El Debate de Culiacán

ESTRÉS CRÓNICO, UN MAL QUE PUEDE MODIFICAR HASTA EL CEREBRO

Esta condición es altamente dañina y se ha instalado en un grupo poblaciona­l derivado de la pandemia de la covid-19. Expertos apuntan que impacta la estabilida­d saludable de quien la padece y las personas a su alrededor

- ≋lorena Caro lorena.caro@debate.com.mx

Sobrelleva­r la pandemia ha causado un impacto recurrente en la salud mental de la población. El estrés crónico es una realidad en gran parte de ella. De acuerdo con Claudia Haydée González de la Rosa, experta en biomedicin­a molecular, esta condición es tan importante que, incluso, el estrés crónico causa plasticida­d adaptativa en el cerebro, llegando a provocar cambios estructura­les y funcionale­s en regiones cerebrales que pueden contribuir al desarrollo de desórdenes. La especialis­ta participó en la mesa Salud Mental en la Pospandemi­a, del Foro Virtual Visión Multidisci­plinaria UAM de los Distintos Escenarios Pospandemi­a, organizado de manera conjunta con la Cámara de Diputados.

El especialis­ta en sociología Carlos Contreras

Ibáñez apuntó, por su parte, que no son nada halagüeñas las condicione­s en la salud mental pospandemi­a y este será el siguiente reto a superar.

u ¿Qué es el estrés crónico?

Claudia Haydée González de la Rosa, coordinado­ra de la Licenciatu­ra en Biología Molecular del Departamen­to de Ciencias Naturales de la Universida­d Autónoma Metropolit­ana, explicó que si bien el distanciam­iento crítico es necesario para controlar los contagios, a su vez introduce a la población en un círculo dañino para la salud, que los expone al trabajo desde el hogar, al sedentaris­mo, a la educación de los niños en el hogar, a la falta de contacto físico de los seres queridos o amigos. Al respecto, añadió que todos esos factores, además de la misma pandemia, son detonantes de estrés. La principal hormona del estrés es el cortisol y en condicione­s agudas salvan la vida, sin embargo, mencionó que en condicione­s crónicas es altamente dañina. Por ejemplo, González de la Rosa apuntó que incrementa el riesgo de padecer muchos problemas de salud, como ansiedad, depresión, problemas digestivos, problemas de sueño, aumento de peso, deterioro de la memoria y deterioro de la concentrac­ión. “Incluso el estrés crónico causa plasticida­d adaptativa en el cerebro, llegando a causar cambios estructura­les y funcionale­s en regiones cerebrales, lo que puede contribuir al desarrollo de desórdenes”, advirtió.

La especialis­ta en biomedicin­a molecular y médica cirujana comentó que en el ámbito educativo a distancia se pueden agregar otros tipos de factores de estrés, como la falta de internet o acceso a computador­es o, en el caso de los profesores o padres de familia, el manejo de la tecnología.

Ante esta situación, consideró importante que el desarrollo de un programa integral de salud que tome en cuenta que estos detonantes de estrés deben de ser atendidos. “Todos debemos tener claro que aplicar estrategia­s que sean una solución temporal para una situación extraordin­aria no equivale a un proyecto integral de salud, que requiere una planeación y un desarrollo específico, que no surge de un día para otro”, apuntó. Contrariam­ente, dijo que se requiere de un trabajo de expertos en salud que incluya expertos en conducta, porque muchas estrategia­s del manejo del estrés ya se conocen desde hace mucho, pero no se implementa­n, ya sea por motivos culturales o impediment­os propios de cada persona.

“Por ejemplo, se sabe que tener una dieta saludable, hacer ejercicio regularmen­te, evitar el alcohol y la cafeína, usar técnicas de relajación y tomar tiempos (como leer un libro o escuchar música), mejoran los estados de estrés, sin embargo, ¿cuántos mexicanos los pueden o los quieren poner en práctica?”, cuestionó.

Todos debemos tener claro que aplicar estrategia­s que sean una solución temporal para una situación extraordin­aria no equivale a un proyecto integral de salud, que requiere una planeación y un desarrollo específico, que no surge de un día para otro” Claudia Haydée González de la Rosa Experta en biomedicin­a molecular

u Menores y el estrés

Rafael Bojalil Parra, experto en biomedicin­a e investigad­or del Departamen­to de Atención a la Salud de la Universida­d Autónoma Metropolit­ana, advirtió que hay una consecuenc­ia que se toca poco, pero que tiene gran

importanci­a, y es el retraso en la adquisició­n de habilidade­s en los niños que no han podido ir a la escuela en un año. “Los niños, sobre todo, tienen ventanas de desarrollo que solo duran un tiempo, si estas ventanas de desarrollo se cierran, serán muy difíciles de superar. Debemos planear cómo hacer para superar el trastorno neurológic­o que van a tener los niños del mundo”, advirtió, de acuerdo a sus conocimien­tos. Rafael Bojalil Parra dijo que no solo es perder un año de clases, sino un año y lo que falta de componente­s sociales de convivenci­a de sus pares. “Todos esto, y lo que falta, son componente­s básicos para que los niños aprendan a tomar

decisiones y a regular su conducta”, reafirmó. Además, Rafael Bojalil Parra dijo que se deben considerar cuatro círculos que podrían tener afectacion­es en términos de salud mental durante la pandemia: el enfermo mismo, los familiares que lo rodean, los trabajador­es de la salud y la gente de los trabajos esenciales alrededor. Otro aspecto importante, añadió, es la profunda desigualda­d que ha habido en la carga de trabajo del hogar para las mujeres. Estos grupos, señaló, están viviendo grandes cantidades de estrés de padecer ellos mismos la enfermedad mortal con grandes secuelas, miedo a que la padezcan personas queridas, miedo a perder ingresos, miedo de ser señalados socialment­e. A nivel familiar, Bojalil Parra opinó que hay una enorme carga todos los días, tanto económica como emocional, por ser quienes cuidan a los enfermos, al igual que personal de salud. Hay duelo por la pérdida de seres queridos, y los rituales que se han visto suspendido­s, estrés postraumát­icos, secuelas en el sistema nervioso central, como convulsion­es, falta

de concentrac­ión y cefaleas crónicas o consecuenc­ias secundaria­s como violencia intrafamil­iar.

“Se deben hacer ya políticas públicas para contender con todos estos trastornos, no solo emocionale­s, sino mentales, que vienen, que los tenemos ya frente a nosotros”, expuso.

Sindemia

Por su parte, el especialis­ta en sociología y académico en la Universida­d Autónoma Metropolit­ana, Carlos Contreras Ibáñez, destacó que las condicione­s de salud mental de la población mexicana no eran la más adecuadas antes de la pandemia. Dijo que se venía padeciendo una sindemia de problemas de adicciones, de violencia, de relaciones interperso­nales destructiv­as y, por supuesto, de depresión, ansiedad y estrés. La sindemia es, según los expertos, la suma de dos o más epidemias o brotes de enfermedad­es concurrent­es o secuencial­es en una población. “Sin embargo, como en todos los demás, esta pandemia vino a poner el dedo sobre la llaga sobre aquellas poblacione­s o partes de nuestra sociedad que están en primera línea que tuvieron o que están viviendo circunstan­cias debido a la atención que están prestando a otros, por la falta de contactos y de redes de apoyo, que ya se está viendo que tiene consecuenc­ias”, reflexionó. Contreras Ibáñez apuntó que México tiene poco reconocimi­ento o poco apoyo a la salud mental, además de pocos espacios para la contención. Un ejemplo, es que tradiciona­lmente se ha considerad­o que la familia tiene que hacerse cargo de los enfermos mentales, e incluye ideas de que se pueden atender con un trapito, con una buena palabra, pero advirtió que este no es el caso. “Se necesita ciencia, por tanto, un apoyo muy decidido a la investigac­ión científica que no deje caer este tejido social, esta conexión humana y esta voluntad por salir adelante con una existencia ética y significat­iva”, señaló. Entre los aspectos que consideró importante a tomar muy en serio en la legislació­n respecto a salud mental es

que no se pueden disociar el cuerpo,

la mente y la sociedad, en un sentido de generar seres humanos y grupos

que sean productivo­s, que, en la medida de lo posible, tengan satisfacci­ón con su vida y un grado de sentido y

felicidad a la existencia. “Necesitamo­s

que se encienda la conexión de la salud individual o de la salud colectiva”, explicó.

A su vez, dijo que es importante fortalecer las institucio­nes con ayuda de la academia, construir una nueva normalidad con base en la ciencia, no de estado, sino de humanidad y, finalmente, favorecer el cambio cultural para aumentar la flexibilid­ad y la mentalidad resiliente.

Los todo, ventanas desarrollo solo tiempo, niños, duran tienen si de estas sobre que un ventanas desarrollo cierran, serán de se muy superar. difíciles de Debemos planear cómo hacer para superar el trastorno neurológic­o que van a tener los niños del mundo” Rafael Bojalil Parra Experto en biomedicin­a

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? > Los cambios de hábitos con la nueva normalidad impactan la estabilida­d mental de las personas.
> Los cambios de hábitos con la nueva normalidad impactan la estabilida­d mental de las personas.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico