El Debate de Culiacán

Nubes, puentes y‘ una pequeña luz’

- ALEXANDER QUIÑÓNEZ jesusquino­nez618@gmail.com

Días como ayer, nublado y leve, pero perennemen­te lluvioso, son un regalo. Cambian el color del mundo y en ellos se puede hallar con más facilidad ciertas maravillas, como el encontrar música viviente sobre los puentes, los tantos puentes de nuestra Culiacán. Porque hay hasta puentes bajo los puentes, como es el caso del puente Morelos; con sus silencios y sus pausas, va gente andando como notas musicales en papel pautado, caminando, o en carros y camiones, alguna que otra persona en bicicleta y dependiend­o de la perspectiv­a hasta algún pájaro que traza un silencio dentro de la maravilla. Todo eso, claro está, desde cierta distancia, como viendo una pintura de Alfred Sisley, porque si se ve de cerca, capaz se halla uno con vigas rotas bajo uno que otro puente, como ya ha pasado. O, como me pasó hace unos años, en un febrero como es el de hoy, justo en el puente peatonal bajo el puente Morelos, que no tenía una sección y casi caigo al vacío. Hubiera sido feo. Quizá demasiado. Pero pues no pasó y hasta resulta que pronto Culiacán tendrá nuevos puentes, elevados algunos, pues como se publicó en una reciente entrevista, hay proyectada­s nuevas obras viales para desahogar nuestro desahuciad­o tráfico, y en ello hay previstos varios puentes. Si bien restan puntos en particular de cada infraestru­ctura aún por ver, en la preclarida­d de la mirada ya me empiezo a ver sobre esos nuevos puentes elevados, como si en el periférico al sur de mi amada Ciudad de México, alguna tarde, quizá nublada, anduviera como he andado.

Y es que a veces hace falta visualizar, imaginar bonito. Y no me refiero a que ya salga la lista de candidatos de Morena, sino realmente a visualizar lo mejor de los futuros posibles, y no de una manera panglosian­a sino si real. Justo hace días encontré en casa un libro de 1994 que retrata el Sinaloa de entonces. El ejemplar lo daba de obsequio la genial tienda culichi Serchas, de la que alguna tarde escribiré. Es uno de esos libros de entrevista­s publirrepo­rtaje a das a empresario­s que las pagan, un Sinaloa que vi cuando aprendía a leer, un Sinaloa fresco como partitura en la que está por nacer música. Se habla de montón de temas y empresas. El apartado de las universida­des hasta lo firma nuestro actual gobernador, el doctor Rocha Moya.

Porque nos pudimos escribir mejor y no lo hicimos. Aún hay cierta chanza, pero requiere de una sinergia cuasi imposible. ¡De verdad que es precioso ver ese Sinaloa que ya no es, pero sigue siendo!

Es bello imaginar, bien dirigido eso da reflexión, una pequeña luz que puede redefinir el mundo mismo. Justo de eso trata la última( mi ni) serie que vi, Una pequeña luz: protegiend­o a Anafrank. La historia todo lo que Ana Frank no podía ver ni mucho menos vivir desde su encierro junto a su familia, pero que en las páginas de su diario resuena por lo que oían de Miep Gies y de las otras personas que les ocultaban de los nazis hace 80 años en esa ciudad de tantos puentes, esos sí bonitos, que es Ámsterdam. Se sigue la vida de esa mujer, Miep Gies, que vivió poco más de 100 años, desde la desfalleci­ente Viena de la posguerra de la que tuvo que salir –adoptada y enferma– para salvar su vida, hasta algún tiempo tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, cuando solo una de las personas que se ocultaron por más de dos años regresó tras sobrevivir a los campos de concentrac­ión y se publicó el diario, como una pequeña luz para no olvidar. Una gran miniserie, ideal para estos días algo nublados, de febrero.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico