Nos estamos secando
El país está seco, mientras México se encuentra sumergido en una lucha de egos políticos, presumiendo quiénes son los mejores o los menos peores, nuestro territorio se está secando, y esto significa muerte y devastación, y no es exageración.
El 85 por ciento de nuestro territorio enfrenta condiciones de sequía, las presas más importantes del país se encuentran en niveles excepcionalmente bajos, esto quiere decir que hay muy poca agua para beber, para cultivar y regar, y que hay y habrá escasez de alimento para humanos y para animales, así de delicada es la cuestión.
Es tan grave lo que ocurre que la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos (NASA) informó que las fotografías del Generador Operacional de Imágenes de Tierra muestran que la presa Villa Victoria, una de las principales fuentes de agua para el Valle de México, cuenta con apenas un tercio de agua almacenada.
Destacan que alrededor de 60 presas las más grandes del país, en el norte y centro de la República Mexicana, están por debajo del 25 por ciento de su capacidad, y lo peor es que sigue sin llover. Esto es por lo que corresponde a las cifras, pero cuando vives la sequía en carne propia, es de verdad angustiante. Los que me leen aquí en el norte del país, saben de lo que hablo.
Por primera vez me ha tocado ver que bajen animales silvestres, venados y linces del cerro deshidratados, buscando desesperadamente agua. Las aves hagan de cuenta que desaparecieron, no se ven más por aquí, y es que los árboles están totalmente secos y por ende no hay frutos que las alimenten. La vegetación está totalmente seca, la tierra está erosionada.
En el 2011 una sequía similar provocó hambruna y emergencia sanitaria en Chihuahua, más del 90 por ciento del territorio estaba seco. Hoy nuevamente nos acercamos a esas cifras. Ganaderos de Coahuila han informado que ya hay muertes de vacas por hambruna, y es que cuando no llueve, los ganaderos no pueden plantar follaje para alimentarlas y las hacen caminar muchos kilómetros para intentar llegar a pequeños arroyos, lo cual está provocando su muerte.
Y ¿qué estamos haciendo al respecto? ¿Qué está haciendo nuestro gobierno para contener y evitar esta desgracia ambiental?
Investigadores del Centro de la Atmósfera de la UNAM aseguran que el agua que llueve en México debería ser suficiente para evitar estos bajos niveles en las presas si se almacenará correctamente, y si se distinguiera entre aguas grises y negras, para depurar las primeras y reintroducirlas en el ciclo del uso agrícola.
Pero tristemente en nuestro país no se destinan recursos para estudiar ni para investigar y desarrollar tecnología y planes de prevención que eviten la falta de agua en las presas. De nada sirve hacer más obras monumentales, como el Tren Maya o la Refinería Dos Bocas, si no se invierte en las obras ya existentes y se evitan accidentes fatales como el recientemente ocurrido en la Ciudad de México y como la grave escasez de agua en todo el país, por la falta de inversión y mantenimiento.
Esta absurda austeridad nos está costando muchas vidas.