Defensa estudiantil
Marco Berrelleza
En 1695, el obispo de Michoacán, Juan de Ortega y Montañés, fue nombrado virrey de la Nueva España. Era doctor en Jurisprudencia por la Universidad de Alcalá de Henares. Llegado a México el 27 de febrero de 1696, los redactores de México a través de los siglos, emiten su juicio sobre su periodo de gobierno: “Pasajero como fue el gobierno del obispo virrey Ortega y Montañés, apenas quedó memoria de su administración. Un motín en la plaza Mayor fue el primer acontecimiento que se registra en esa época. Formábase en el centro de esa plaza uno de esos mercados que llamaban baratillos y que consistía en el comercio de objetos viejos. Reuníanse allí multitud de ociosos y vagos que causaban graves escándalos y daban gran quehacer a la justicia con sus robos y pendencias. El alcalde Manuel Suárez, aprehendió allí el 27 de marzo de 1696, a uno de aquellos hombres perdidos llamado Francisco González. La plebe que estaba en el baratillo se opuso a que Castro fuera llevado a la cárcel. Formose tumulto, presentáronse muchos eclesiásticos y estudiantes, y en medio del desorden que la gente de justicia era incapaz de atajar, los estudiantes quemaron la picota”. Temeroso el virrey de que hubiera otro tumulto, en los días siguientes ordenó férrea vigilancia, que no pasó a mayores. En ese mismo año entregó el virreinato a José Sarmiento y Valladares.