INCLUSIÓN SOCIAL DEBE SER UNA REALIDAD EN EL DESARROLLO DEL TREN MAYA
El megaproyecto insignia del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador debe pasar del discurso a los hechos para garantizar la participación de las comunidades locales
Más de 7.3 millones de personas sobreviven en situación de pobreza en la región sur-sureste de México; de los cuales, tres de cada 10 están en una situación de pobreza extrema, específicamente en Chiapas, Campeche, Tabasco, Yucatán y Quintana Roo, de acuerdo con el Gobierno federal. El lema del presidente Andrés Manuel López Obrador “Primero los pobres” ha sido una promesa en el desarrollo del megaproyecto del Tren Maya. Será un reto convertir esta promesa en realidad. Precisamente porque en otros desarrollos turísticos, como lo fue Cancún, esto no ocurrió y se relegó a las comunidades locales mestizas e indígenas a empleos mal pagados, sin todas las prestaciones económicas; mientras que algunas localidades cercanas aún no cuentan con servicios básicos. Simplemente no fueron parte integral del desarrollo que también se les prometió en los años 70, señaló la maestra antropóloga Tania Carrasco Vargas durante el webinario organizado por EL DEBATE, en alianza con la organización promigrante América sin Muros.
Inclusión social
“No se dio un desarrollo incluyente. Se desarrolla primero Cancún y luego la Riviera Maya, donde quienes realmente se beneficiaron fueron los grandes capitales, la gran construcción, los grandes hoteles, pero el sector social, tan importante en la península (de Yucatán), quedó relegado y se ocuparon en espacios como fuerza laboral en hoteles, pero siempre de segunda; no pudieron llegar a ocupar puestos importantes, inclusive por un problema de discriminación real contra la población maya”, expuso la maestra Carrasco, quien fue funcionaria del Banco Mundial en México y consultora en derecho indígena para la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
La visión de desarrollo que se generó con Cancún y la Riviera Maya no se puede repetir ahora con el proyecto del Tren Maya, indicó la experta, sino que debe de haber una inclusión social y ambiental.
Empresarios con otra visión
Kino Miquirray, empresario en el sector turístico en Quintana Roo y quien ha promovido la ruta mágica de Tulum, comentó que los medianos empresarios buscan realizar una unión, con el fin de realizar un tipo de turismo alternativo, sustentable e incluyente con las comunidades locales. Por ejemplo, dijo que
los nuevos empresarios, tanto nacionales como extranjeros, que lleguen a la zona se les debe de exigir y observar para que cumplan con tratamiento de aguas residuales, que tengan paneles solares o programas para la recolección de la basura, pues hay personas que cada vez más están buscando un turismo amable con el medio ambiente y hay posibilidades; comentó que existen desarrollos de hoteles boutique, observación de aves, programas para la conservación del jaguar, programas culinarios, recorridos naturales. Miquirray, que también es filántropo, conservacionista y amante de los animales, se encuentra en el tramo 5 en Tulum. En total, se habilitarán 1,500 kilómetros de vías férreas que conectarán a los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo; y se dividirá el recorrido en siete rutas turísticas.
“La península de Yucatán pide a gritos un programa sustentable con políticas para ser un mejor turismo”, expresó el empresario, quien llegó a Cancún en el año 2000. A su vez, Miquirray indicó que las autoridades deben poner las reglas claras con una visión integral de la sustentabilidad, pasar del discurso a la acción. Ve también apertura en Fonatur con el arquitecto Jiménez Pons, con quien han tenido oportunidad de acercarse y exponer los problemas de la zona. Recientemente, el presidente López Obrador se reunió con el empresario Carlos Slim, quien construye uno de los tramos en Campeche. AMLO supervisó las obras que deben estar listas a finales del 2023, dijo, para iniciar en 2024. Miquirray subraya que es importante que las autoridades también escuchen tanto a ejidatarios como a las comunidades locales, así como a los pequeños y medianos empresarios que ya operan en las zonas de la península.
Impacto social
El Gobierno federal debe pasar del discurso a la acción y realidad, señaló Bernardo Méndez Lugo, diplomático mexicano en retiro y director de la fundación promigrante América sin Muros, con el fin de que no se repita lo que ha pasado en otras épocas con desarrollos que no han beneficiado a los más vulnerables. Ejemplificó que en diversos megaproyectos muchos productos e insumos alimenticios que se utilizaban en hoteles procedían de fuera, mientras que la mano de obra, parte gerencial y administrativa de hoteles tiene poca inclusión con las poblaciones locales.
“Ese modelo de megaproyecto debe quedar atrás”, opinó. Méndez Lugo, ministro del Servicio Exterior en retiro, explicó que en la Riviera Maya hubo un incremento en los últimos 20 o 25 años de las poblaciones migrantes, migración interna de Yucatán y Campeche, de más de 250 mil personas, quienes son parte fundamental para sus comunidades mayas con el envío de las remesas internas; sin embargo, subrayó que muchas veces las condiciones de vida de estos trabajadores no son las mejores, la habitación, falta de servicios públicos, se crean una serie de conjuntos precarios, colonias llamadas precaristas y, paradójicamente, existe un turismo de gran calado que viene al gran hotel, restaurantes de alto nivel, pero el impacto ambiental y social no se contemplaban ni se toma en cuenta, y menos las necesidades de los migrantes internos que han llegado a Cancún y a Playa del Carmen, indicó. Respecto al impacto social y medio ambiental, Tania Carrasco mencionó que toda la Riviera Maya ya ha tenido impactos importantes, así como Tabasco y Yucatán, por lo cual el Gobierno deberá tener esta vez un papel fundamental no solo en la construcción del tren, sino para propiciar políticas públicas y para crear habilidades y capacitar a la gente, pensando a largo plazo. Expuso que es normal que existan escépticos sobre la nueva visión de desarrollo para el sureste de México, porque con anteriores proyectos, como los mencionados, no se benefició a la parte social. Puso de ejemplo Cancún, donde los grandes hoteleros no acudieron a la mano de obra local para surtir alimentos y otras necesidades, sino que realizaron contratos con empresas en el centro del país, lo cual excluyó a pequeños y medianos negocios locales.
“No solo debe quedarse en el discurso para tener inclusión social, pero que se lleve a la realidad. Y no pensando en corto plazo, sino a largo plazo, implica compromiso con las comunidades mayas y mestizas”, dijo la también consultora internacional de temas de impacto social y ambiental en megaproyectos.
Como propuesta, Méndez Lugo dijo que el Gobierno federal debería invitar a pequeños y medianos empresarios extranjeros a invertir con incentivos reales y concretos; y ve una oportunidad para retirados jubilados que quieren seguir activos a través de pequeñas empresas. Informó que se les pueden dar incentivos fiscales, créditos, y que se debe voltear a ver a los habitantes de origen mexicano en Estados Unidos, que son más de 40 millones, porque también pueden aportar con sus habilidades y experiencia.