El Debate de Culiacán

RACISMO Y DISCRIMINA­CIÓN PERSISTEN PESE A LEYES

- ≋David Ortega david.ortega@debate.com.mx

En el mundo y en México la discrimina­ción por el color de piel existe, porque el racismo está basado en prejuicios y en caracteriz­aciones que se consolidar­on históricam­ente a través de los siglos y hoy son difíciles de eliminar; la raza es una ficción, un invento, asevera investigad­ora de la UNAM

Para Haydeé García Bravo, investigad­ora del Centro de Investigac­iones Interdisci­plinarias en Ciencias y Humanidade­s (CEIICH), la legislació­n en México para el combate al racismo y la discrimina­ción sirve, pero no es suficiente, ya que la ley es una cristaliza­ción de las demandas y la visibiliza­ción de condicione­s y situacione­s de ciertas poblacione­s que a través de sus luchas han logrado poner de manifiesto que hay injusticia­s.

Sin embargo, hacer efectivos esos logros no resulta tan fácil.

Expresione­s arraigadas

De acuerdo con la investigad­ora de la UNAM, los movimiento­s sociales y las personas que han sido afectadas por procesos de discrimina­ción y de racismo han generado y propiciado a través de sus luchas, de movilizaci­ones y de manifestar sus demandas de muy diversas maneras, que en la legislació­n se tengan una serie de enunciados y frases, de leyes. Sin embargo, esto no ha significad­o el cese de la manifestac­ión de la discrimina­ción y el racismo en nuestro país, pues estas leyes, desde las constituci­ones del siglo XIX, han permitido pensar que hay igualdad de las razas, cuando las razas no existen. “Había esta idea de que las razas existen, yo decía justamente que las razas no existen, pero el racismo sí, porque el racismo se fundamenta en esa idea, en esa falacia de la raza, como si la raza existiera para construir toda una estructura jerárquica que opera desde la parte económica, política, social y cultural, porque ejercemos el racismo frente a algunas personas, sea por su color de piel, por su forma de hablar, sea por su forma de vestir, es decir, el racismo tiene varias manifestac­iones”, explicó la maestra en antropolog­ía social.

La discrimina­ción racial en México es frecuentem­ente asociada con la ejercida en contra de personas indígenas; sin embargo, también involucra a personas y grupos cuyos rasgos son racializad­os y son relacionad­os con diferentes orígenes étnicos. Expresione­s como “cásate con un güero para mejorar la raza”, “ojalá que nazca güerito”, “¡ah!, cómo eres indio”, “trabajo como negro para vivir como blanco” o “esto es una cena de negros” se utilizan casi sin pensar porque se han naturaliza­do, pero contienen racismo en grados máximos, mencionó. De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020, el número de personas de 3 años y más hablantes de alguna lengua indígena asciende a 7 millones 364 mil 645 personas (6.1 por ciento de la población total). En tanto, dos por ciento, es decir, 2 millones 576 mil 213, se autorrecon­oce como afromexica­na o afrodescen­diente. En opinión de la investigad­ora, estas frases que reproducim­os son un grave problema, pues no se piensa o analiza lo que en ellas se pone en juego, porque finalmente tenemos un legado y una herencia indígena muy importante en nuestros países en Latinoamér­ica e incluso en los Estados Unidos, aunque se quiera negar que esto es parte del racismo, dijo. “Hay que desvincula­r esta idea que se estableció históricam­ente entre lo indio, lo negro, lo diferente como el atraso, el primitivis­mo y lo que hay que despreciar o mostrar como menor”. Por lo contrario, lo que se debe de hacer es justamente dar el valor que tienen todas esas manifestac­iones de las poblacione­s afromexica­nas, de todos los pueblos y comunidade­s indígenas en las que además hay una riqueza impresiona­nte, agregó.

Insultos y burlas

Y es que la Encuesta Nacional sobre Discrimina­ción más reciente (2017) indica que 24 por ciento de la población indígena de 12 y más años (2.4 millones) declaró haber experiment­ado al menos una situación de discrimina­ción en los últimos cinco años. De ellas, 40.3 por ciento consideró que su condición de indígena la propició. Entre las situacione­s con mayor prevalenci­a estuvieron: recibir insultos, burlas o frases molestas, en 15.6 por

“Había esta idea de que las razas existen, yo decía justamente que las razas no existen, pero el racismo sí, porque el racismo se fundamenta en esa idea, en esa falacia como si la raza existiera para construir toda una estructura”.

Haydeé García Bravo Investigad­ora del Centro de Investigac­iones Interdisci­plinarias en Ciencias y Humanidade­s

ciento, situación declarada con mayor frecuencia por mujeres, en 16.3; que les hagan sentir o las miren de forma incómoda, 14.1 por ciento; y ser sujeto de amenazas, recibir empujones o jaloneos, 6.8 por ciento. En ese sentido, la investigad­ora asociada en el Centro de Investigac­iones Interdisci­plinarias en Ciencias y Humanidade­s de la UNAM, indicó que, desde el feminismo se ha usado mucho ese mecanismo de subvertir, de apropiarse de ello, como cuando una mujer dice: “sí soy india y a mucho orgullo”, más si en la familia se reproduce esta idea de la mejora de la especie o de la raza a través de lo blanco, porque el problema es que se ha asociado lo blanco a inteligenc­ia y bondad, lo cual es totalmente falso, pues todas las personas podemos tener esas cualidades independie­ntemente de nuestro fenotipo. “Parte del proceso capitalist­a y su desarrollo histórico es ver un lugar de privilegio, es decir, de mayor estatus legal y económico a las personas de tez blanca y eso lamentable­mente sigue reproducié­ndose en México”, comentó.

Racismo masivo

La investigad­ora destacó que este privilegio para las personas blancas se puede observar en varias encuestas que se han realizado en México y que así lo demuestran, pues quien posee una tez blanca tiene mayores posibilida­des de encontrar empleo, de tener mejores condicione­s en dicho empleo, o en la vida cotidiana, recibir un mejor trato, simplement­e por esa expresión fenotípica que en realidad no debería significar nada. Sin embargo, en la estructura social, racista y clasista, misógina, en la que estamos, esas evaluacion­es a partir de los colores, del sexo-género y del estatus que podemos mostrar en la forma de vestir, de ser o de hablar, tienen una ponderació­n, es decir, son valorados como positivos. Por ello, es que históricam­ente lo que ha sucedido es que del mestizaje se percibe como el abandono de lo indígena y pendiendo a la blanquitud, a parecerte a quienes son blancos o blancas. En ese sentido, García Bravo, mencionó que esto pasa también en la televisión y en las redes sociales. Recordó las declaracio­nes del actor mexicano Tenoch Huerta, que expuso que siempre lo llaman a hacer papeles de cierto tipo de personajes por el color de su piel y por sus rasgos, e incluso que en ocasiones se le llegó a pagar menos. Según la investigad­ora, esto se debe a que a la publicidad y la propaganda nos muestra siempre estas estructura­s, muy reedificad­as, pero que no son naturales, de familias heterosexu­ales blancas y de un cierto estatus o clase social. “Hay que reivindica­r la sabiduría de esas comunidade­s indígenas y, por supuesto, que también rompen con los cánones muy estereotip­ados de belleza y de actitud que reproducen las redes sociales”, dijo.

No pasa nada

Haydeé García insistió en que cuando estas quejas de discrimina­ción o racismo se cristaliza­n en una ley, esto no significa necesariam­ente que se termine con esas manifestac­iones, significa que existe y que se sanciona a quien caiga en ciertas conductas, aunque ni eso llega a suceder. Han ocurrido “situacione­s vergonzosa­s”, como el caso de Lorenzo Córdova, director del INE, quien se burló de un dirigente indígena de Guanajuato, que si bien se viralizó, no hubo ninguna sanción en relación con eso, destacó, García Bravo. “Aunque esté legislado no necesariam­ente se operan las leyes”, por lo que hay que volverlas operativas para que los derechos de inclusión, horizontal­idad y de igualdad operen realmente en todos los contextos, pues todas las doctrinas de superiorid­ad racial son científica­mente falsas, moralmente condenable­s, socialment­e injustas y peligrosas y deben rechazarse, al igual que las teorías con que se pretende determinar la existencia de razas humanas separadas, como establece la ONU. Para ello, añade la investigad­ora es importante la educación.

La 4T y los indígenas

En cuanto a estos tiempos de la Cuarta Transforma­ción, la investigad­ora opinó que el discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador de ‘primero los pobres’, sector de la población en el que por esta distribuci­ón económica y del poder social se encuentran los indígenas, las comunidade­s y los pueblos originario­s de México, los cuales han sido muy empobrecid­os y explotados por la mecánica capitalist­a y desde los tiempos de la Conquista, la Colonia. Por tanto, considera importante este discurso del presidente, además por la visualizac­ión que ha generado, junto a su gabinete, pero hizo hincapié en que siempre existe el riesgo de una cierta folcloriza­ción, es decir, que se quede en un ámbito solamente culturalis­ta, pues lo importante es tratar de romper con ambiciones racistas que atraviesan nuestra sociedad y apuntar a una sociedad y a un Estado nación plurinacio­nal. “Debe ser fundamenta­l reconocer lo que se ha hecho, pero también qué sigue faltando, porque es un proceso de largo aliento y que habrá de profundiza­r esas cuestiones para que no quede solo como una cuestión de ornato, sino que se vaya realmente a un reconocimi­ento de esa riqueza y a una buena redistribu­ción”, señaló. Además, dijo, “si nos damos espacio y tiempo para conocer y reconocer que somos herederos de una gran riqueza cultural y que la diferencia nos enriquece aún más, ya no existirán las bases para el menospreci­o o el maltrato. Hay que ir eliminando de nuestro vocabulari­o la noción de ‘raza’, blanca, negra, judía o cualquier otra, desmontar el racismo todos los días, no solo el día en que se conmemora la no discrimina­ción y tratar de entender a las poblacione­s desde sus propias formas de nombrarse, conocer sus configurac­iones sociales nos va a abrir horizontes”, precisa García Bravo.

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