Vacunación covid-19
¡Volvimos! Regresamos de las vacaciones ¿Cómo le fue? Quienes hacemos A dos de tres nos quedamos en el centro de operaciones tranquilos, parecíamos cachalotes varados, disfrutando “el dolce far niente”, dijeran los italianos para referirse a la ociosidad agradable… hasta que llegó el aviso de que había que ir por el turno para la vacuna para la más grande de la casa.
A estas alturas, cada familia tiene sus propias historias sobre la aventura que fue la vacunación de adultos mayores de 60 años, para prevenirles del covid19. Aquí va nuestro capítulo para el Sensacional de Vacunación covid-19.
Todo empezó meses atrás con la inscripción de personas mayores de 60 años, en el sitio digital para el caso. Después de uno, y otro, y otro intento fallido, logramos la inscripción que culminó con la instrucción “espere nuestra llamada”.
Terminó febrero, marzo y en la primera semana de abril, de pronto, en medios de comunicación y redes sociales circuló un aviso oficial indicando que había que pasar a la de ¡Ya! a recibir el turno. ¡Qué le voy a contar! Aquella fue una lucha de rudos contra rudos, porque no concordaba la información del aviso oficial con la de los puestos de atención.
Hubo puestos donde tuvo que llegar la policía porque los ánimos se caldearon. El orden del caos llegó con el aviso: “tranquilos, les van a llamar. Hay que esperar la llamada”. Y al son de “llaamaaa poor faavooor, sooy uuun ceero a la izquieerdaa…” inició la espera. Como la llamada no llegaba y seguíamos en calidad de “soy un cero a la izquierda” abandonamos el centro de operaciones de A2D3 y nos lanzamos al módulo del Inapam por el turno. Es necesario reconocer que el personal fue amable y eficiente.
Hicimos bien, porque la llamada no llegó.
El día de la vacunación resultó que la vacuna “se acabó desde temprano”. ¿Qué hacemos? para obtener respuesta hubo que pasar con una persona que llamó a otra, esa otra a otra y esa otra a otra más que finalmente indicó: venga mañana. Mentir requiere memoria, y en ese mismo puesto, ese mismo día, horas más tarde, la respuesta era que para poder vacunar tenían que juntar diez personas porque cada frasco trae diez dosis, el asunto es que en vez de reunir a las diez personas, las regresaban y les pedían volver al siguiente día.
El siguiente día llegó, y en cuestión de minutos el bracito de la mayor de la casa recibió la vacuna de un personal, de nuevo hay que reconocerlo, fue atento, amable y eficiente. Ahora falta esperar por el proceso para la siguiente dosis, porque para esta etapa si bien el resultado fue bueno y el personal atento, las instrucciones del proceso previo (la inscripción, la dichosa llamada, el turno) fueron tan útiles como conocer la raíz cúbica de 729 en un examen de gramática.
Gracias por leer estas líneas. Comentarios y etc. por favor en adosdetres@hotmail.com En Twitter en @Marisapineda Que tenga una semana sin reacciones adversas.