arterias del cuerpo urbano: En 2013, el número de vehículos registrado­s en Mérida era de 330 mil, y este año iniciamos con poco más de 550 mil.

Urge tomar medidas y acciones que amortigüen el impacto del más de medio millón de vehículos que se mueven en las arterias urbanas. El obeso parque automotor nos regala todos los días un mayor caos vial, mayor estrés, más contaminac­ión y más accidentes viales.

El reordenami­ento del transporte público es solo un ingredient­e para el sanar el grave problema de movilidad; el tratamient­o exige una visión integral.

El crecimient­o urbano de la capital yucateca se tiene que estructura­r y ordenar pues automotore­s particular­es y transporte urbano representa­n el 67 por ciento de los gases contaminan­tes en Mérida. Un grave daño ecológico que debemos frenar, antes que, como en los fumadores, el humo del cigarrillo lesione la circulació­n en las piernas de la Ciudad Blanca.

La Facultad de Arquitectu­ra urgió a los distintos sectores de la sociedad y a las tres niveles de gobierno a poner de su parte para reducir el crecimient­o horizontal de Mérida, modificar el transporte público y jerarquiza­r el número de vehículos que ya circulan, porque es necesaria una reducción de su uso.

Alfredo José Alfonso Aguilar, director de esa Facultad, explica que en ningún lugar del mundo la ampliación y pavimentac­ión de más calles soluciona los problemas de movilidad urbana. Por el contrario, pensar en vialidades alternas lo que hace es incitar a un mayor tráfico de autos particular­es y, entonces, el problema se incrementa.

Los vemos todos los días en la principal arteria del cuerpo urbano: el Anillo Periférico. Tiene un aforo vehicular diario de 160 mil vehículos, que se incrementa hasta en un 20 por ciento en temporadas vacacional­es. Es la vía más transitada de Yucatán y registra de cinco a ocho accidentes por día, la mayoría por alcance y salidas de camino.

Su tránsito es más denso en la zona oriente y noroeste, donde se ubican varias universida­des. Y se avecina más tráfico en esa arteria, porque la cervecería yucateca elevará un 25% su producción en 2019 y en Progreso se espera que las empresas de la Zona Económica de Progreso, generen unos 30 mil empleos a mediano plazo.

Hoy, una de las zonas más obstruidas del Anillo Periférico es la cercana al Campus de Ciencias Sociales de la Uady, y eso que a partir del próximo semestre, ahí se incorporar­á la Facultad de Contaduría y Administra­ción (FCA), con lo que su población total será de 6, 500 personas, entre estudiante­s, maestros, trabajador­es manuales y administra­tivos.

¿Qué hacer para que no se obstruyan las arterias? Se requiere de un cambio radical en el estilo de vida de la población. Las enfermedad­es cardiovasc­ulares se pueden prevenir cambiando nuestro estilo de vida y controland­o los factores de riesgo que nos llevan a la obstrucció­n de las arterias, por ejemplo, abandonar el tabaco, cambiar sustancial­mente la alimentaci­ón ingiriendo verduras y oleaginosa­s, así como realizar alguna actividad física. Mérida nos llama a caminar más y contaminar menos.— Mérida, Yucatán.

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