Belleza de la liturgia (22). El sentido de obedecer
PARA SABER Se cuenta que en un pueblo se remodeló una plaza. Se pintó una banca deteriorada y para evitar que alguien se sentara y manchara, había un guardia que vigilaba. Relevaron al guardia, quien le dijo a su sucesor que no permitiera sentarse en esa banca, pero sin decirle la razón. El nuevo guardia vigiló que nadie se sentara. Aunque ya estaba seca la banca, esa orden pasó al siguiente sucesor y así sucesivamente. Pasaron muchos años en que estuvo prohibido sentarse ahí, sin saber nadie la razón.
Es el peligro de hacer las cosas sin saber la razón de las indicaciones. Eso podría suceder en la Liturgia si no se comprende su sentido. Dice el papa Francisco que el
“rito es en sí mismo una norma, y la norma nunca es un fin en sí misma, sino que siempre está al servicio de la realidad superior que quiere custodiar”. Importa cuidar el “arte de celebrar” para comprender su sentido, sin caer en la mera observancia de las rúbricas. Pero tampoco sin caer en improvisar por una fantasía sin reglas.
PARA PENSAR
Es más fácil actuar según nuestro pensar, que obedecer una indicación. En la Liturgia es preciso ir en sintonía con el Espíritu Santo, y no reducirla a nuestro modo de pensar cayendo en un individualismo y subjetivismo, impidiéndonos abrirnos a cosas grandes. La religión es algo sagrado y no podemos reducirla a nuestro gusto. Las normas tienen un sentido valioso y por ello se obedece a la Iglesia. Pensemos si seguimos las normas comprendiendo su razón de ser y su valor.
PARA VIVIR
Todos los que participan en una celebración litúrgica han de tener presente que es una acción sagrada, pues es Cristo quien actúa y el Espíritu Santo quien santifica a los participantes. La Liturgia es el ejercicio del sacerdocio de Jesucristo, pues Él es el que bautiza, el que perdona en la confesión, quien celebra la Eucaristía… En cada celebración está la acción redentora de Jesucristo, su misterio pascual, para que todos experimenten la obra de la salvación. Al comprenderlo, estaremos en sintonía con el Espíritu Santo y la viviremos con mayor eficacia.