Una bailarina que se convierte en sirena
La bailarina Ariadna Hafez se vuelve una criatura marina para la danza acuática del francés Bastien Soleil
De pequeña, Ariadna Hafez soñaba con ser una criatura marina en su isla natal de Gran Canaria. Un sueño hecho realidad gracias al "tango acuático" que el director francés Bastien Soleil grabó con esta bailarina española.
➜ Estética acuática
Una luz cenital modela el cuerpo de Hafez creando claroscuros. Con tacones de aguja, camisa blanca y ropa interior negra, la bailarina española contonea su silueta bajo el agua, creando un ambiente onírico.
El vídeo de tres minutos, rodado de noche y titulado Tang'o (un juego de palabras con la pronunciación de "eau", agua, en francés), lleva ya más de un millón de reproducciones en las redes sociales desde su publicación en febrero. Rodado en la piscina "Y40" de Padua, noreste de Italia, una de las más profundas del mundo (40 metros), hicieron falta 600 inmersiones de un minuto y medio de duración (entre la inmersión, la coreografía y la salida). Cinco días de rodaje en total.
Pero la coreografía se realizó en un escalón de la piscina a diez metros de profundidad. Para Bastien Soleil, instructor de apnea y fotógrafo submarino, el objetivo no era tanto trabajar en la profundidad más absoluta como crear una "estética acuática".
"La idea principal es crear belleza, que la gente se sienta a gusto mirando el video, en un momento tan complicado para todo el mundo", explicó a la AFP por teléfono este antiguo publicista.
➜ Modelo submarina
El director conoció a Ariadna Hafez por su cuenta Instagram, donde la bailarina se define como "modelo submarina" y suele compartir videos de su pasión por el submarinismo y la apnea acuática. "Tiene un control de su cuerpo increíble (...) Encontrar a alguien que pueda hacer, a la vez, apnea y baile es muy muy raro", detalla Soleil.
Para Tang'o, Ariadna Hafez tuvo que ensayar el ritmo bajo el agua pero sin la música, compuesta por el francés Anthony Rouchier. "En apnea, tienes la visión deformada pero la concentración aumentada", explica Bastien Soleil.
La elección de rodar a diez metros de profundidad buscaba encontrar un punto de equilibrio bajo el agua: "Porque no eres atraído ni hacia el fondo ni hacia la superficie". "Debajo del agua no hay gravedad, lo que me da libertad para bailar. Los movimientos son más lentos y amplios, te da tiempo a disfrutarlos completamente", cuenta por su parte Ariadna Hafez, que considera al agua como su "elemento natural" desde pequeña.