Bálsamo universal
Nuestro mundo actual tiene un padecimiento, por no decir una enfermedad. Los síntomas son violencia, desconsideración, corrupción, materialismo, consumismo, poco respeto, egoísmo, entre otros errores. Grandioso es el avance científico. El progreso tecnológico nos maravilla, prodigándonos satisfactorias comodidades en el hogar y en la sociedad. Pero el padecimiento no disminuye. Creo hace falta aplicar el bálsamo, útil en toda ciudad, país o región; la educación y la cultura. Dije educación no escolaridad. Ahí está el punto focal, donde se debe iniciar la modificación, la solución. Mientras menos cultura, seguiremos dando más valor al dinero, y bienes materiales, menospreciando la calidad humana, la generosidad, el altruismo, la amabilidad y el arte. La cultura es la percepción que tenemos del mundo, la forma en que accedemos a los demás, la posibilidad de satisfacer nuestro espíritu, de llegar a poseer una sensibilidad hacia la bondad. La cultura nos proporciona herramientas internas para manejar el buen vivir y encausar nuestro comportamiento hacia ser de mayor utilidad para los demás. Nos facilita el aprendizaje de la vida nuestra, familiar y social en comunidad. Una persona con cultura manifiesta respeto hacia el otro, sensibilidad hacia sus sentimientos, altruismo, y humildad. Y conforme progresa, gusta más de la música armónica, la literatura, la pintura , la fotografía, el teatro. Cada uno de nosotros puede contribuir a que aumente nuestro nivel cultural, premiando la integridad, la empatía, la generosidad y el estudio siempre acompañado con ética, estética y solidaridad con los demás. Impulsar y premiar a quienes dan muestras de sabiduría. Reconocer y emular a hombres y mujeres que han construido los avances y progresos del mundo, particularmente filósofos, luchadores sociales y forjadores de patrias. Abramos nuestro corazón a la cultura, impulsemos a nuestros hijos, nuestros nietos, hacia ella.