Los aduladores
Ya existe hemos una mencionado obra clásica en en materia otras colaboraciones política de origen que italiana, denominada en castellano El Príncipe, cuya autoría es de Nicolás Maquiavelo, escrita en 1513, y publicada 28 años después (1531), cuyo capítulo XXIII lo enuncia: “Cómo huir de los aduladores”. La citada obra, a pesar de tener poco más de cinco siglos de haber sido escrita, prácticamente todas sus reflexiones se encuentran aún vigentes, ya que la naturaleza humana continúa siendo la misma desde hace miles de años.
En preámbulo: el referido “No capítulo quiero pasar inicia por con alto la un siguiente asunto importante, especie de y es la falta en que con facilidad caen los príncipes (gobernantes) si no son muy prudentes o no saben elegir bien”. Para luego referirse a los aduladores, los cuales, por cierto, abundan en todas partes del mundo y en todos los ámbitos. Aquí en Sinaloa no es la excepción.
Lo para anterior el empresarial. es útil no Lo solo mismo para el sucede sector tanto público, para sino los también actuales gobernantes como para los aspirantes que desean serlo con fervor, ya sea mediante el “dedo”, y después de este, llegado el día de la elección, ser favorecidos en las urnas con el sufragio de la mayoría de los ciudadanos para gobernar, ya sea un principado (municipio, estado o nación). Esta especie de personas -dice Maquiavelo-abundan por todas partes, “porque los hombres se complacen de tal modo de sus que propias se engañan obras; (así mismo); que no atinan a defenderse de aquella calamidad (los aduladores, por supuesto), y cuando quieren defenderse (de ellos), se exponen al peligro de hacerse despreciables”.
Son una especie de reptil muy traicioneros y peligrosos que abundan por todas partes, especialmente en esta época electoral; son mucho más venenosos que las serpientes de verdad.
Así sucede con los actuales gobernantes, y también con la inmensa mayoría de los pretensos que ahora hay en abundancia por ahí.
Existe una extensa clasificación de ese tipo de personas, pero hay una característica común que converge en ellos; a los cuales los une a todos un interés personal; el cual, a su vez, al final, tiene la necesidad de mantener una relación laboral o comercial, y consolidarse en ella. O también, lograrla ¿por qué no?
Algunos le llaman vulgarmente a ese tipo de personas “lambisconas”, “arrastrados”, “barberos” o “reptiles”. En fin, hay una enorme variedad de denominaciones. No obstante, esas son las más usuales o comunes como la cobra.
Son una especie de reptil muy traicioneros y peligrosos que abundan por todas partes, especialmente en esta época electoral; quizá mucho más letal que una serpiente real. Aquí en México y en Sinaloa abundan, pero no de esos animalitos, sino los aduladores; aunque son mucho más peligrosos que los reptiles de verdad, porque se supone que estos son racionales (los aduladores). Sin embargo, estos son mucho más venenosos que las serpientes de verdad que poseen veneno letal.
Así compadres que cuídense o hasta de ellos, parientes. aunque No quizá se descuiden, sean antiguos porque amigos, ese tipo de personas les pueden dar una sorpresa cuando menos piensen. Hay algunos aduladores que inventan o hasta consiguen reconocimientos, títulos de nobleza o doctorados honoris causa falsos, únicamente para halagar a su jefe, y así mantenerse en determinado cargo, con el riesgo de que puedan exhibir lo apócrifo del documento.