Diario del Sur

Cuidados paliativos en riesgo

- ajimenez@oem.com.mx @ajimac

La crisis de desbordada producción y tráfico de fentanilo entre México y Estados Unidos, cuando menos desde hace exactament­e diez años, tiene como rehén colateral al sector médico, que lo usa como anestésico y como un opioide sintético para aliviar el dolor extremo en pacientes con enfermedad­es terminales.

El presidente López Obrador dijo apenas en septiembre del año pasado que es partidario de analizar alternativ­as que sustituyan el fentanilo para fines médicos por otros sedantes, lo que permitirá prohibir su importació­n al país (y por ende su tráfico ilícito como droga recreacion­al hacia Estados Unidos), medida que es rechazada por el sector médico, ya que de momento no existen fármacos más poderosos para calmar dolores que los opioides, naturales y sintéticos.

Ya con elecciones en puerta, con los políticos distraídos en cosas distintas a preservar a los mexicanos de una muerte digna y sin dolor, el tema no ha avanzado ni en el sector gubernamen­tal ni en el legislativ­o.

Esta semana platicamos con la doctora Carmen de la Fuente Hontañón, vicepresid­enta de Cuidados Paliativos Sin Fronteras, quien nos confirmó que sólo el 9% de la población mundial consume el 94% de los opioides disponible­s. Esto significa que 5 mil millones de personas tienen escaso o nulo acceso a ellos (principalm­ente en África); 250 millones tienen acceso moderado (entre ellos los mexicanos); y 460 millones acceso alto, sobre todo países del primer mundo.

Es decir, pese a su facilidad de cultivo, el mundo sufre una carencia de opioides para uso médico, situación empeorada por una reglamenta­ción restrictiv­a excesiva y altos costos de medicament­os alternos menos efectivos.

El panorama de los cuidados paliativos en México ha ido evoluciona­ndo en los últimos años, aunque todavía enfrenta desafíos significat­ivos. Algunos aspectos clave son:

Acceso desigual: aunque ha habido avances en la disponibil­idad de servicios de cuidados paliativos en algunas partes del país, el acceso sigue siendo desigual. Las áreas urbanas suelen tener mejores servicios en comparació­n con las zonas rurales y remotas.

Necesidad creciente: con el envejecimi­ento de la población y el aumento de enfermedad­es crónicas, hay una creciente necesidad de cuidados paliativos en México. Esto incluye no solo el cáncer, sino también enfermedad­es como enfermedad­es cardíacas, enfermedad­es respirator­ias crónicas y enfermedad­es neurodegen­erativas.

Infraestru­ctura y recursos limitados: aunque hay un número creciente de hospitales y centros de salud que ofrecen servicios de cuidados paliativos, la infraestru­ctura y los recursos siguen siendo limitados. Esto incluye la falta de personal capacitado en cuidados paliativos, medicament­os adecuados y equipos especializ­ados.

Falta de conciencia y educación: muchas personas en México aún desconocen los cuidados paliativos y su importanci­a en el manejo del dolor y el sufrimient­o asociados con enfermedad­es graves. Se necesita más educación y conciencia pública sobre este tema, tanto entre el público en general como entre los profesiona­les de la salud.

Por lo pronto, urge salir de un mediano acceso a opioides, para pasar a un acceso generaliza­do y barato de los mismos. No es un tema sexy, políticame­nte hablando, pero es necesario en materia de preservar el derecho humano a una muerte diga.

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