RACISMO Y DISCRIMINACIÓN PERSISTEN PESE A LEYES
En el mundo y en México la discriminación por el color de piel existe, porque el racismo está basado en prejuicios y en caracterizaciones que se consolidaron históricamente a través de los siglos y hoy son difíciles de eliminar; la raza es una ficción, un invento, asevera investigadora de la UNAM
Para Haydeé García Bravo, investigadora del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH), la legislación en México para el combate al racismo y la discriminación sirve, pero no es suficiente, ya que la ley es una cristalización de las demandas y la visibilización de condiciones y situaciones de ciertas poblaciones que a través de sus luchas han logrado poner de manifiesto que hay injusticias.
Sin embargo, hacer efectivos esos logros no resulta tan fácil.
Expresiones arraigadas
De acuerdo con la investigadora de la UNAM, los movimientos sociales y las personas que han sido afectadas por procesos de discriminación y de racismo han generado y propiciado a través de sus luchas, de movilizaciones y de manifestar sus demandas de muy diversas maneras, que en la legislación se tengan una serie de enunciados y frases, de leyes. Sin embargo, esto no ha significado el cese de la manifestación de la discriminación y el racismo en nuestro país, pues estas leyes, desde las constituciones del siglo XIX, han permitido pensar que hay igualdad de las razas, cuando las razas no existen. “Había esta idea de que las razas existen, yo decía justamente que las razas no existen, pero el racismo sí, porque el racismo se fundamenta en esa idea, en esa falacia de la raza, como si la raza existiera para construir toda una estructura jerárquica que opera desde la parte económica, política, social y cultural, porque ejercemos el racismo frente a algunas personas, sea por su color de piel, por su forma de hablar, sea por su forma de vestir, es decir, el racismo tiene varias manifestaciones”, explicó la maestra en antropología social.
La discriminación racial en México es frecuentemente asociada con la ejercida en contra de personas indígenas; sin embargo, también involucra a personas y grupos cuyos rasgos son racializados y son relacionados con diferentes orígenes étnicos. Expresiones como “cásate con un güero para mejorar la raza”, “ojalá que nazca güerito”, “¡ah!, cómo eres indio”, “trabajo como negro para vivir como blanco” o “esto es una cena de negros” se utilizan casi sin pensar porque se han naturalizado, pero contienen racismo en grados máximos, mencionó. De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020, el número de personas de 3 años y más hablantes de alguna lengua indígena asciende a 7 millones 364 mil 645 personas (6.1 por ciento de la población total). En tanto, dos por ciento, es decir, 2 millones 576 mil 213, se autorreconoce como afromexicana o afrodescendiente. En opinión de la investigadora, estas frases que reproducimos son un grave problema, pues no se piensa o analiza lo que en ellas se pone en juego, porque finalmente tenemos un legado y una herencia indígena muy importante en nuestros países en Latinoamérica e incluso en los Estados Unidos, aunque se quiera negar que esto es parte del racismo, dijo. “Hay que desvincular esta idea que se estableció históricamente entre lo indio, lo negro, lo diferente como el atraso, el primitivismo y lo que hay que despreciar o mostrar como menor”. Por lo contrario, lo que se debe de hacer es justamente dar el valor que tienen todas esas manifestaciones de las poblaciones afromexicanas, de todos los pueblos y comunidades indígenas en las que además hay una riqueza impresionante, agregó.
Insultos y burlas
Y es que la Encuesta Nacional sobre Discriminación más reciente (2017) indica que 24 por ciento de la población indígena de 12 y más años (2.4 millones) declaró haber experimentado al menos una situación de discriminación en los últimos cinco años. De ellas, 40.3 por ciento consideró que su condición de indígena la propició. Entre las situaciones con mayor prevalencia estuvieron: recibir insultos, burlas o frases molestas, en 15.6 por
“Había esta idea de que las razas existen, yo decía justamente que las razas no existen, pero el racismo sí, porque el racismo se fundamenta en esa idea, en esa falacia como si la raza existiera para construir toda una estructura”.
Haydeé García Bravo Investigadora del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades
ciento, situación declarada con mayor frecuencia por mujeres, en 16.3; que les hagan sentir o las miren de forma incómoda, 14.1 por ciento; y ser sujeto de amenazas, recibir empujones o jaloneos, 6.8 por ciento. En ese sentido, la investigadora asociada en el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM, indicó que, desde el feminismo se ha usado mucho ese mecanismo de subvertir, de apropiarse de ello, como cuando una mujer dice: “sí soy india y a mucho orgullo”, más si en la familia se reproduce esta idea de la mejora de la especie o de la raza a través de lo blanco, porque el problema es que se ha asociado lo blanco a inteligencia y bondad, lo cual es totalmente falso, pues todas las personas podemos tener esas cualidades independientemente de nuestro fenotipo. “Parte del proceso capitalista y su desarrollo histórico es ver un lugar de privilegio, es decir, de mayor estatus legal y económico a las personas de tez blanca y eso lamentablemente sigue reproduciéndose en México”, comentó.
Racismo masivo
La investigadora destacó que este privilegio para las personas blancas se puede observar en varias encuestas que se han realizado en México y que así lo demuestran, pues quien posee una tez blanca tiene mayores posibilidades de encontrar empleo, de tener mejores condiciones en dicho empleo, o en la vida cotidiana, recibir un mejor trato, simplemente por esa expresión fenotípica que en realidad no debería significar nada. Sin embargo, en la estructura social, racista y clasista, misógina, en la que estamos, esas evaluaciones a partir de los colores, del sexo-género y del estatus que podemos mostrar en la forma de vestir, de ser o de hablar, tienen una ponderación, es decir, son valorados como positivos. Por ello, es que históricamente lo que ha sucedido es que del mestizaje se percibe como el abandono de lo indígena y pendiendo a la blanquitud, a parecerte a quienes son blancos o blancas. En ese sentido, García Bravo, mencionó que esto pasa también en la televisión y en las redes sociales. Recordó las declaraciones del actor mexicano Tenoch Huerta, que expuso que siempre lo llaman a hacer papeles de cierto tipo de personajes por el color de su piel y por sus rasgos, e incluso que en ocasiones se le llegó a pagar menos. Según la investigadora, esto se debe a que a la publicidad y la propaganda nos muestra siempre estas estructuras, muy reedificadas, pero que no son naturales, de familias heterosexuales blancas y de un cierto estatus o clase social. “Hay que reivindicar la sabiduría de esas comunidades indígenas y, por supuesto, que también rompen con los cánones muy estereotipados de belleza y de actitud que reproducen las redes sociales”, dijo.
No pasa nada
Haydeé García insistió en que cuando estas quejas de discriminación o racismo se cristalizan en una ley, esto no significa necesariamente que se termine con esas manifestaciones, significa que existe y que se sanciona a quien caiga en ciertas conductas, aunque ni eso llega a suceder. Han ocurrido “situaciones vergonzosas”, como el caso de Lorenzo Córdova, director del INE, quien se burló de un dirigente indígena de Guanajuato, que si bien se viralizó, no hubo ninguna sanción en relación con eso, destacó, García Bravo. “Aunque esté legislado no necesariamente se operan las leyes”, por lo que hay que volverlas operativas para que los derechos de inclusión, horizontalidad y de igualdad operen realmente en todos los contextos, pues todas las doctrinas de superioridad racial son científicamente falsas, moralmente condenables, socialmente injustas y peligrosas y deben rechazarse, al igual que las teorías con que se pretende determinar la existencia de razas humanas separadas, como establece la ONU. Para ello, añade la investigadora es importante la educación.
La 4T y los indígenas
En cuanto a estos tiempos de la Cuarta Transformación, la investigadora opinó que el discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador de ‘primero los pobres’, sector de la población en el que por esta distribución económica y del poder social se encuentran los indígenas, las comunidades y los pueblos originarios de México, los cuales han sido muy empobrecidos y explotados por la mecánica capitalista y desde los tiempos de la Conquista, la Colonia. Por tanto, considera importante este discurso del presidente, además por la visualización que ha generado, junto a su gabinete, pero hizo hincapié en que siempre existe el riesgo de una cierta folclorización, es decir, que se quede en un ámbito solamente culturalista, pues lo importante es tratar de romper con ambiciones racistas que atraviesan nuestra sociedad y apuntar a una sociedad y a un Estado nación plurinacional. “Debe ser fundamental reconocer lo que se ha hecho, pero también qué sigue faltando, porque es un proceso de largo aliento y que habrá de profundizar esas cuestiones para que no quede solo como una cuestión de ornato, sino que se vaya realmente a un reconocimiento de esa riqueza y a una buena redistribución”, señaló. Además, dijo, “si nos damos espacio y tiempo para conocer y reconocer que somos herederos de una gran riqueza cultural y que la diferencia nos enriquece aún más, ya no existirán las bases para el menosprecio o el maltrato. Hay que ir eliminando de nuestro vocabulario la noción de ‘raza’, blanca, negra, judía o cualquier otra, desmontar el racismo todos los días, no solo el día en que se conmemora la no discriminación y tratar de entender a las poblaciones desde sus propias formas de nombrarse, conocer sus configuraciones sociales nos va a abrir horizontes”, precisa García Bravo.