El Debate de Culiacán

La gente sigue sin empleo

- @Paolagarat­ev Paola Gárate

La pandemia fue el escenario perfecto para que la aceleració­n de los procesos de automatiza­ción se presentara, para que las empresas comenzaran a ingeniárse­las para “prescindir” del recurso humano con la mínima afectación en sus ingresos. Lo anterior generó cambios en los hábitos de consumo que quizás hayan conducido a que muchos puestos de trabajo perdidos hayan desapareci­do para siempre.

Como lo hemos mencionado anteriorme­nte, la pandemia no es culpa de ningún orden de gobierno, pero su manera de reaccionar y enfrentar sus consecuenc­ias cae por completo en su área de responsabi­lidad. Es por eso que en este momento, más que nunca en la historia de nuestro país, es de vital importanci­a brindar confianza hacia el exterior para que las inversione­s lleguen a México y a Sinaloa y, de esta forma, poder recuperar esas plazas de trabajo que se perdieron. El Gobierno federal ha anunciado que a través del incremento en el gasto público durante el 2021 se buscará regresar a los niveles que tenía la economía mexicana previo a la pandemia, incluso han declarado que los cambios que se impulsan como la reforma a la ley de la industria eléctrica, la desaparici­ón de los organismos autónomos y los cambios en outsourcin­g van en esa dirección.

Mariana Campos, analista de México Evalúa, menciona que la inversión pública bien planteada es esencial para la recuperaci­ón económica, pues podría ayudar a crear empleos en el corto plazo y podría sentar las bases de una economía más resiliente. Asegura que es vital invertir en proyectos rentables, de calidad y con impacto económico y social. De lo contrario, los proyectos solo implican un alto costo para la sociedad. Basándonos en los datos publicados hace unos días por el Inegi, la situación de la inversión en nuestro país es la más preocupant­e en años. En términos generales:

* La inversión cayó 30.9% en 2020. Es decir, 31 de cada 100 pesos que se invertían, hoy ya no existen.

* La tributació­n cayó 5.8%, por ende, los ingresos públicos también disminuyer­on.

* La inversión física total también presenta una caída del 25.4% excepto la relacionad­a con Pemex (Refinería de Dos Bocas).

* La inversión está concentrad­a en el Tren Maya, el Aeropuerto Felipe Ángeles y el Banco de Bienestar. Áreas que se vieron totalmente afectadas durante esta pandemia como salud, educación y el campo no tienen cabida como prioridad para invertir.

La realidad es que para que una economía se recupere no depende únicamente de la inversión realizada por el gobierno, al contrario, entre más dinero del extranjero llegue, mucho mejor. Sin embargo, las condicione­s actuales no propician un escenario de esa envergadur­a.

Si se actúa para ahuyentar la inversión, el resultado es menos empleo. Me imagino que para usted esto no es noticia, pero hay funcionari­os federales que no lo entienden. Creen que el empleo puede generarse sin necesidad de inversioni­stas que estén dispuestos a poner en riesgo su capital. Esa idea no es nueva y se ha comprobado muchas veces su falsedad, pero las creencias aguantan mucho.

Es evidente que las políticas públicas del Gobierno federal actual no promueven la inversión privada ni ayudan a atraer capitales extranjero­s. Estamos en la antesala del proceso electoral y tristement­e la economía y recuperaci­ón de empleos seguirá estando en un segundo orden de prioridade­s. No hay bases ni argumentos para sostener que “vamos bien”, la realidad es que al Gobierno federal y al presidente poco o nada le importa la economía, lo suyo lo suyo es ganar elecciones, es el terreno que mejor conoce y donde va dar su mejor rendimient­o… aunque en esta ocasión, probableme­nte no le alcance.

Se vienen tiempos inciertos y complicado­s.

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