GOBIERNO AÚN NO CUMPLE CON PREVENTIVOS PARA REGRESO A LAS AULAS
Especialistas en educación apuntaron que para proteger a los niños, jóvenes, padres de familia y maestros, no solo basta con el semáforo epidemiológico en verde
Aun año desde que la Secretaría de Educación Pública tomara la decisión de suspender clases presenciales frente a la pandemia de SARSCOV-2, volver a las aulas en México solo se ha quedado en planes, intenciones y exigencias de algunos grupos. Para Alicia Olga Lazcano Ponce, experta en antropología educativa, y Francisco Alejandro Enríquez Torres, especialista en educación, lo cierto es que activar las clases presenciales, aun en pandemia, depende de múltiples factores que den la mayor certeza de protección sanitaria, no solo a los niños, niñas y jóvenes, sino a padres de familia, abuelos, maestros y, en algunos casos, hasta tíos.
El 20 de marzo del 2020, la Secretaría de Educación Pública adelantó las vacaciones de Semana Santa como una medida preventiva ante los primeros casos de covid-19. Después, en abril, llegarían las clases a distancia con Aprende en Casa.
Regreso a las aulas
Francisco Alejandro Enríquez Torres, especialista en educación y académico de la Universidad La Salle, destacó en entrevista para EL DEBATE que hay tres condiciones para que se dé esta posibilidad del regreso a las aulas. Detalló que la primera condición tiene que ver con completar el esquema de vacunación de los adultos mayores; la segunda, dijo, es la vacunación para los profesores, y, la tercera condición, es garantizar que las escuelas sean espacios limpios y aptos para el trabajo. En tanto no se dé esa combinación, apuntó que va a ser muy difícil regresar.
“El color del semáforo sería como el cuarto componente. No va a bastar que esté en verde, habrá que cuidar los otros tres factores”, consideró. Enríquez Torres añadió que si alguna de las anteriores no se da, va a impactar o no va a funcionar. “Porque todos lo sabemos, a lo mejor no en las universidades, pero sí en el sistema de educación básica, el adulto mayor juega un papel importante en el cuidado y la educación de los niños; los niños son recogidos de la escuela o llevados por el abuelito, por el tío mayor, por eso son un requisito importante”, reflexionó. Hasta febrero, en Campeche más de 17 mil maestros recibieron la vacuna contra el virus, tras estar en semáforo verde. En este caso, el académico consideró que tal vez se esté utilizando como una especie de laboratorio, por estar en verde, y se espera que cumpla con los otros tres requisitos.
Alicia Olga Lazcano Ponce, doctora en antropología, experta en educación y académica en la Universidad de las Américas, Puebla, apuntó a EL DEBATE que las condiciones en salud no han mejorado en el país como para lograr el regreso a clases presenciales. Consideró que la lentitud en el manejo de vacunación está llevando a no superar la crisis de forma rápida, o cuando menos, con una visión a mediano y corto plazo que puedan indicar que están realmente las condiciones adecuadas para volver a las aulas.
“Creo que el Gobierno sí tiene que dar la certeza, agilizar sus planteamientos en política pública del control epidemiológico y poder, también, los ciudadanos, las familias y los niños tener las condiciones adecuadas para el regreso a clases”, comentó. A su vez, Lazcano Ponce dijo que tiene que establecerse un procedimiento que realmente brinde una incorporación segura, en donde se proteja en todo momento la salud, incluida la de los profesores y de los actores participantes. “Pero creo que todavía no están dadas las condiciones, porque lo que se ha vislumbrado es solamente la semaforización de las condiciones, pero yo creo que también se tiene que tener la certeza y la planeación estratégica adecuada por parte de las autoridades educativas y también de salud”, insistió.
Impacto socioemocional
Desde el 2020, las clases a distancia han tenido impactos importantes, la mayoría de ellos de forma desigual. De acuerdo con el especialista Francisco Alejandro Enríquez Torres, especialista en educación y académico de la Universidad La Salle, la principal característica que tiene el sistema educativo en el país es que es un sistema educativo muy desigual, “casi podrías pensar que tenemos 32 países distintos en nuestra República. Esto nos habla de muchas variantes, y variables, denota que el impacto ha sido diferente”, consideró. En este caso, destacó que el impacto mayor ha sido el abandono escolar.
Para EL DEBATE, dijo que tal vez en otros países el impacto de la pandemia ha sido más homogéneo, pero en México no ocurre así. Como ejemplo, describió que hay niños de zonas urbanas que no han tenido mayor impacto y se conectan diario con sus profesores, mientras que hay otros niños y jóvenes que han tenido un año sin ver o sin contactar a su profesor, “así de diferente, digamos, es nuestro sistema educativo”, apuntó. Por otro lado, consideró que hay una importante preocupación por el tema de
las habilidades tecnológicas. La propia SEP dijo que ha reconocido la preocupación sobre estas habilidades o competencias de usos tecnológicos y de información en sus profesores. Sin embargo, mencionó que hay competencia ética del uso de los recursos, que también no se ha trabajado en paralelo. “A veces estamos más preocupados por que el profesor sepa utilizar la computadora, sepa manejar plataformas de apoyo, sepa editar o bajar videos, pero me parece a mí que sí ha habido un rezago de esa formación ética del uso del recursos. Hay muchos ejemplos de profesores que se desesperan frente a la computadora; yo creo que lo referente socioemocional debe de ser un tema a resaltar”, consideró.
Francisco Alejandro Enríquez Torres enfatizó que lo mismo ocurre con los niños y jóvenes, que muchos de ellos ya no prenden la televisión, ya no prenden la computadora. “El tema de lo socioemocional cada vez escala más, cada vez hay más ansiedad, más depresión, cada vez hay más tristeza, más miedo en ambos lados, tanto de parte del profesor como de parte de los estudiantes”, consideró.
Pobreza y desigualdad
Alicia Olga Lazcano Ponce, doctora en antropología, experta en educación y académica en la Universidad de Las Américas, Puebla, indicó que cuando inició la pandemia, México venía de cambios importantes que el Gobierno federal había implementado, sobre todo en el área de salud, y se estaba consolidando un crecimiento de la desigualdad social y la pobreza, lo cual ha impactado el rezago educativo en pandemia. Para muestra, hizo hincapié en la reciente encuesta del Inegi, en la cual, apuntó que el 48.6 por ciento, casi la mitad de la población en México, sí tiene dificultades de acceso a materiales educativos y sí tiene un problema de conectividad a internet, sobre todo. “Esa población no tiene acceso ni siquiera a una computadora, a un teléfono con condiciones, con buena conectividad, o los equipos que fueron repartidos desde el periodo del expresidente (Vicente) Fox, como enciclopedias, tabletas, son completamente obsoletas o nunca funcionaron en relación a la falta de conectividad y, por lo tanto, no se permite adecuadamente el funcionamiento de las plataformas educativas, y esto es información oficial”, apuntó.
Lo anterior, mencionó, consolida el indicador de rezago educativo, a pesar de la beca Benito Juárez, las becas económicas directamente entregadas a los padres de familia, o a pesar de los diferentes programas que está promoviendo el Gobierno actual. “No puede resolver realmente el problema de contar con los elementos necesarios cuando menos para el 50 por ciento de las familias de los hogares en México, para que los niños puedan o los educandos en general puedan tener ese desarrollo de su proceso educativo un buen impacto”.
Para Lazcano Ponce, con el distanciamiento social los niños en general han tenido una vida sedentaria, de aislamiento de su interacción social, en donde también se ha interactuado en un aumento de agresión intradoméstica, para cuando menos el grupo poblacional que vive en características de vivienda prácticamente de hacinamiento. “Por lo tanto, el desarrollo que se ha llevado a cabo ha sido desigual, y es como se desnuda la realidad que tenemos la situación del combate a la pobreza y desigualdad social, que realmente no ha tenido un impacto positivo y eso se ha potenciado en la crisis por la pandemia, se ha crecido en las dificultades de pobreza”, señaló.
En el caso de los maestros, destacó que el 42 por ciento de los profesores, de acuerdo con el Inegi y con la Secretaría de Educación Pública, sí ha recibido asesoría y capacitación y ha tenido también un acompañamiento en el programa Aprende en Casa. Consideró que también ellos han sido impactados, han cambiado la realidad de este proceso de enseñanza-aprendizaje. Añadió que el 67.3 de los docentes sí cuenta con internet en casa, mientras que hay un 30 por ciento que no. Además, dijo que el 44 por ciento de ellos asegura que tiene un buen contacto con sus educandos en el desarrollo de sus funciones como docentes. “Ciertamente, es una mecánica distinta, compleja, pero que ha mostrado el esfuerzo que ellos han realizado”.
Francisco Alejandro Enríquez Torres, especialista en educación y académico de la Universidad La Salle, destacó en entrevista para EL DEBATE que, de seguir el próximo año escolar en las clases a distancia, lo que debe de tener mayor énfasis es la educación socioemocional. Explicó que en muchas ocasiones esas situaciones de estrés, ansiedad, depresión, soledad, que están viviendo distinto los niños de preescolar, de primaria, de secundaria, se convierten en el obstáculo principal del aprendizaje de los otros contenidos. “Un niño deprimido o un niño con muchos indicadores de ansiedad no aprende matemáticas, ni español, ni historia, ninguno de estos contenidos disciplinares, digámoslo así”, consideró. En la actual circunstancia que se vive, opinó que es más importante tener niños con una mejor salud mental, para que esa sea la condición de poder aprender los otros contenidos.
“En el sistema de educación básica, el adulto mayor juega un papel importante en el cuidado y la educación de los niños; los niños son recogidos de la escuela o llevados por el abuelito, por el tío mayor, por eso son un requisito importante”
Francisco Alejandro Enríquez Torres
Académico La Salle