Rememoran obra de Hernández Rubio
El departamento de Literatura del ISIC presenta el libro `Tiempo de gitanos', del poeta Miguel Ángel Hernández Rubio
Como cristalización de un viejo proyecto para rescatar la obra poética inédita del extinto poeta mochitense Miguel Ángel “Mike” Hernández Rubio, se presentó la noche de este viernes el libro Tiempo de gitanos en un acto en el que se valoró su obra, con “una poesía que alcanza su expresión cabal en la lectura en voz alta”.
u Un hombre fuerte
En los comentarios, Ernesto Lumbreras, quien fue su alumno en el Taller de Poesía Elías Nandino, que coordinó Miguel Ángel en Guadalajara, dijo que su obra es “una poesía que tiene oído, sabe de métrica, sabe utilizar la rima externa, la rima interna, la aliteración, la consonancia”.
El libro, editado por la Dirección de Literatura del Instituto Sinaloense de Cultura, es parte de un viejo proyecto para rescatar la obra del poeta mochitense radicado en Guadalajara, y su presentación se hizo en un acto vía Facebook, en el que estuvieron además Luis Alberto Navarro y Jesús Ramón Ibarra, director de
la dependencia, y fue transmitido en línea. Ernesto Lumbreras celebró que esta iniciativa de editar su obra se haya hecho realidad, con tres bellos títulos que Miguel Ángel escribió, y recordó que lo conoció en los 80 como narrador, y estaba a cargo del taller literario de Elías Nandino: “Realmente era un personaje que intimidaba a quienes estamos habituados a la cortesía, a los protocolos, por lo que escucharlo despotricar al revisar algún texto, era realmente intimidatorio”.
Sin embargo, “el que anda entre poetas a rimar aprende, y Miguel Ángel se decantó por la poesía, un género muy a tono con su estilo de vida, pero lo recordamos como un músico, guitarrista y cantautor, que dejó a un lado trabajos como prosista para dedicarse a picar piedra en las arenas del verso”.
Por eso, dijo, no fue sorpresivo que Mike apareciera de pronto como ganador de poesía en Mazatlán, y finalmente publicara su primer libro en la colección El ala del tigre, de la UNAM, y ahora que leo la compilación de los tres libros, hay un salto categórico con su último libro, el que no le tocó ver en vida, Declaración de principios, donde está su propuesta más plena.
Luis Alberto Navarro también se refirió al fuerte carácter de Miguel Ángel: “Era un cabr**, así, con una gran coraza, pero tenía un gran corazón; cuando se daba se daba, cuando no, ni jota. Fueron siete años de vernos a diario a las 7 de la tarde, para que lo invitara a la botana, con trago por supuesto, porque no traía lana. De ese tamaño era el Mike, yo lo vi llorar, y porque se murió no digo que era el mejor ni el peor, pero en sus crónicas, en sus cuentos, de ahí partía para hacer sus poemas, porque el Mike vivía las historias, sus crónicas”.