Trinan colonos contra el Albergue Belén
Mucha gente ha sido amenazada por eso no alzan la voz, pero ya estamos hartos, exclaman habitantes y exigen sea removido de esa zona
Habitantes de San Antonio Cahoacán exigen control, algunos migrantes los agreden durante la protesta.
Representantes de la colonia San Antonio Cahoacán vuelven a protestar ante la inseguridad que se vive en los alrededores del Albergue para Migrantes Belén, aseguran que muchos de los extranjeros que acuden a este lugar traen antecedentes delictivos y continúan cometiendo sus fechorías sin que ninguna autoridad intervenga.
En entrevista, la líder María Isabel González Morena manifestó, que se ha agudizado la inseguridad en esta colonia como en otras que se ubican a los alrededores, debido a que la mayoría de los extranjeros que vienen huyendo de Centroamérica son personas que han cometido delitos y escapan de la justicia, sin embargo, al llegar a esta región continúan cometiendo ilícitos.
“No estamos en contra de la migración, pero sí de quienes vienen a delinquir y causar mayores problemas, en eso no estamos de acuerdo y exigimos que las autoridades intervengan porque ya estamos casados”, aseveró.
Solicitó a las autoridades que se tomen cartas en el asunto y que se priorice el tema de la reubicación de este albergue donde el control que se dice tener no existe, pues adentro también han sucedido situaciones graves como violaciones de menores de edad.
Por su parte, el señor José Alfredo Santiago de León, también alzó la voz para que el nuevo Obispo de la Diócesis de Tapachula intervenga de inmediato para buscar la tranquilidad de la colonia que es vecina del seminario y casa del representante de la Iglesia Católica en esta región.
“MARÍA ISABEL GONZÁLEZ Ya no se puede caminar libremente por esta colonia que antes del albergue era muy tranquila, queremos que las nuevas autoridades hagan justicia, porque aquí la policía ni nadie hace algo”.
CHRISTIAN SKOOG
UNICEF EN MÉXICO Los encierran en estaciones migratorias en México y después dicen: Prefiero regresar. Esto está peor"
“Hay que encontrar otras opciones en las que sí haya control y monitoreo para saber dónde se encuentran los solicitantes de asilo, pero tienen la posibilidad de vivir una vida mucho más libre y normal. Hay familias de acogida, hay centros abiertos públicos y privados, estamos viendo la posibilidad de buscar departamentos para los adolescentes bajo una supervisión de alguien en el mismo sitio”, explica.
Unicef trabaja actualmente para buscar otras alternativas a la detención de los migrantes, porque estas personas no han cometido ningún delito en el país, por lo que en Tabasco se está organizando albergues y centros abiertos públicos y privados para darle espacio mucho más apropiado a estos migrantes.
También se colabora con los países de origen de estas personas para que haya un mejor desarrollo, más oportunidades y mejores condiciones de vida, mientras que con los consulados de México en Estados Unidos se está capacitando a los funcionarios para proteger los derechos de la niñez y ayuden a los niños migrantes.
En 2015 y 2016 se notó un pico importante de migrantes que cruzaron la frontera sur mexicana con la intención de llegar a Estados Unidos, pero desde que llegó Donald Trump a la presidencia de ese país, se reportó una reducción de estas personas debido a una política más firme y un casi cierre de las fronteras para los centroamericanos y mexicanos que no tienen documentación o visa.
“Si le piden que les enseñe la visa y que no la tienen, no pueden entrar, ni tienen la posibilidad de ser escuchados. Antes no era así. Como la política ya es más firme, hay menos niños y adultos que llegaron a México también porque muchos tienen la intención de llegar a Estados Unidos. Muchos decidieron esperar o encontrar otras rutas para llegar allá”, indica Skoog.
No obstante, los migrantes, especialmente los niños no acompañados de adultos, se esconden de las autoridades y buscan otros caminos más peligrosos para que no los agarren, alerta el representante de Unicef, lo cual los expone a mayores riesgos ante los criminales.
“Un niño no puede quejarse ni denunciar ante las autoridades lo que ha pasado. No tiene los papeles para estar en el país y evitan las autoridades. Todo se ha vuelto más difícil. Pagan más para que un ‘coyote’ le ayude y hay rutas más peligrosas, lo cual aumenta los problemas. Es un mercado muy fértil para los criminales porque quieren involucrarse en la trata de niños y hay más actividades para ellos. Los criminales se aprovechan de esto”, advierte.
Por lo tanto, considera necesario encontrar soluciones a esta problemática, pues “la migración no va a parar”.
“La migración es un derecho. Las personas van a seguir migrando, y más los centroamericanos, los venezolanos. Esto va a seguir porque la gente está desesperada por la violencia, la falta de oportunidades y también buscan reunirse la familia que migró a otra parte”, alerta.
Mientras se encuentre una solución, Unicef y otras organizaciones de la sociedad civil han impulsado programas de integración e interacción entre los migrantes y las comunidades mexicanas donde se encuentran los albergues y centros migratorios para concientizar a la población y evitar la discriminación y la xenofobia.
“La migración es un fenómeno mundial y no va a parar”, finaliza.