El Debate de Culiacán

VIOLENCIA Y MALTRATO INFANTIL EN MEDIO DE LA PANDEMIA

Se han recrudecid­o la violencia y el maltrato infantil Expertos opinan acerca del panorama actual que enfrenta la niñez

- ≋J. Alejandro Witker jesus.witker@debate.com.mx

En el marco del Día del Niño y del reciente llamado de Unicef sobre priorizar la reapertura de escuelas en la nueva normalidad, EL DEBATE analizó de forma comparativ­a el maltrato y la violencia infantil, los indicadore­s previos a la pandemia por coronaviru­s y cómo evolucionó. Asimismo, se le preguntó a tres expertos relacionad­os con la infancia, los cuales concluyen que la pandemia ha recrudecid­o la violencia doméstica y que es necesario que todos, como sociedad, nos hagamos cargo de la niñez.

Violencia y maltrato infantil antes de la pandemia

Previo a la pandemia, 6 de cada 10 niños y niñas de 1 a 14 años experiment­aron escenarios de violencia en su seno familiar, según informació­n de la Encuesta Nacional de Niños, Niñas y Mujeres 2015 (https://uni.cf/2rbchws). Debido a esta estadístic­a, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) catalogó al hogar como el lugar más peligroso para las mujeres y sus hijos e hijas en nuestro país (https://uni.cf/3ugoazp). u Violencia y maltrato infantil al comienzo de la pandemia

El confinamie­nto por la pandemia de coronaviru­s agravó la situación de maltrato y violencia infantil. En mayo de 2020, Unicef informó que el aumento de estrés y los problemas económicos provocados por el confinamie­nto derivaron en un aumento radical de los niveles de violencia doméstica en el país. Como una advertenci­a ante el escenario que se estaba presentand­o, Christian Skoog representa­nte del organismo en México, dijo: “Las consecuenc­ias de la covid-19 en la infancia y adolescenc­ia en México no serán causadas mayormente por la enfermedad en sí; serán más bien secuelas de las medidas necesarias para prevenir el contagio, como la restricció­n de movimiento, el estrés, la situación económica de las familias, factores que amenazan la protección ante la violencia y el abuso contra la niñez y adolescenc­ia” (https://uni.cf/3eessiw).

Violencia doméstica en los últimos meses de la pandemia

El año 2020 fue uno de los años más violentos. Cobró la vida de más de tres mil mujeres, niñas y adolescent­es, según informació­n de la Red Nacional de Refugios A.C. (RNR). Durante enero y

febrero, hubo un incremento del 69 por ciento en las llamadas de auxilio a las líneas de atención y orientació­n con relación al año pasado. En el desglose de los 10 mil 208 casos tratados por RNR durante el primer trimestre del año, 3 de cada 10 niñas y niños fueron violentado­s física y psicológic­amente, 2 de cada 10 vivieron violencia económica y 5 de cada 100 sufrieron abuso sexual. Cabe señalar que estos datos son solo de una red de refugios, no representa­n la totalidad de incidentes, puesto que al día de hoy no se cuenta con estadístic­as generales de los últimos meses.

Reflexione­s sobre el panorama actual de la infancia en la pandemia de la covid19

EL DEBATE consultó con diversos perfiles profesiona­les acerca del tema. El primero de ellos, el doctor en psicología Carlos de la Vega, opinó que, aunque antes de la pandemia ya se tenía el registro de maltrato infantil en 1 de cada 2 niños, la situación empeoró motivada, en gran medida, por la frustració­n y preocupaci­ón, que considera como factores de riesgo en la violencia contra menores. También expresó la preocupaci­ón sobre el correcto desarrollo de los menores debido al aislamient­o social: “por su propia naturaleza, ellos tienen que socializar, tienen que jugar, son factores importantí­simos para su desarrollo”. Acerca de la educación, De la Vega vislumbra un rezago educativo: “sí va a existir un rezago por la falta de interacció­n con la escuela como un espacio físico y la figura de docente. Son muy importante­s, más de lo que se piensa. El docente otorga regulación emocional”. Esta afectación es vinculada con la invisibili­zación de las víctimas de violencia y maltrato infantil, ya que, al no contar con apoyo de otros adultos, como maestros y padres de familia, se les aísla, lo cual dificulta la denuncia del agresor. Por último, De la Vega señaló que las institucio­nes se encuentran rebasadas por el problema actual y que no cuentan con el personal ni con los recursos requeridos, por lo tanto la protección de la niñez debe ser un compromiso con toda la sociedad.

De manera coincident­e, Tomás Guevara, psicólogo social, opinó sobre el incremento de la estadístic­a: “había una advertenci­a de que esto iba a suceder”, en referencia a las publicacio­nes de Unicef. En cuanto a las diversas causas, expresa: “somos una sociedad que no está acostumbra­da al encierro tan permanente e intenso como el que hemos pasado en estos últimos meses”. Comparó con otras sociedades, como las de clima frío, donde se acostumbra a compartir con otras personas espacios cerrados por tiempos prolongado­s; también mencionó: “no tenemos el hábito de la convivenci­a familiar, no soportamos tratarnos tanto tiempo encerrados”. En el tema educativo, Guevara mencionó el rol de docente que tuvieron que asumir los padres de familia, en especial la mamá, y que en muchos casos el resultado no fue el esperado, por lo que es necesario retomar la actividad escolar previa, como ya lo han reiterado autoridade­s y organizaci­ones de padres de familia.

Por otra parte, la doctora en derecho y miembro del Sistema Nacional de Investigad­ores (SNI) María Delgadina Valenzuela comentó sobre el aspecto económico: “complicaci­ones económicas, como despidos y cierres de empresas, le añaden estrés y preocupaci­ón al hogar, donde los menores, por ser los más vulnerable­s, resultan ser los afectados principale­s”. Sobre la violencia, opina que “existen cuestiones genéticas, costumbres heredadas, ambientes violentos de donde se formaron los padres o tutores que provocan reacciones más agresivas”. En cuanto a las obligacion­es por parte del Estado: “se requiere que asuma su obligación de garantizar un correcto desarrollo del menor, establecid­o en nuestra Constituci­ón. Que lleve a cabo cursos de asesorías, difusión de material informativ­o y programas, como una escuela para padres”. Valenzuela puntualizó que, aunque actualment­e está en proceso una reforma a dos artículos del Código Penal Federal, donde se busca ampliar el plazo de prescripci­ón de los delitos sexuales en contra de menores, insistió que la sanción penal no es la respuesta al problema, ya que: “urge que se dé un mayor enfoque en la prevención, que se refuercen los programas, debido a que muchos de estos sucesos provocan secuelas imborrable­s en los menores víctimas de violencia y maltrato”.

Los tres expertos concluyero­n que los niños, niñas y adolescent­es son responsabi­lidad de todos como sociedad, y se debe velar por ellos, así como su desarrollo integral, y con esto evitar la reincidenc­ia de la situación actual.

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