Historias ocultas de Izamal, tema de estudio
Explican origen de la devoción a la Virgen María
La ciudad de Izamal, conocida por su centro histórico de fachadas amarillas y las huellas que la historia prehispánica, colonial y contemporánea han dejado en ella, todavía guarda historias que contar.
Algunas de ellas se recopilaron en el volumen “Izamal en el tiempo”, que conjunta la perspectiva de la arqueología, historia, religión y crónica para ofrecer una visión diacrónica del devenir de la ciudad.
Para Stella María González Cicero, directora general de Apoyo al Desarrollo de Archivos y Bibliotecas, la sacralidad de Izamal no sólo proviene de la devoción a la Virgen María, sino que se remonta a la época prehispánica y su fundación como ciudad mítica.
“En ese peregrinar un personaje encarna el papel de dirigente, guía, pero también de sacerdote, el cual encarna la figura del dios Itzamatul, de donde toma su nombre como Zamná”, señaló en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt.
Retomando del antropólogo Alfredo López Austin el concepto de los hombres-dioses —encargados de guiar a las comunidades indígenas por toda Mesoamérica, desde una ciudad mítica hasta su establecimiento definitivo en diferentes ciudades—, Zamná es visto como el hombre-dios que guía la fundación de Izamal.
“Al reproducir en la misma fundación los mismos actos que la fundación mítica, la orientación, los tipos de centros ceremoniales que se crean, están reproduciendo los modelos originarios de la humanidad”, apuntó Stella González.
De acuerdo con la investigadora, los franciscanos retomaron la sacralidad pre- hispánica para establecer el culto a la Virgen, con la que se sustituyó la figura de Zamná, a manera de bálsamo para los indígenas durante lo que fue una cruenta conquista militar y espiritual.
“Aunque no hubo armas en
la conquista espiritual, hay una destrucción total de un mundo interno y de una cosmología perfectamente ubicada y ordenada de acuerdo con las creencias mayas. Tan desamparados se encontraban los indígenas, que al encontrar en la figura de María una madre a nivel personal, de comunidad y de pueblo, comienzan a tenerle una devoción muy grande”.
Los franciscanos permitieron a los indígenas expresar a la Virgen María manifestaciones propias de su cultura —como bailes, cantos y ofrendas—, al igual que hacían para el dios Itzamatul o para el sacerdote Zamná.
La devoción a María se extendió hacia una devoción de toda la iglesia de Yucatán, debido a los favores que la Península recibió de la virgen ante la propagación de pestes y enfermedades.
Entre sus publicaciones, Stella González escribió el libro “Nuestra Señora de Izamal: Reina y patrona de Yucatán. Retrospectiva histórica de la sacralidad de Izamal y el culto mariano”, apoyado por el Fomento Cultural Banamex.