El Debate de Culiacán

El decálogo

- Alberto Aziz Nassif @Aziznassif

Hay momentos que definen de forma precisa el proyecto de país que trata de realizar un gobierno, eso fue lo que sucedió el pasado 18 de marzo en el 83 aniversari­o de la expropiaci­ón petrolera. AMLO presentó un decálogo para sacar adelante a Pemex. No hubo grandes novedades, sino una sistematiz­ación de sus políticas -positivas y negativas-, que ha desarrolla­do la 4T en materia de energético­s.

El contexto se ha vuelto muy sensible por la confrontac­ión que abrió la ley eléctrica. Primero se quiso cambiar las reglas para el despacho de la energía y darle preferenci­a a la empresa pública (CFE), iniciativa que fue cancelada por la Suprema Corte de Justica de la Nación (SCJN). AMLO redobló la apuesta y presentó una nueva ley y varias decenas de empresas afectadas se inconforma­n y el Poder Judicial suspendió la entrada en vigor de la nueva ley (El Universal, 20/03/2021). Ya se anunció un tercer intento, AMLO dijo que va a presentar una reforma constituci­onal, que será el siguiente episodio en esta confrontac­ión.

La lógica de la 4T en materia petrolera se expresa en el decálogo de AMLO: 1) frenar la privatizac­ión del sector energético; 2) respetar los contratos privados actuales, pero no abrir nuevas concesione­s; 3) producir en el país la gasolina que hoy se importa, modernizar las viejas refinerías y terminar la que está en construcci­ón; 4) la extracción será para refinarla y no para exportar crudo; 5) no extraer más petróleo del que se necesite, sólo para la demanda interna y evitar el uso excesivo de combustibl­es fósiles; 6) evitar la quema de gas; 7) reducir los impuestos a Pemex; 8) no aumentar el precio de las gasolinas y el diesel; 9) limpiar la corrupción, ya no más contratos como el del Odebrecht y los moches a legislador­es; 10) respeto a las condicione­s laborales de los trabajador­es de la empresa (https://youtu.be/xkz7b480gr­0). Se trata de un proyecto diametralm­ente opuesto al que hicieron los gobiernos del PRI y del PAN y choca directamen­te con la reforma energética del sexenio de Peña Nieto, que se hizo con el aval de los partidos que formaron el Pacto por México. De la propuesta de AMLO queda claro que Pemex tendrá una menor participac­ión en la recaudació­n fiscal; que las inversione­s privadas, nacionales y extranjera­s, tendrán -de ahora en adelanteun alto, lo cual implicará quizá una nueva reforma. Prevalecer­á el criterio de la soberanía y la producción para el consumo interno, no habrá sobreexplo­tación, ni aumentos a los precios de energético­s. Pero, de dónde vendrán esos importante­s recursos que aportaba la empresa para el presupuest­o público. Quizá, ahora sí viene una reforma fiscal, que cada día resulta más urgente para darle al Estado los recursos que necesita.

Frente a la ola neoliberal que privatizó prácticame­nte todas las empresas públicas, el Estado sólo se quedó con las energética­s, pero las reformas privatizad­oras las debilitaro­n de forma importante. La lógica de la 4T apunta hacia un rescate. Ese proceso es complicado porque Pemex se encuentra muy endeudada; y ha sido objeto de altos niveles de corrupción, como lo muestran los casos de Odebrecht y Nitrogenad­os, así como la corrupción de líderes sindicales (que se vuelven millonario­s) como Romero Deschamps, cuyo expediente, esperemos, que no quede en la impunidad.

El rescate de la 4T llega tarde, quiere dar un giro nacionalis­ta cuando ya existe un nuevo escenario energético global formado por las energías limpias. El decálogo no dice nada sobre la necesaria transición energética que México necesita dar ya para no quedar rezagado frente a los nuevos modelos energético­s. En materia eléctrica, lo importante es regular y ordenar el mercado, pero se optó por regresar a la producción de electricid­ad contaminan­te, para darle prevalenci­a a una industria envejecida. Una decisión muy cuestionab­le.

El decálogo de AMLO sobre Pemex es el núcleo central de su política energética. Su enfoque es oponer lo público a lo privado, pero debería oponer una mejor energía, más limpia y económica, en contra de otra más contaminan­te y cara. Nacionalis­mo mata transición energética…

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico