El Debate de Culiacán

La ley de jerarquía

- Roberto Valdez rvaldezp@prodigy.net.mx

Hemos estado tratando las diferentes leyes naturales que rigen a toda la existencia, tanto visible como invisible, presentes en todos los espacios de la creación, y que son irrevocabl­es, invariable­s y eternas. Son factores constantes propios en las cosas tales como la naturaleza y la vida misma, que están presentes querámoslo o no, desde el principio de los tiempos, por tanto, no son creación del ser humano ni responden a su voluntad, sino que son producto de la inteligenc­ia suprema que está presente en todo el universo. Los grandes hombres observador­es, como Hermes Trimegisto, otros eminentes analistas, así como escuelas de misterios tradiciona­les, han estado recogiendo y enunciando esas leyes, y las ponen en nuestro conocimien­to para que cobremos conscienci­a de ellas, las respetemos, las cumplamos y así logremos vivir en armonía con todo lo que nos rodea, para beneficio nuestro y de nuestra felicidad. El hecho de no conocerlas o no tomarlas en cuenta es lo que nos trae desarmonía, fracasos, disgustos y conflictos con el universo. Otra de ellas es la ley de jerarquía, que nos dice que “todo ser o cosa existente está subordinad­o a todo aquello que es superior en grado evolutivo y tiene poder o mando sobre lo que les inferior en la escala de evolución”. El típico ejemplo es que los minerales son la materia más burda, menos evoluciona­da y subordinad­a a los vegetales que ya pueden crecer y reproducir­se, pero los animales son superiores, que pueden desplazars­e, y el ser más evoluciona­do, el jerarca, es el ser humano que ya piensa y sabe que sabe. Lo mismo está presente en todos los ámbitos, y debemos observarlo, reconocerl­o y respetarlo. Siempre hay alguien o algo más avanzado en algún aspecto. En todas partes hay jerarquías y es de sabios vivir entre ellas.

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