VIOLENCIA Y MALTRATO INFANTIL EN MEDIO DE LA PANDEMIA
Se han recrudecido la violencia y el maltrato infantil Expertos opinan acerca del panorama actual que enfrenta la niñez
En el marco del Día del Niño y del reciente llamado de Unicef sobre priorizar la reapertura de escuelas en la nueva normalidad, EL DEBATE analizó de forma comparativa el maltrato y la violencia infantil, los indicadores previos a la pandemia por coronavirus y cómo evolucionó. Asimismo, se le preguntó a tres expertos relacionados con la infancia, los cuales concluyen que la pandemia ha recrudecido la violencia doméstica y que es necesario que todos, como sociedad, nos hagamos cargo de la niñez.
Violencia y maltrato infantil antes de la pandemia
Previo a la pandemia, 6 de cada 10 niños y niñas de 1 a 14 años experimentaron escenarios de violencia en su seno familiar, según información de la Encuesta Nacional de Niños, Niñas y Mujeres 2015 (https://uni.cf/2rbchws). Debido a esta estadística, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) catalogó al hogar como el lugar más peligroso para las mujeres y sus hijos e hijas en nuestro país (https://uni.cf/3ugoazp). u Violencia y maltrato infantil al comienzo de la pandemia
El confinamiento por la pandemia de coronavirus agravó la situación de maltrato y violencia infantil. En mayo de 2020, Unicef informó que el aumento de estrés y los problemas económicos provocados por el confinamiento derivaron en un aumento radical de los niveles de violencia doméstica en el país. Como una advertencia ante el escenario que se estaba presentando, Christian Skoog representante del organismo en México, dijo: “Las consecuencias de la covid-19 en la infancia y adolescencia en México no serán causadas mayormente por la enfermedad en sí; serán más bien secuelas de las medidas necesarias para prevenir el contagio, como la restricción de movimiento, el estrés, la situación económica de las familias, factores que amenazan la protección ante la violencia y el abuso contra la niñez y adolescencia” (https://uni.cf/3eessiw).
Violencia doméstica en los últimos meses de la pandemia
El año 2020 fue uno de los años más violentos. Cobró la vida de más de tres mil mujeres, niñas y adolescentes, según información de la Red Nacional de Refugios A.C. (RNR). Durante enero y
febrero, hubo un incremento del 69 por ciento en las llamadas de auxilio a las líneas de atención y orientación con relación al año pasado. En el desglose de los 10 mil 208 casos tratados por RNR durante el primer trimestre del año, 3 de cada 10 niñas y niños fueron violentados física y psicológicamente, 2 de cada 10 vivieron violencia económica y 5 de cada 100 sufrieron abuso sexual. Cabe señalar que estos datos son solo de una red de refugios, no representan la totalidad de incidentes, puesto que al día de hoy no se cuenta con estadísticas generales de los últimos meses.
Reflexiones sobre el panorama actual de la infancia en la pandemia de la covid19
EL DEBATE consultó con diversos perfiles profesionales acerca del tema. El primero de ellos, el doctor en psicología Carlos de la Vega, opinó que, aunque antes de la pandemia ya se tenía el registro de maltrato infantil en 1 de cada 2 niños, la situación empeoró motivada, en gran medida, por la frustración y preocupación, que considera como factores de riesgo en la violencia contra menores. También expresó la preocupación sobre el correcto desarrollo de los menores debido al aislamiento social: “por su propia naturaleza, ellos tienen que socializar, tienen que jugar, son factores importantísimos para su desarrollo”. Acerca de la educación, De la Vega vislumbra un rezago educativo: “sí va a existir un rezago por la falta de interacción con la escuela como un espacio físico y la figura de docente. Son muy importantes, más de lo que se piensa. El docente otorga regulación emocional”. Esta afectación es vinculada con la invisibilización de las víctimas de violencia y maltrato infantil, ya que, al no contar con apoyo de otros adultos, como maestros y padres de familia, se les aísla, lo cual dificulta la denuncia del agresor. Por último, De la Vega señaló que las instituciones se encuentran rebasadas por el problema actual y que no cuentan con el personal ni con los recursos requeridos, por lo tanto la protección de la niñez debe ser un compromiso con toda la sociedad.
De manera coincidente, Tomás Guevara, psicólogo social, opinó sobre el incremento de la estadística: “había una advertencia de que esto iba a suceder”, en referencia a las publicaciones de Unicef. En cuanto a las diversas causas, expresa: “somos una sociedad que no está acostumbrada al encierro tan permanente e intenso como el que hemos pasado en estos últimos meses”. Comparó con otras sociedades, como las de clima frío, donde se acostumbra a compartir con otras personas espacios cerrados por tiempos prolongados; también mencionó: “no tenemos el hábito de la convivencia familiar, no soportamos tratarnos tanto tiempo encerrados”. En el tema educativo, Guevara mencionó el rol de docente que tuvieron que asumir los padres de familia, en especial la mamá, y que en muchos casos el resultado no fue el esperado, por lo que es necesario retomar la actividad escolar previa, como ya lo han reiterado autoridades y organizaciones de padres de familia.
Por otra parte, la doctora en derecho y miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) María Delgadina Valenzuela comentó sobre el aspecto económico: “complicaciones económicas, como despidos y cierres de empresas, le añaden estrés y preocupación al hogar, donde los menores, por ser los más vulnerables, resultan ser los afectados principales”. Sobre la violencia, opina que “existen cuestiones genéticas, costumbres heredadas, ambientes violentos de donde se formaron los padres o tutores que provocan reacciones más agresivas”. En cuanto a las obligaciones por parte del Estado: “se requiere que asuma su obligación de garantizar un correcto desarrollo del menor, establecido en nuestra Constitución. Que lleve a cabo cursos de asesorías, difusión de material informativo y programas, como una escuela para padres”. Valenzuela puntualizó que, aunque actualmente está en proceso una reforma a dos artículos del Código Penal Federal, donde se busca ampliar el plazo de prescripción de los delitos sexuales en contra de menores, insistió que la sanción penal no es la respuesta al problema, ya que: “urge que se dé un mayor enfoque en la prevención, que se refuercen los programas, debido a que muchos de estos sucesos provocan secuelas imborrables en los menores víctimas de violencia y maltrato”.
Los tres expertos concluyeron que los niños, niñas y adolescentes son responsabilidad de todos como sociedad, y se debe velar por ellos, así como su desarrollo integral, y con esto evitar la reincidencia de la situación actual.