Seis elefantes blancos en la región Costa
Fueron proyectos millonarios que traerían mejoras económicas al establecerse en Huehuetán, Tuzantán, Huixtla, Mazatán y Unión Juárez, hoy lucen desmantelados, entre fierros viejos y maleza
Importantes proyectos millonarios que vendrían a generar fuentes de empleo y a mejorar la economía en la Costa de Chiapas, han quedado en el olvido y convertidos en elegantes elefantes blancos.
La fábrica de biodiésel en Huehuetán, la chocolatera en Tuzantán y el rastro frigorífico y la textilera en Huixtla, se encuentran deteriorados y convertidos en fierros viejos y entre la maleza. Sumándose a estos la esticulizadora y la torrefactora en Mazatán y Unión Juárez respecttivamente y que surgieron desde los sexenios de Ernesto Zedillo Ponce de León y Vicente Fox Quesada.
LA TEXTILERA
Dos de estos proyectos se encuentran en el municipio de Huixtla. En 2003, el entonces presidente Vicente Fox y el gobernador de Chiapas, Pablo Salazar Mendiguchía, inauguraron las instalaciones de la fábrica de Industrias Papadopulos, dedicada a la fabricación de ropa de niños. La fábrica generaría cerca de 3 mil 500 empleos, con una inversión de 100 millones de pesos.
La textilera de la empresa proveniente de Torreón, Coahuila, fue albergada en las bodegas de la desaparecida empresa de Tabamex, donde construyeron las naves de costura, bodega, lavado, tienda, comedores, área administrativa y además, se instalaron 700 máquinas de coser.
Extrabajadoras de la empresa comentaron que la quiebra se generó en el personal obrero y administrativo, quienes eran explotados con horas de trabajo no estipuladas y sin sueldo extra, por lo que comenzaron a exigir respeto a sus derechos y garantías laborales. Ante la amenaza de huelga laboral en el 2011, la empresa se declaró en quiebra y cerró operaciones.
EL FRIGORÍFICO
El Rastro Frigorífico Huixtla es otro caso similar, generaría 700 empleos directos e indirectos con tecnología mediante una sala de corte y envasado al alto vacío.
Concentraría la actividad de 16 municipios que tenían un consumo potencial de 80 mil reses al año e impactaría a la ganadería regional, porque le proporcionaría un valor agregado al ganado bovino, fomentaría la producción de carne de buena calidad, reactivaría campos de engorda con plantas de alimentos y garantizaría el sacrificio de animales sanos con la consecuente mejora de salud de la población.
Se ubica en la carretera a Villa Comaltitlán y su estructura se ha deteriorado tras un abandono de más de 20 años.
LA FÁBRICA DE BIODIÉSEL
Entre el olvido de estas importantes obras también está la fábrica del biodiésel en Huehuetán, comenzó entre los años 2005-2007 con el proyecto que iniciaron empresarios de Monterrey, Nuevo León y pequeños productores de caña de azúcar de Mapastepec, Acapetahua, Villa Comaltitlán, Huixtla, Tuzantán, Huehuetán, Mazatán y Tapachula. Cañicultores entregarían su producto a la fábrica para el proceso de convertirlo en biodiésel.
Genaro Cruz Salas, exalcalde huehueteco, dijo que esta fábrica fue instalada en la carretera a Nueva Victoria con una millonaria inversión de empresarios y el gobierno federal, pero únicamente se colocaron gigantescos cilindros y posteriormente como alcalde él fue desconectado del proyecto, que a la fecha está en el completo abandono e incluso, los tanques se han convertido en fierro viejo.
“Tristemente puedo comentar la pérdida de esta fábrica que pudo haber generado más de 100 empleos, pero en realidad desconozco el por qué la iniciativa privada no siguió con el proyecto, ya que los cañicultores ya habían aceptado entregar sus cosechas, mientras, ningún nivel de gobierno se ha interesado por dar seguimiento o rescatar el proyecto”, apuntó.
Desde el 2005, la producción del cacao ha ido a la baja con la enfermedad de la Monilia