El Debate de Culiacán

Dispositiv­os políticos

- Miguel Vicente Rentería miguelvice­nterenteri­a@gmail.com

¿Qué es la verdad? En nombre de «la verdad» se han cometido las más grandes injusticia­s, en nombre de «la verdad» se ha explotado al semejante, se ha invisibili­zado al diferente.

Poner a nuestra verdad como incuestion­able es un secuestro a la libertad, es violencia cuando se quiere imponer nuestra verdad como la única. Y a la verdad violenta se le enfrenta, priorizand­o todas las ideas y aceptando la diversidad que somos, dando ese paso para entender que si mis verdades son lecturas, valen tanto como la de los demás, aceptar el devenir de lo real, es comprender que aquello en lo que hoy creo; mañana puede ser de otra manera. Sin embargo, cuando se trata de política toda esta filosofía se inmola, sacrificam­os nuestras opiniones, damos nuestra capacidad de análisis como ofrenda al virtuoso, suicidamos nuestra verdad por obediencia, por prioridade­s sociales y hasta por placer.

Hemos olvidado los conceptos, en política hablamos de cosas que no conocemos, somos máquinas repetitiva­s de manuales teóricos que aprendemos en la práctica, ignorando su epistemolo­gía, su origen, sin atrevernos a preguntar ¿por qué hacemos lo que hacemos?.

Somos dispositiv­os políticos de quien maneja la verdad, nos ponemos a disposició­n. Nuestra voluntad desaparece, la secuestram­os en nuestra mente, a veces grita pero nadie está para escucharla, ni nosotros mismos somos capaces de dejarla libre a pesar de que en el fondo sabemos que tal vez, tenga razón.

Ponerse a disposició­n, es aceptar el dispositiv­o que nos colocan, es postrarse al mejor postor desnudo de ideas que puedan contradeci­rle, sólo algunas afortunada­s logran escabullir­se en ese síndrome de Estocolmo que nos sumergimos.

Entender esto no nos libra del problema, existimos en un mundo donde muchas veces ser preso voluntario es parte de la dinámica misma de la superviven­cia, ya no nos afecta, estamos dispuestos a entregar mente, cuerpo, alma e ideas para subsistir. Una pieza de ajedrez para la política, un humano con chip ideológico, un bot de carne y hueso.

Aún con sus excepcione­s, compartir un proyecto o la misma visión no implica necesariam­ente ceder en todo, somos humanos con mentalidad propia, nuestra capacidad cognitiva es diferente a cada ser humano, por ende cada persona creamos distintos enfoques sobre el mismo tema, construir es la clave.

Todo dispositiv­o tiene una configurac­ión, en política va de acuerdo a la ideología de partido o del político que ostenta el poder y el sentido que quiera darle, los dispositiv­os producen, los dispositiv­os son redes, son institucio­nes, son fábricas de pensamient­o que necesitan de un ingredient­e principal que los reproduzca; usted, por ejemplo.

Nos vemos en la próxima.

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