Lo difícil de “cuadrar las cuentas”
En las empresas, exceptuando obviamente el departamento contable, la mayoría de los empleados no son contadores y es necesario que tengan ciertos conocimientos muy elementales con respecto a la contabilidad. Hay varios cursos que se realizan para no contadores, pero en este escrito no puedo publicar tanto material al respecto, pero creo que puedo tocar en forma breve lo que se debe conocer para al menos entender cierta terminología o cifras que se contienen en la información financiera.
Sabemos que la contabilidad viene del año 1492, descubierta por Luca de Paccioli, quien fue un fray y quien también dio a conocer las proporciones matemáticas. La contabilidad, entonces, nace en la Edad Media y hasta la fecha su parte técnica de registro no ha sufrido ningún cambio. Sirvió inicialmente como un sistema de registro de entradas y salidas de dinero en efectivo utilizando una sola cuenta, ————— (*) Maestro en Finanzas. Consultor de empresas y posteriormente se perfeccionó con la llamada partida doble; es decir, la cuenta contraria que dio lugar a la terminología de que a todo cargo corresponde un abono. Para los no contadores podemos inferir que toda causa tiene un efecto, esto quiere decir, por ejemplo: si entran cien pesos a caja tuvo que provenir de algún lado, y para eso sirve la contracuenta en la llamada partida doble. Pudo ser por pago de un adeudo de un cliente, entonces es cuando se hace el llamado asiento contable de hacer un cargo o entrada a caja y un abono a clientes por el pago que realiza, correspondiente a un adeudo.
Se ha discutido mucho sobre si la contabilidad es una técnica o una ciencia. Varios autores especializados mencionan que es una ciencia de tipo social, o sea no exacta, y otros que es una técnica porque es resultado de la expresión humana. Independientemente de que se pongan o no de acuerdo los investigadores contables, lo cierto es que no es una ciencia exacta debido a que interviene precisamente la persona humana que es el contador, quien tiene que tomar decisiones sobre determinadas operaciones a realizar: por ejemplo, en el caso de una inversión por compra de una maquinaria, ésta no se lleva a una cuenta de gastos, sino a una cuenta de inversiones, pero cuando se utiliza se tiene que llevar a gastos la parte respectiva al tiempo utilizado, por lo que debe hacerse un asiento contable. Entonces interviene la decisión del contador de cuánto aplicar al gasto y esta aplicación en la contabilidad se denomina depreciación.
Como han visto en el ejemplo anterior, así hay muchos casos en inventarios y su valuación, los intangibles, los pasivos y otros. En virtud de todo esto comentado, nunca puede ser exacta la contabilidad porque no es el resultado de una fórmula matemática que si se trata de resolver un problema aplicándola, todos deben llegar al mismo resultado. En la contabilidad, si por ejemplo recabo toda la información y documentos de un mes de una determinada empresa y le saco cinco copias y las distribuyo a igual número de contadores y les pido que hagan los registros contables y formulen el estado de resultados, en forma segura les digo que todos tendrán resultados diferentes.
La contabilidad, cuando se estudia, resulta sencilla y simple, pero nosotros mismos los contadores la hemos complicado muchísimo, precisamente adicionando cuentas y más cuentas con significados diferentes, tratando de perfeccionar la información financiera. Así han salido cuentas de revaluaciones, de registros de resultados futuros y muchos más en que se editan boletines tan complicados que los mismos contadores y usuarios no llegan a comprender totalmente y todo esto para tratar de llegar a una exactitud, pero esto nunca será, por más boletines y explicaciones se editen, precisamente porque no es una ciencia exacta. Yo le voy más a que es una técnica y precisamente, como tal, siempre estará presente la mente humana y cuando ésta interviene, al ser las formas de pensar totalmente diferentes, nunca llegaremos a ponernos de acuerdo como cuando en matemáticas dos más dos es cuatro. Admiro a mis colegas que estudian y emiten los boletines y espero lleguen verdaderamente a unificar criterios, aunque no logren la exactitud.
No se extrañen, por lo tanto, que nosotros los contadores siempre estaremos buscando la exactitud, por eso nos concentramos en un concepto que le llamamos “cuadrar las cuentas” y los no contadores cuando escuchen a un contador decir “no me cuadra” es que está precisamente pensando matemáticamente en una ciencia que no es exacta y por buscar cien pesos de diferencia se pierde mucho tiempo, esto hace que los ejecutivos no contadores se impacienten en espera de información financiera.
Bien, pues después de platicar sobre las partes fundamentales, entraré a explicar los otros elementos, pero por falta de espacio será otro boleto posterior.— Mérida, Yucatán.